Mexicali, B. C.

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Mexicali, B. C. México

viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Y DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?


¿Y DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?
Protestas en Australia por los 43 de Ayotzinapa

Inicia su sexenio queriendo dar un manotazo de autoridad. En unas cuantas semanas se arma un cuadro  delictivo contra la lideresa Elba Ester Gordillo y sin más se le encarcela. Por más que los medios de comunicación, principalmente las televisoras, con tiempos comprados o simplemente por querer congraciarse con el nuevo presidente,  presentaron a la Sra. Gordillo como el peor de los criminales del país, sin embargo no pudieron eliminar del imaginario popular que el nuevo presidente estaba tomando una venganza personal.  Sino entonces ¿Por qué no hizo lo mismo con tantos políticos inmersos en peores corruptelas? Aquí  el refrán aquel, referido a “quien avienta la piedra y esconde la mando” le queda que ni mandado hacer.
El control de los medios, que tan buenos resultados le dio durante su gobierno en el estado de México y durante su campaña, fue una útil herramienta para desinformar o informar lo menos posible, por decirlo de alguna manera, sobre el crimen, narcotráfico, impunidad y corrupción al inicio de su periodo presidencial. En cambio los medios, lo digo nuevamente, comprados o no, volcaron toda su atención sobre las famosas reformas constitucionales.
De pronto el país era Jauja, ya México era otro, todo era pura felicidad…pero solo para el presidente su cohorte y los medios de comunicación.
Pronto, se no decía a diario y a todas horas, vendrán cientos de petroleros y construirán cientos de plataformas y miles de posos para extraer millones de barriles de petróleo y entonces;  por acá se va a construir un tren ultra rápido, por allá se construirían 10 mil kilómetros de gasoductos, aquí un mega aeropuerto.  Y quien lo diría, por arte de magia se acabaron los pobres, una señora, de un pasado de honestidad cuestionable, se ha encargado de realizar el milagro. Y La cereza del pastel, se regalarán millones de pantallas de televisión, para que el pueblo no se pierda un solo minuto de la propaganda gubernamental.
Pero el México real era otro. La pobreza nunca disminuyó, ha seguido creciendo a pesar de las cifras  alegres de la señora ligada al señor que le entregaba dinero al señor de las ligas. La tan cacareada reforma fiscal lo único que ocasionó fue derrumbar de un solo golpe el buen manejo de la economía que durante doce años había logrado mantenerse sin crisis sexenales. Hoy nuestra economía parece estar herida de muerte, el desempleo va en aumento, la inflación ya bordea el 5%, el déficit fiscal crece año con año igual que el endeudamiento público. El narcotráfico y crimen organizado se desbocó después que Enrique Peña Nieto anunció que la estrategia de Felipe Calderón estaba equivocada y mandó al ejército a sus cuarteles.   
La educación, la herramienta más importante que una nación puede tener para el progreso de sus ciudadanos fue encargada a Emilio Chuayffet Chemor, pareció en principio que podría ser un hombre que pusiera orden en ese desbarajuste que es el sistema educativo mexicano. Por desgracia no fue así. El indicio más significativo fue la cancelación en 2012 de la prueba ENLACE. Una valiosa herramienta de evaluación iniciada en 2006 y la única con que, por primera vez en la historia de México,  contaban los padres de familia y la sociedad para conocer y comparar el nivel de desempeño de cada escuela. Desde su implantación la inconformidad de buena parte del profesorado no se hizo esperar. Los resultados de la prueba ENLACE sin duda evidenciaron el desempeño de cada uno de ellos, sino en lo personal, si en su conjunto como centro escolar. Que tenía fallas, cierto,  pero ¿Porqué cancelar en lugar de corregir y mejorar?
La UNAM ya no es la primera ni siquiera de Latinoamérica, nos superan Brasil y Argentina, el IPN en huelga acompañado por otra serie de universidades y preparatorias que se unieron al paro, en Oaxaca desde junio una buena cantidad de maestros están sin dar clases.
Impávido, impotente e incapaz  Peña Nieto vio como la realidad del país empezó a explotar en su cara. Los asesinatos, los secuestros, la desaparición de personas, los asaltos, los robos domiciliarios, en lugar de disminuir aumentaron.  La inteligencia, que dijo sería su estrategia para acabar con lo anterior ha fallado por completo.
Ya ni siquiera eran focos rojos, sino cruda realidad; Tamaulipas, Michoacán, Estado de México, Los Cabos, por mencionar los más conocidos y por último guerrero en donde Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso.
México entero se pregunta: Y EL PRESIDENTE ¿DÓNDE ESTÁ?

Adolfo Camacho Gómez


domingo, 2 de noviembre de 2014

UN PEDAZO DE MADERA.


UN PEDAZO DE MADERA.

Veo que la vida pasa frente a nuestros ojos sin ser conscientes o sin querer serlo,  que solo somos  un pasajero más.

Por eso captó mi atención ese  viejo y olvidado pedazo de madera sobre las mansas y pequeñas olas en la escondida ensenada, que con puntual regularidad lo llevan a un lado para luego regresarlo… una y otra vez.

Regreso la tarde siguiente y ahí continua el viejo madero con su ir y venir interminable desgastándose sobre la arena. ¿Qué lo trajo hasta aquí? ¿De dónde viene?  ¿A qué pertenecía? ¿Cuándo dejó de ser útil para convertirse en ese olvidado y gastado pedazo de madera a la deriva? ¿Fue alguna vez la parte vital de la estructura de una casa… o de sus cimientos… o de sus paredes? ¿Integró la fina estructura de un elegante escritorio en una gran oficina o del discreto banco del carpintero que lo construyó? ¿Fue un banco de escuela o una alacena? ¿Fue la mesa de los sagrados alimentos o la cama del merecido descanso? Y que podemos saber del árbol que le dio origen ¿De dónde proviene? ¿Cuántos años formó una sola unidad con la tierra, hasta que fue arrancado de ella?

Lo cierto es que aún no ha tenido el honor de terminar en la hornilla, dando un cálido y protector abrigo a sus verdugos, para de esta manera reintegrarse al universo.

Tal vez su tiempo no ha llegado… aún, pero de algún modo u otro llegará.
Mientras tanto seguirá a la deriva flotando sobre las olas, olas que no son conscientes de su propio movimiento, sin embargo ahí están meciéndose de un lado a otro, ¿Para qué quieren saber quién o que impulsa su mecánico movimiento? No lo necesitan. Para que quieren saber que son el resultado de la interacción del indisoluble lazo de las rotaciones de la tierra y la luna, que es a su vez el resultado de la rotación de ambas alrededor del sol, que a su vez es el resultado de la rotación del sol alrededor de una galaxia de proporciones inimaginables, que a su vez es una entre más de cien mil millones de otras tantas que a su vez juegan un baile entre todas ellas. Y allá muy lejos en la infinitud de cientos de miles de millones de galaxias, en una olvidada orilla de una de ellas, hay un sol que aferra a un planeta con su luna, donde en una minúscula ensenada se sienta un hombre viejo a ver el movimiento de las olas que arrastran en un va y ven interminable un pedazo de madera.


Adolfo Camacho Gómez


sábado, 25 de octubre de 2014

EL INJUSTO IMPUESTO AL VALOR AGREGADO.




Cruce fronterizo Tijuana, B.C.
Lo dije en su momento y ahora lo repito con la justificación de los resultados. “No era injusto que la frontera tuviera un Impuesto al Valor Agregado (IVA) cinco puntos porcentuales inferior al resto de la república, lo injusto era que el resto de la república tuviera una carga del 16%”.

En los Estados Unidos el impuesto sobre ventas es privilegio soberano de cada estado y cada uno de ellos pondera muy diferentes factores para fijarlo. El estado que aplica el porcentaje más alto es Tennessee con 9.45% y el estado con la tasa más baja es Alaska con 1.69%, pero también los hay que no cobran nada como Ontario, Montana, New Hampshire y Delaware.
http://taxfoundation.org/article/state-and-local-sales-tax-rates-2014

Como puede apreciarse fácilmente,  la diferencia con los estados fronterizos de Estados Unidos es de hasta 7.5 puntos porcentuales.
Muchos se preguntarán ¿Pero qué importa que en los estados fronterizos de Estados Unidos tengan un impuesto sobre ventas inferior al impuesto al valor agregado en México?
La respuesta no es sencilla, pero hay situaciones fáciles de comprender. En la frontera con Estados Unidos cruzan diariamente millones de personas. Tanto los que ingresan a México como los que van a Estados Unidos son consumidores potenciales. Si los precios en la frontera mexicana suben los visitantes dejan de adquirir productos en México y los mexicanos que cruzan a Estados Unidos procuran comprar los productos americanos más baratos. El resultado es que la industria y el comercio en la frontera mexicana pierden de todas formas. Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo durante todo 2014 y las consecuencias son inmediatas; Las empresas más pequeñas, más vulnerables, son las primeras que cierran, el desempleo aumenta, los salarios se estancan o inclusive bajan, la inseguridad aumenta y esto hace que más empresas cierren, en un círculo perverso.
Aún queda la pregunta ¿Porqué el 16% de IVA para el resto de la república es injusto? 
En principio es injusto porque es un impuesto que grava los ingresos que ya fueron sujetos del Impuesto sobre la Renta (ISR).  Es decir, por cada  $100 pesos que gana una persona, el gobierno le quita inmediatamente $35 pesos por concepto de ISR, pero no contento con eso, al momento de querer gastar los$ 65 pesos que le quedaron el gobierno le quita otros $10.40 pesos por concepto de IVA, por lo que de los $100 pesos ganados originalmente solo podrá disponer para su subsistencia de $54.60 pesos. Todo esto sin considerar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IESPS) que grava en forma adicional ciertos productos y servicios como; Gas, gasolina, teléfono, licores, cerveza, cigarros, bebidas azucaradas y comida chatarra. Y sin considerar tampoco el resto de impuestos municipales y estatales como; Prediales, revalidación de placas y tenencias de automóviles, etc.
Es verdad que el impuesto sobre ventas o el impuesto al valor agregado  han sido adoptados por muchos gobiernos en todo el mundo. Y esto se debe a que es un impuesto confiscatorio, porque reduce el poder adquisitivo de las personas cuyos ingresos ya han sido gravados por el impuesto sobre la rentas, es decir ninguna persona que gaste —y todos gastamos— se libra de pagarlo, y sobre todo porque  es relativamente fácil de recaudar por las autoridades.  Para lograr un equilibrio razonable y justo  algunos países establecen un balance entre el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado. En otros países, sobre todo los de Europa Occidental, los ciudadanos ven que sus impuestos son manejados con gran honestidad y además cuentan con sistemas de justicia y servicios sociales de alta calidad. Todo lo que en México no sucede.   
El gobierno mexicano, pretendiendo ser benevolente, dice que a los asalariados les cobrará menos impuesto sobre la renta y que incluso no cobrará nada a los de más bajos salarios. Pero es una mentira, ya que únicamente se refiere al ISR, todos los asalariados, sean del nivel que sean, tendrán que descontar de su ingreso el 16% del Impuesto al Valor Agregado  cuando compren un cuaderno, un lápiz, unos zapatos o un uniforme escolar, en fin cualquier cosa excepto alimentos y verduras no procesados y medicinas.  Pero si se atreve hacer una fiestecita y desea comprar refrescos, cerveza y botanas tendrá que pagar en forma adicional el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios, mismo que también tendrá que pagar si se atreve a usar un teléfono o si tiene un carrito tendrá que pagar IESPS sobre la gasolina que compre, también tendrá que pagar IESPS sobre la energía eléctrica y el gas que consuma en su casa.  
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informaba a principios de 2014 que 6.7 millones de trabajadores percibían salario mínimo es decir $2,045.50 pesos mensuales. Siendo realistas  estos 6.7 millones de personas, aunque no paguen ISR , solo dispondrán de entre $1,500.00 y $1,700.00 pesos netos para la subsistencia de su familia. Una situación similar afecta a las personas que reciben una pensión.
Sin dificultad se puede apreciar que el IVA es un impuesto injusto y confiscatorio que disminuye sensiblemente el poder adquisitivo de los ciudadanos, afectando con mayor virulencia a los más pobres.
Volviendo al impuesto sobre ventas en los Estados Unidos, debo señalar que no es un impuesto en cascada, ya que únicamente se aplica al último consumidor o como ellos le denominan  impuesto sobre “ventas al detalle”. Por otra parte como este impuesto es fijado por cada estado es muy flexible. Se da el caso, por ejemplo, que en casi todos los estados suspenden su cobro en épocas de regreso a clases y en algunos otros lo hacen en época navideña y de fin de año. También es el caso que todos los alimentos, procesados o no, y medicamentos están exentos de su pago, con excepción de lo que ellos llaman “comida caliente”. 
Esta libertad que tiene cada estado en los Estados Unidos para fijar su propio impuesto sobre las ventas reconoce un hecho primordial, y es que cada estado tiene circunstancias económicas y sociales muy diferentes.  Es notable que en esa competencia por mejorar la economía particular de cada estado ninguno se atreva a rebasar el 10% de impuestos sobre las ventas, que parece ser, cuando menos por ahora, una barrera infranqueable.
Estas diferencias, muy reales, que existen entre todos los estados de la República Mexicana no son consideradas para efecto de la aplicación del IVA. Hay estados que por su pobreza, por su bajísimo producto interno bruto, por su nulo empleo o por ser grandes expulsores de migrantes a los Estados Unidos, debieran tener un IVA diferenciado.  Es el caso también de los estados fronterizos, donde la fuga de consumidores es evidente.
En un México, donde la justicia es deficiente y corrupta, donde los servicios de salud son deplorables, donde la inseguridad es una espada de Damocles para todos los ciudadanos, donde los dineros de nuestros impuestos se derrochan indecentemente,  un IVA del 16% no solo es injusto, es inmoral.

Adolfo Camacho Gómez


sábado, 20 de septiembre de 2014

DE LA CORRUPCIÓN ¿QUIEN ES CULPABLE?


La justicia siempre es motivo de preocupación en todos los países y tienen mucha razón en ello, porque será a final de cuentas lo que lo hará ser un éxito o un fracaso. En algunos porque es muy dura y en otros porque es muy blanda. Inútilmente muchos gobernantes se enfrascan en querer encontrar un punto medio, cuando tratándose de la ley es muy difícil establecer un punto medio o se cumple o no se cumple.

Por una parte tenemos a los encargados de mantener el orden y de salvaguardar a la ciudadanía de quienes no respetan la ley y por otra los que se encargan de administrarla. Los primeros están bajo la tutela del Poder Ejecutivo, uno de los tres pilares de la democracia y para los segundos tenemos otro pilar, El Poder Judicial. Entre ellos tenemos a un tercer pilar El Poder Legislativo, quien se encarga de hacer las leyes que los primeros vigilan y los segundos procuran. 

 Estos tres pilares de la democracia se conjugan para que la justicia funcione correctamente en un país. Cada uno tiene su parte que aportar y de lo bien que lo hagan resulta el tipo de justicia que el país tiene.

Pero, y por desgracia siempre hay un pero en nuestro país, una serpiente los une con un nudo gordiano, la corrupción.

La organización Transparencia Internacional en su informe sobre corrupción de 2012 coloca a México empatado con Bolivia en el lugar 105 de entre 174 países analizados. Entre otros países latinoamericanos colocan a Barbados en el 15, Chile y Uruguay empatados en el 20 solo después de Estados Unidos, Brasil en 69, Salvador y Panamá en 83, Colombia en 94, República Dominicana y Ecuador empatados en el 118, Nicaragua en 130, Honduras en 133, Paraguay en 150 y Venezuela 165.
Si arbitrariamente partimos a la mitad este ranking, México se encuentra entre los más corruptos del mundo. Del otro lado Barbados, Chile, Uruguay, Brasil, Salvador y Panamá, están entre los buenos.
¿Qué pasa con México? ¿Qué pasa con nuestro país? Es difícil para una persona que ha nacido y crecido inmerso en esta sociedad, poder esterilizarse para describirlo, pero aún así trataré de decir una honesta opinión.

Desde que empecé a comprender como funcionan las cosas en nuestra sociedad descubrí, tal como si aprendiera a jugar futbol, es decir como cosa natural, que el soborno pareciera ocupar todo resquicio de nuestras vidas.

Antes que nada quiero comentar que al soborno, que es conocido como mordida en nuestro país, parece ser que llamarle mordida y no soborno, le quita seriedad al hecho y lo vuelve como algo coloquial, como algo que no daña a nadie y si ayuda a todos. Terrible engaño.

Desde los primeros años en la escuela aprendemos que copiar es malo, pero es malo solo si el maestro te sorprende, entonces se convierte en un juego de astucia en la que no tiene nada que ver honestidad, justicia o ética. Conseguir las tareas a cualquier precio o de cualquier manera se vale porque a los maestros poco les importa. Al final comprar un título de cualquier carrera es más que factible. Y no me refiero en sobornar a alguien en la universidad, que puede ser posible, me refiero a que hay lugares especializados y bien conocidos que se dedican a este lucrativo negocio. Con solo proporcionar un nombre y una fotografía lo entregan en unas horas y hasta servicio urgente proporcionan por aquello de una cita de trabajo inminente. ¿Que las autoridades lo saben? Claro que lo saben pero a cambio de un soborno adecuado hacen como que no saben nada. Imposible pensar de otra manera si una y otra vez dicen acabar con esta lacra; detienen a algunos responsables y sin embargo la actividad ilícita persiste. No es difícil imaginar la infinita cadena de ineficiencia que se genera al conseguir un trabajo con un título universitario apócrifo. Vaya, hasta algunos políticos han sido señalados de esta posibilidad.

Por su parte, el maestro se debate entre la impotencia y la mediocridad obteniendo prebendas y defendiendo esa mediocridad por medio de presión y amenazas al gobernante, quien es su empleador, cuya expresión más eficaz es el paro, es decir la suspensión de clases. El maestro tiene el descaro de pedir a los padres de sus alumnos que lo apoyen en la suspensión de clases. ¿Puede alguien siquiera imaginar que un maestro pida a un padre de familia le apoye en su anárquica decisión? Lo cual implica la antítesis del motivo por el cual los padres mandan a sus hijos a la escuela. Pues no hay que imaginarlo, es un hecho real que sucede constantemente en nuestro país. ¿Pero porque sucede? La educación debe ser gratuita dice la ley, es decir el padre de familia no desembolsa ningún centavo al llevar a su hijo a la escuela. Pero es poco consciente de que, lo que no paga en ese momento, lo debe pagar con el cobro de los impuestos que hace el Estado. Pero como la mayoría de los padres no paga impuestos, por estar en la informalidad o evadirlos en la formalidad o porque los salarios son tan bajos que están exentos, no tiene en su ser el valor civil para reclamarle al maestro. Es decir, uno hace como que da clases y el otro hace como que paga impuestos. El campo queda listo entonces para el chantaje del maestro, una de las formas más indignas de la corrupción por tratarse de niños inocentes. El maestro no lo dice abiertamente, sino que solo deja sentir el peso de su autoridad; Si no me apoyas yo tengo el poder de reprobar o expulsar de la escuela a tu hijo. Por su parte el padre o madre del alumno lo apoya porque replica el chantaje; A cambio tu, maestro, tienes que tratar con benevolencia a mi hijo y darle buenas calificaciones. Resulta al final que tenemos un sistema de educación primaria en donde todos los niños sin excepción son aprobados, sin importar su nivel de aprendizaje. La consecuencia no se deja esperar mucho tiempo, la deserción en la educación secundaria es altísima. Claro que existen maestros que no están de acuerdo con éstas prácticas pero se ven impotentes ante la marea corrupta que los rodea. De esta forma en la primera edad del niño queda bien marcado, de la forma didáctica más eficaz, que la honestidad y el esfuerzo no son los valores que fundamentan nuestra sociedad. Aprende de primera mano que la constancia y el esfuerzo no son ninguna prioridad, que el maestro reta al gobierno y que increíblemente se invierten los papeles, ya que es el gobierno quien soborna a los maestros con prebendas para que regresen al salón de clases, en lugar de ser sancionados. Que sus papás aceptan y apoyan a los maestros a cambio de que sus hijos sean bien tratados. Que su aprendizaje (la del niño) no importa para su evaluación final.

Cuando el niño llega la edad adulta ya ha aprendido que el soborno y el chantaje son un medio indispensable para bregar en la sociedad. La variedad de formas se multiplican casi al infinito.

Algo debemos decir sobre la aparentemente inofensiva propina. Esa pequeña cantidad de dinero que damos a las personas en todas partes como una adición del pago que ya hicimos por un servicio. ¿Por qué aceptamos dar propinas tan libre y alegremente? Son varios los motivos que están involucrados en esta práctica. Lo normal y más superficial es una acción por la cual agradecemos un servicio. Pero ¿Porqué pagar un precio adicional por un servicio por el que se supone se ha pagado su justo valor? Por dos simples razones supongo; o porque sabemos que el empleado que nos ha servido está injustamente mal pagado o para que el servidor que recibe un sueldo justo por dar un servicio correcto y adecuado no baje ese estándar. Si consideramos que esto no es soborno porque no se involucra una autoridad, la realidad es que es delgada la línea que los separa. Si lo hacemos por el primer motivo estamos solapando la injusticia de un patrón, es decir la corrupción de un sistema justo de valores. Si lo hacemos por el segundo, aceptamos el chantaje implícito del servidor. Pero también hay otro motivo, pretender que el servidor no siga los reglamentos propios de su empresa en nuestro beneficio. Pero ¡vaya! No hay que hacer una tragedia, se trata de una simple propina. ¿Una simple propina?

En el seno del hogar desde su niñez y adolescencia se da el siguiente paso, el definitivo, el que gradúa con honores al nuevo candidato a ciudadano en el mundo de la corrupción institucionalizada. 
En México la portación de armas está generalmente prohibida, salvo para la policía y para alguno elementos de seguridad privada mediante licencia otorgada por la Secretaria de la Defensa Nacional (SDNA).
Por otra parte existe el derecho constitucional de la posesión de armas para la defensa de personas y bienes, pero esto se supone que únicamente puede ser dentro del hogar puesto que la portación está prohibida. Ahora bien para ejercer este derecho es necesario ser mayor de edad y que la tenencia de un arma esté autorizada y registrada ante la SDNA, quien limita la capacidad y calibre de las armas permitidas a menores de las que poseen las policías y el ejército.
Tenemos entonces que la tenencia o posesión de un arma está permitida por la constitución para cualquier ciudadano mayor de edad bajo las limitaciones que la SDNA impone… ¡Pero el comercio de armas está prohibido! Tenemos aquí uno de muchos absurdos en nuestra patria ¡La constitución permite pero la ley prohíbe!
Es aquí donde el niño después adolecente, en el seno de su hogar con sus padres como ejemplos primigenios, se enfrenta con un incomprensible absurdo que desemboca en la ilegalidad y corrupción más inimaginablemente difundida y enraizada en todos los rincones de la patria, desde los más ricos hasta los más pobres, desde las grandes urbes hasta los parajes más recónditos.
A sabiendas de la ilegalidad del hecho y por lo mismo nadie habla de ello, no se comenta con amigos menos con extraños, pero en millones de hogares en todo lo ancho y largo de nuestra república existen millones de armas de todo tipo. ¿Cómo llegaron a nuestro país? ¿Cómo fueron adquiridas? ¿Quién las vende?
Ante el inalienable instinto del jefe de familia por proteger a los suyos y sus bienes frente a la creciente e incontrolable ola de criminalidad y la ineficacia de la policía, poseer un arma se ha vuelto parte de la cotidianidad y en las zonas rurales hasta de supervivencia tanto por su defensa como para llevar comida a la mesa mediante la caza de especies menores.
Como no existe un mercado legal de armas la necesidad anímica o real por poseerlas ha provocado un mercado ilegal. Se vende, se compra y se guarda en sigilo, fuera de la ley. Al no haber documento que valide su legal adquisición hace imposible que el ciudadano acuda a la SDNA para registrarla. La cadena de ilegalidad y corrupción se da por necesidad. Entran las armas al país ilegalmente a través de un sistema aduanal ineficiente y corrupto, se comercia con ellas ilegalmente por la ineficiente y corrupta policía y el soborno con su manto facilitador lo cubre todo. Por tal motivo las autoridades no tienen ni la menor idea de cuantas armas existen en posesión de los ciudadanos, ya no digamos en manos de las mafias, delincuencia organizada o grupos guerrilleros.
Es tan consciente, sínica y permisora la autoridad de esta red de ilegalidad y corrupción que en las fiestas de año nuevo, cuando es costumbre que la gente saque sus armas para a mitad de la noche hacer disparos al aire, que la SDNA, los Gobernadores y Presidentes Municipales hagan peticiones públicas a la ciudadanía para que se abstenga de hacerlo. Petición que orondamente año con año es desoída y no pasa nada. En estas festividades es cuando generalmente el niño hace sus primeros disparos. Gran enseñanza para el joven que pronto será ciudadano.
Los absurdos se multiplican. El comercio de drogas está prohibido, pero la ley exime de culpa al ciudadano que porte hasta cierta cantidad de droga para su uso personal. ¿Entonces como diablos va adquirir ese mínimo que la ley le permite? Por supuesto en forma ilegal.
Estar en la informalidad, es decir, operar una unidad de comercio o servicio sin los registros y permisos requeridos y por supuesto sin pagar impuestos es un delito, pero la autoridad lo permite, lo solapa y hasta se aprovecha de ello con el argumento de que la constitución consagra el derecho de todo mexicano a ganarse la vida honestamente, organizando a millones de gentes con fines políticos. 
Las malas prácticas entre ciudadanos que comúnmente calificamos como corrupción, técnicamente no es tal, más bien son delitos perfectamente punibles en las leyes vigentes. Todas estas malas prácticas son susceptibles de querellas legales entre particulares y de castigar.
Pero cuando entramos al ámbito de la ley y la justicia en donde las autoridades son las encargadas de hacerlas y aplicarlas si podemos hablar de corrupción lisa y llana.
Si México es tan corrupto, como dice Transparencia Internacional, quien es entonces quien debe liderar el cambio, la transformación.
Se nos dice repetidamente desde el gobierno, pretendiendo lavar su culpa, que para que exista corrupción tiene que haber dos, el que ofrece y el que recibe, es decir, el ciudadano civil y el funcionario gubernamental. La realidad es que esta opinión tan difundida es conceptualmente falsa porque la acción o inacción a conveniencia del actor gubernamental es el origen y objeto de la práctica corrupta.

La realidad es que en todo el mundo en todos los países a habido y siempre habrá quien intente evadir la acción de la justicia, inclinarla a su favor u obtener beneficios económicos comprando el favor de las autoridades. ¿Por qué entonces en unos países florece la corrupción y en otros no? La respuesta es muy sencilla. En los países en donde la corrupción es mínima no es porque no existan ciudadanos con la intención de burlar la ley, sino porque los funcionarios encargados de aplicarla no lo permiten y los castigos para aquellos que transigen son efectivos, duros y ejemplares.

Hace poco escuche nada menos que al presidente de la república Enrique Peña Nieto decir en televisión nacional que acabar con la corrupción en México es muy difícil porque es un asunto cultural. Nada más por esta sínica respuesta el presidente debería ser defenestrado. Su sínica respuesta implica que desde la propia presidencia de la república se solapará —por no decir se promoverá— la corrupción ya que según su propio dicho poco o nada puede hacer.

Para Enrique Peña Nieto es tan natural la corrupción porque él mismo es fruto de la corrupción. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no nace para ofrecer una opción democrática a la ciudadanía sino para controlarla mediante el reparto de favores a sus líderes. Desde el más modesto jefe seccional hasta los más altos cargos, todos han sido receptores del reparto de beneficios. Escalar jerarquías hasta ser premiados con un puesto en la estructura gubernamental fue el sistema instalado durante 70 años. El aforismo o máxima de todo integrante del PRI y de su sistema fue y parece vuelve a ser “No me des, nomás ponme donde hay…que de agarrar yo me encargo” y en la ciudadanía en general se hizo común la ingeniosa ocurrencia “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” que no significaba otra cosa que estar fuera de la nómina gubernamental es estar jodido. Pero la corrupción fue solapada, promovida y ampliamente aprovechada por los más encumbrados personajes, no obstante a ello, se convirtieron como aberrantes ejemplos, en figuras veneradas por el PRI. El representante más señero de esta élite, no por único sino porqué alardeó sin tapujos de su fortuna, fue el profesor Carlos Hank González, quien de ostentarse un modesto profesor — que no lo era— acumuló una inmensa fortuna al amparo del poder, gobernó el Estado de México y se le atribuye el liderazgo de una especie de cofradía llamada Grupo Atlacomulco de donde se ha presumido la designación de los gobernadores del Estado de México desde la década de los 40 y cierta influencia para la elección de candidatos a la presidencia de la república. A este personaje se le atribuye la frase “Un político pobre es un pobre político”. En esta línea de corrupción se inserta el propio Enrique Peña Nieto quien fue a su vez gobernador del Estado de México y ahora presidente de la república, es decir tiene su origen en el Grupo Atlacomulco. Es pues la corrupción un aluvión, que bien ha permeado en la sociedad y tiene su punto de partida en los más altos cargos de la nación.
“Primero mátalos y después averiguas” fue una frase atribuida al presidente Porfirio Díaz, la cual manifiesta el máximo desprecio posible a la ley y la justicia. Posteriormente, fue adoptada en su hacer cotidiano por el anterior forajido y después líder de la revolución Francisco Villa. Como herencia maldita de esta máxima, aún hasta nuestros días, se encarcela sin el menor reparo a gente inocente sin tener la menor prueba real de culpabilidad dejando en el inculpado encarcelado la carga de la prueba de su inocencia.
“Carrancear” fue una palabra adoptada por el pueblo como sinónimo del robo descarado de los bienes de la nación durante el periodo del presidente Venustiano Carranza, quien fue asesinado como resultado de las luchas por el poder en su huida para establecer su gobierno en Veracruz.
“Nadie resiste un cañonazo de 50,000 pesos” sinónimo de la mayor indecencia posible, fue la expresión del General Álvaro Obregón, quien fuera presidente de México y a quien se atribuye la maquinación del asesinato de Venustiano Carranza.
“Es el orgullo de mi nepotismo” dijo el presidente José López Portillo cuando designó a su hijo como subsecretario de programación y presupuesto. Costumbre despótica nada extraña, más bien común, aceptada y ejercida por todos los presidentes de la república y por todos los funcionarios públicos desde el más alto hasta el más bajo nivel. Es bien sabido como Benito Juárez dio empleo a toda su parentela y siguiendo su ejemplo, así ha sido hasta la fecha.
Pero la corrupción más nefasta, la práctica que ha podrido hasta las entrañas a la nación entera y que nulificó totalmente los poderes legislativo y judicial, es la que instauró Álvaro Obregón abrogándose el poder de la designación de su sucesor en la presidencia de la república desde 1924. Quien en aquel momento recibió el beneplácito fue Plutarco Elías Calles. De ese momento hasta 1994 todos los presidentes de México fueron designados en forma personalísima por sus antecesores y cada uno de ellos en forma similar fue el gran elector de todos los gobernadores y estos a su vez de todos los presidentes municipales. Las elecciones pasaron a hacer un simple remedo democrático. A través de la coerción, el fraude o la violencia siempre ganaron los designados por el presidente. El propio gran santón de la revolución, el General Lázaro Cárdenas jamás hubiera sido presidente si no fue por la designación que de él hizo Plutarco Elías Calles, que bien pudo haber escogido a otro dejando en el ostracismo histórico a Cárdenas, pero éste a su vez no pudo evitar sustraerse a la nefasta práctica corrupta y designó presidente a Manuel Ávila Camacho.
Fue tal el descaro manifiesto del uso de ésta usurpación de la voluntad ciudadana, no únicamente ilegal sino también irracional, que la mayoría de los ex presidentes en sus memorias lo han descrito. El escritor Mauricio González de la Garza en su libro Diluvio[1] nos relata del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz; "Luis Echeverría fue escogido, según palabras de don Gustavo, por silencioso, por disciplinado, por trabajador, por patriota y por anticomunista. “Si alguna vez hubiera aceptado ir a comer a su casa —y no fui para protegerlo— de seguro que jamás llega a la presidencia. Unas horas en esa casa me hubieran revelado todo lo que estuvo para mi escondido”.
¿Regresará Enrique Peña Nieto, después de doce años de habernos librado de ella, ésta nefasta costumbre? Por el bien de México espero que no.
Es mentira púes que el pueblo sea corrupto por naturaleza. La corrupción nace, se derrama y se esparce desde las más altas élites del poder. El pueblo se ve inmerso en la corrupción por necesidad, por la necesidad que le impone el estado corrupto y corruptor para poder deambular por los vericuetos kafkianos de la burocracia y la justicia.

Adolfo Camacho Gómez



[1] DILUVIO (Mauricio González de la Garza) Editorial Grijalbo 1988 página 59.

viernes, 29 de agosto de 2014

MÉXICO LIBERAL ¡QUE HORROR!


Supongo que cuando Usted se refiere en forma negativa al sistema liberal, es porque está en su contra. Luego entonces debo entender que Usted puede ofrecernos otro sistema en su lugar y en consecuencia contrario al primero.

Supongo de nuevo que no se refiere liberal a lo político sino en lo económico. Porque un país liberal en lo político, aunque suene a Perogrullo, es donde sus ciudadanos gozan de libertades plenas y creo que ni Usted ni yo podríamos escribir lo que escribimos si no viviéramos en un país políticamente liberal.

Ahora bien, vivimos, querámoslo o no en un mundo económicamente liberal. Quedan muy pocos países que en su interior son totalmente estatistas, es decir en una economía en donde todos los medios de producción y de servicios son controlados por el estado, y estos por necesidad no son liberales políticamente. Pero aún estos países, como un todo, participan y se benefician del sistema económico liberal mundial.

Si se trata de hacer una reflexión objetiva debemos preguntarnos porque quedan tan pocos países totalmente estatistas y la respuesta es muy sencilla; porque en todos aquellos en que reprimieron a sus ciudadanos todas las posibilidades de emprender se empobrecieron tanto como pueblo y como país que no les quedó más remedio que liberar el emprendimiento de sus gentes y esto no puede dar verdaderos frutos si no se insertan en el mercado mundial.

Se culpa de la pobreza de muchos países al imperialismo yanqui, pero la realidad, esto dista mucho de ser verdad.  De hecho la Unión Soviética y la China comunista se comportaron durante muchas décadas como verdaderos países imperiales, manteniendo por la fuerza bajo su control férreo a tres cuartas partes del mundo en Europa, Asia, África y América, y a otros países alineados o simpatizantes que en más o menos medida establecieron su sistema comunista. Para su desgracia, por ello, muchos de esos países siguen siendo de los más pobres. Pero hubo otros que se sacudieron el yugo comunista soviético o chino y otros que al caer las barreras que los retenían por la propia bancarrota de la Unión soviética y China migraron rápidamente al sistema liberal y se han convertido en países prósperos, muchos de ellos más que México.  Es más la propia ex Unión Soviética, ahora Rusia y China son ahora países económicamente liberales.

México no es pobre, nuestra economía ronda en la 12 y la 15 del mundo, si lo vemos de esta manera estamos entre los más ricos. México es un país profundamente desigual, pero no es debido a si se hace más o menos liberal económicamente, sino a la indolencia de los propios mexicanos que hemos dejado hacer  y deshacer a su antojo a políticos ineptos y corruptos. Hemos dejado instaurarse una burocracia dorada al más puro estilo de la nomenclatura soviética y una  aberrante partidocracia que extrae impúdicamente miles de millones de pesos, a la cual, con tristeza, he visto sumarse a quien se autonombraba adalid de la rectitud y honestidad política, Manuel López Obrador, quien a mi entender debió mantenerse incólume.  Y que este remedo de sistema político-burocrático ha atenazado el pleno emprendimiento de los mexicanos.

Por favor,  si hay otro sistema económico que no sea el liberar, el cual pueda adoptar nuestro país,  dígamelo por favor.   

Adolfo Camacho Gómez

martes, 19 de agosto de 2014

ENRIQUE PEÑA NIETO...LA MENTIRA SU FORMA DE GOBIERNO.

Marcha por la paz en Tampico, Tamaulipas, México.

Ahora Peña Nieto nos viene a decir que los asesinatos dolosos han disminuido 17%¹. Resulta que ahora él lleva su cuenta particular. Todo lo que vemos los mexicanos todos los días no cuenta. Quien en su sano juicio puede creer semejante disminución.
De nueva cuenta los medios parecen estar en el juego de Peña Nieto porque no he visto que cuestionen sus cifras como lo hacían en el sexenio de Calderón que llegaban a desmentir las cifras oficiales hasta si diferían con un solo dígito contra sus propios registros.
En el sexenio de Calderón prácticamente todos los medios llevaban al día sus propias cifras y parecía un deporte cotejarlas con el medio competidor y publicarlas a ocho columnas.
Ahora los medios dan a conocer algunos de los asesinatos y los hallazgos de tumbas clandestinas, porque es claro que no todos, y parece ser que a nadie le importa ahora llevar la cuenta exacta, ni maximizar los hechos como lo hacían en el sexenio de Calderón. Me pregunto por qué. ¿A caso los medios ya hicieron su pacto con Peña Nieto? ¿A cambio de qué? ¿O amenazados con qué?
Está más que claro que Peña Nieto de nuevo le miente al pueblo mexicano y en forma descarada manipula las cifras para tratar de justificar que no ha podido contener la criminalidad en México. Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Veracruz son solo una muestra. Y ahora el Estado de México. Estado que él gobernó y  en donde en aparente complicidad con los medios, que manejaba a su antojo, y que parece que hoy lo hace con mayor eficacia,  ocultó las verdaderas cifras de narcotráfico y criminalidad que ahí había y que ahora están saliendo a la luz inconteniblemente. Criminalidad y narcotráfico que no brotó ahora por arte de magia, existía durante el gobierno de Peña Nieto quien en vez de atacarlo lo dejó crecer a ciencia cierta, porque no se puede explicar de otra manera, con el fin de dar la falsa imagen de que en el Estado que él gobernaba no pasaba nada malo, mientras gastaba cientos de millones de pesos en publicidad en plena campaña para la presidencia desde la gubernatura que el detentaba. Ahora el actual gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, ante la incontrolable ola de criminalidad y narcotráfico que heredó, ha tenido que pedir la presencia del ejército y la policía federal.
Muy pronto Peña Nieto quedó en ridículo, ya que no le quedó otro camino que mandar al ejército y a la policía federal para contener la criminalidad y el narcotráfico, como lo había hecho Calderón, para sofocar los brotes en todos los rincones asediados de México. Hecho que durante toda su campaña gritó que no haría.

¹ El 14 de agosto Enrique Peña Nieto ha declarado que los homicidios dolosos han disminuído 27%. Conforme la realidad percibida por la ciudadanía en su vida cotidiana no puedo más que decir que solo parecen cifras alegres acompañadas de un vergonzoso silencio complice de muchos medios de comunicación.


Adolfo Camacho Gómez


sábado, 9 de agosto de 2014

EL DEMAGOGO SIEMPRE MIENTE.


El presidente del PAN y la asamblea del Distrito Federal ha propuesto aumentar los salarios por decreto.
No me sorprende que los asambleístas del PRD y el PAN hagan una propuesta de esta naturaleza porque con toda claridad se percibe que lo que menos les interesa en este momento es beneficiar al trabajador y sus familias. No de ninguna manera. Lo que les interesa en este momento es ganar escaños en la asamblea, ganar el mayor número de delegaciones y pelear por los municipios y estados en disputa en las próximas elecciones del año 2015.
Solo espero que el PRI y Enrique Peña Nieto no se enganchen y por llevar la delantera cometan el aberrante error de aumentar por decreto los salarios.
Aunque muchos mexicanos no lo recuerden, no concibo que nuestros representantes y menos el propio presidente desconozcan nuestra historia económica más reciente.
Queriendo corregir un problema económico estructural, originado básicamente por un gasto irracional, los presidentes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel De Lamadrid y Carlos Salinas tomaron  con singular irresponsabilidad  esta medida, no una, sino dos o tres veces por año y lo único que lograron fue crear la inflación jamás imaginada en México que en lugar de ayudar al trabajador lo empobreció más. Pero las consecuencias no se quedaron ahí. Como medida compensatoria los interese subieron hasta hacer impagables las deudas. El peso se devaluaba todos los días. La caída del poder adquisitivo provocó que la producción disminuyera hasta caer en recesión.  Las deudas bancarias quedaron impagas originando su virtual quiebra. Para solucionar esta encrucijada el gobierno tuvo que recurrir al famoso rescate bancario. Una cajetilla de cigarros valía 12,000.00 pesos. Para tratar de minimizar ante los ojos de la gente esta monstruosidad se recurrió al ilusionismo de emitir billetes nuevos con una quita de 3 ceros.
Todo aquello parece muy lejano, pero la realidad es que aún estamos sufriendo sus secuelas. Por más que se quiera negar, las duras medidas económicas tomadas por Ernesto Zedillo y la disciplina financiera de los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón han puesto a México de pie nuevamente. Los políticos actuales no quieren recordar que las arcas de la nación estaban vacías al inicio del sexenio de Ernesto Zedillo, quien tuvo que solicitar un préstamo de emergencia a los Estados Unidos por  50 mil millones de dólares y que el presidente Bill Clinton lo autorizó en contra de su propio congreso salvando a México de una cesación de pagos de la deuda pública.  Hoy por hoy las reservas de México son las más altas habidas en su historia y no gracias al PRI.
En la administración de Enrique Peña Nieto parece olvidarse toda aquella tragedia. Pide y se le autoriza un déficit presupuestal y un aumento en la deuda pública por arriba de lo razonable, Queriendo equivocadamente con esta medida aumentar artificialmente el crecimiento económico para cumplir su promesa del 5%. Pero ya se ve que nada se logra con esto. El crecimiento disminuye y la inflación aumenta. Entonces La tentación para el gobernante aparece como el dulce para un niño, aumentar por decreto los salarios, cerrando con esto un círculo diabólico del cual es muy difícil salir.
Las medidas demagógicas son alegremente aceptadas por el pueblo porque prometen un beneficio inmediato pero que a mediano plazo lo que entrañan es sufrimiento.
Si no se tiene la capacidad de ver en nuestra propia historia, basta voltear a Europa en la actualidad y ver a todos aquellos países que irresponsablemente se endeudaron y despilfarraron sus recursos o voltear a ver en nuestra América el infernal agujero en que se encuentran Venezuela y Argentina. Y en el que Brasil se verá inmerso si no corrige rápidamente.
México no debe perminitir más endeudamiento nacional ni presupuestos deficitarios y no debe creer de nuevo en ese demagógico engaño de gobernantes que no velan por el bienestar del pueblo sino solamente por sus propios intereses.

lunes, 4 de agosto de 2014

TAMAL DE FRESA, UN EXQUISITO MANJAR.


El Tamal, es tal vez, uno de los alimentos más representativos de nuestra herencia indígena, teniendo como ingrediente principal el maíz. Al llegar los españoles a América encontraron que este alimento era preparado y consumido tanto por la gente común como por los reyes. No es difícil suponer el asombro de los primeros españoles al encontrar que este alimento requiere para su elaboración un grado de sofisticación importante y el resultado es un alimento altamente nutritivo y exquisito en grado sumo, con la posibilidad de hacer combinaciones con una gran variedad de ingredientes, dando por resultado una gama casi infinita de sabores. 

El origen de la palabra tamal proviene de la lengua náhuatl tamalli que significa envuelto. Se ha encontrado que su consumo se remonta a épocas anteriores a Cristo y a regiones que van desde América del Norte hasta Chile, pasando por América Central y el Caribe. En México es común que se consuma como un regusto en las meriendas, pero tradicionalmente en fechas conmemorativas como el día de la Candelaria que se celebra el día 2 de febrero, en Navidad, Año Nuevo y también en celebraciones familiares durante todo el año. Puede tener como el ingrediente principal además del maíz, carne de res, puerco o aves, así como frutas y vegetales. 

En esta ocasión les presento la receta proporcionada por una querida lectora para la elaboración de tamales de fresa que resultan ser un exquisito postre y su elaboración requiere de aproximadamente 2 horas. 

Ingredientes para toda la receta:

1 1/4 tazas de leche de vaca.
1/2 cucharita de polvo para hornear (levadura química).
1 taza de mantequilla
1 taza de azúcar blanca
1/2 cucharita de esencia de vainilla
2 tazas de harina de maíz
2 tazas de fresas
1 pizca de sal
1/2 taza de manteca vegetal
30 piezas de hojas de elote
Desinfectante de verduras 

Utensilios:

Tazón
Tabla para picar
Cuchillo grande
Machacador de frijoles
Batidora
Pala Miserable
Cuchara
Vaporera con tapa
Estufa

Preparación:


Poner a remojar las fresas en un tazón con agua y unas gotas de desinfectante de verduras durante al menos 5 minutos. Escurrir y cortarles el rabo. Colocarlas en un tazón y machacar con un machacador de papa junto con la vainilla y una pizca de sal. Dejar las fresas con pequeños trozos.

Dejar suavizar un poco la mantequilla y batir con la batidora junto con la manteca, el azúcar y el polvo para hornear hasta que se esponje un poco. Añadir la harina de maíz poco a poco sin dejar de batir manualmente con una pala miserable. Agregar la leche y las fresas molidas hasta integrar por completo. Si la masa queda muy aguada, agregar un poco más de harina de maíz.

Poner a remojar las hojas de elote en agua bien caliente al menos 20 minutos para que se suavicen.

Rellenar las hojas remojadas con una cucharada de la masa y envolver como tamales. Si se desea puede poner en el centro de la masa pedazos adicionales de fresas. Si las hojas para tamal son pequeñas, utilizar dos metidas una sobre otra para cada tamal. Se pueden amarrar los tamales con tiritas de las mismas hojas de elote.

Colocar una capa de hojas de tamal en la parte baja de la vaporera. Colocar los tamales parados, recargados uno sobre otro dentro de la vaporera formando una pirámide. Cocer al vapor durante aproximadamente una hora o una hora y media hasta que se desprendan de la hoja.

Servir bañados de crema o yogur y acompañados de café o chocolate caliente para la merienda o el desayuno. 


Adolfo Camacho Gómez


sábado, 26 de julio de 2014

MÉXICO; REALIDAD O FICCIÓN.


Una reforma fiscal equivocada, que refleja cuando menos falta de visión no digamos a largo plazo sino a cortísimo plazo.
En una economía que venía desacelerando se le quita poder adquisitivo a las empresas y trabajadores y lo único que provoca es acelerar la caída.
En lugar de simplificar el pago de impuestos se complica más el cumplir las obligaciones fiscales.
En el Sistema de Administración Tributaria (SAT) se enseñorea un nuevo Robespierre blandiendo su guillotina creando una nueva era de terror.
A todo lo largo y ancho del país se exhibe descaradamente el derroche de los impuestos que empresas y ciudadanos pagamos con fruición y sacrificio.
Un gasoducto que se inaugura sin estar debidamente terminado. La construcción de un transporte colectivo que revela corrupción por todos lados. Un programa asistencialista contra el hambre que no resuelve el hambre sino que la pospone para el día siguiente pero que genera muchos votos. Una partidocracia que extrae vampiresamente miles de millones de pesos anualmente sin el menor dejo de pudor ante las necesidades del pueblo. Cientos de políticos que de no haber tenido nada ahora lo tienen todo y que sus fortunas no resisten un escrutinio estricto.
En una maquiavélica venganza donde con rapidez inaudita se establecen flujos de dinero y conexiones para encausar una demanda contra una lideresa, pero no se corre la misma diligencia con otros líderes y políticos que están en la misma situación.
Lazos familiares que establecen los eslabones para usufructuar gubernaturas por generaciones y encumbrarse en puestos de poder hasta la máxima instancia.
Condonación de la deuda de cientos de millones de dólares a un país (Cuba), sin una clara explicación de los beneficios que dicha decisión traerá para los mexicanos, despreciando además el hecho de que ese dinero no pagado le pertenece por derecho propio a cada mexicano.
Se decide convertir a deuda soberana la omisión del pago de los impuestos retenidos a los trabajadores por Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, pero se encarcela al dueño de Oceanografía por el mismo motivo y se amenaza con lo mismo a cada patrón. Y simultáneamente en contradicción inaudita se aumentan los precios de gasolinas, diesel, gas y energía eléctrica.
Inexplicablemente se perdona a una secuestradora francesa ante la  visita del presidente mexicano con el presidente francés,  sin tener ningún reparo en la ofensa descarada infligida a los ofendidos y con ellos a todos los que han sufrido este flagelo.
Con indolencia sin igual el gobierno maquilla cifras de homicidios y otros delitos tratando de engañar desvergonzadamente a la ciudadanía y la mayoría de los medios de comunicación que antes le plantaban cara al gobierno ahora callan como aturdidos con un velo de complicidad poco explicable por decir lo menos.
Una octogenaria anciana ya sin fuerzas por toda una vida dedicada a los desamparados se ve asediada y denigrada por las mismas autoridades que por décadas eludieron su responsabilidad.
Desplante triunfalista de un presidente por traer a México el evento internacionalmente conocido de Fórmula Uno pero que no explica con claridad por qué un convenio de esa naturaleza tiene que ser firmado por el Secretario de Hacienda. Para después enterarnos que el gobierno mexicano aportará una importante cantidad de millones de pesos para la remodelación de las instalaciones donde se llevará a cabo. Dinero que por supuesto proviene de los impuestos de todos los mexicanos que con sacrificios pagamos y no se nos dice los beneficios tangibles que por ello recibiremos a cambio. Un ingenuo presidente que compra la idea de promover un país con un evento de lo más elitista entre lo elitista. Y que no se nos dice, pero que no es difícil suponer dada la presencia del Secretario de Hacienda, que la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), como la FIFA (Federación internacional de Fútbol Asociación) y el COI (Comité Olímpico Internacional), exigen como requisito sine qua non para designar como sede a un país la exención total de impuestos.
Una reforma educativa de la que no se vislumbra claramente su real implementación y que no pone con fuerza y contundencia en el centro rector a los padres de familia y a la sociedad entera.
Una reforma política que solo deja ver el encumbramiento hasta niveles insospechados de una nueva casta divina, la partidocracia.
Una reforma en telecomunicaciones que dice beneficiar al ciudadano común y corriente pero que en realidad es una lucha a muerte entre ricos y poderosos.
Una reforma energética, por años postergada y que por lo mismo llega muy tarde, y que por la cual el gobierno promete a todos los mexicanos el paraíso y la bienaventuranza eterna. Pero que en realidad, si se implementa con honradez y eficiencia, tardará un buen número de años en que los beneficios se empiecen a sentir en la población y solo serán marginales.  Sin embargo el gobierno para promover su más preciada joya incurre en las mentiras más insólitas. Por ejemplo afirma que construirá diez mil kilómetros de gasoductos en lo que falta del ejercicio de su sexenio. Pero sin considerar que aún no hay proyectos, ni licitaciones, ni contratos asignados, y que solo le faltan cuatro años a su gestión, si se construyera un kilometro diario de gasoducto necesitaría diez mil días para su terminación, es decir, 27 años y cinco meses. Ante esto no hay mucho que decir.
Esta es la triste realidad de un México en que el ciudadano común y corriente, con sus carencias, su falta de educación, su marginación, su pobreza y su hambre es lo que menos importa a políticos encumbrados y aferrados a sus nichos de poder viviendo una bonanza insultante.

Adolfo Camacho Gómez

martes, 15 de julio de 2014

BRASIL ¿DESPUÉS DEL MUNDIAL QUE?


Aunque el fútbol es solo un deporte. Es un deporte que incide insospechadamente en la política de muchos países, especialmente de los latinoamericanos.
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, se vio comprometida gritando el gol de Alemania cuando sentada al lado de la presidenta de Alemania, la señora Ángela Merkel— quien sin guardar ninguna compostura celebró de pie y levantando los brazos— que la selección alemana anotó y que le dio el triunfo y el campeonato mundial. Después muy acongojada la Señora Rousseff tuvo que entregar el trofeo al capitán alemán. Un trofeo que daba por hecho entregaría a la selección de Brasil con lo que aliviaría en alguna medida el enojo de la población por los altísimos gastos para la celebración del campeonato.
El contraste de dos singularidades, dos mujeres rompiendo el paradigma del monopolio masculino milenario del poder. Una, Ángela Merkel, dirigiendo a la nación más importante de la Unión Europea y la cuarta más importante del mundo. La otra Dilma Rousseff, dirigiendo a la nación más importante de Latinoamérica y la séptima economía del mundo, pero cuyas decisiones se ven influenciadas y en algunos casos condicionadas por las de la primera.
Alemania con un Producto Interno Bruto per Cápita de $ 40,750 dólares y Brasil de $ 12,340 dólares. En uno la riqueza y el bienestar de sus ciudadanos son el común denominador y en otro donde la pobreza y la desigualdad son la tragedia que parece imposible de superar.
¿Por qué entonces un país que si bien es económicamente muy importante dentro del ranking mundial, pero que es muy pobre en cuanto al reparto de su riqueza, se embarcó en la realización de la Copa Mundial de Fútbol?
La respuesta es sencilla: El ansia de trascender de un presidente y la voracidad de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación).
Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil de 2002 a 2010, recibe un país en crecimiento y que no deja de crecer durante todo su mandato. Brasil se convierte entonces en la economía emergente de moda. Su presidente es alabado por los analistas económicos más importantes del mundo y los inversionistas aprovechan el momento llevando un rio de dólares.
Lula da Silva en la cresta de la ola vislumbra la oportunidad de dejar inscrito su nombre en la historia y compite por que su país sea la cede no solo del campeonato mundial de fútbol, sino también de las olimpiadas de 2016 en Rio de Janeiro.
Es innegable la voracidad de la FIFA, que aprovechando la desesperación del  presidente de un país emergente por instalar a su país en el circulo de los ricos y poderosos, pone a competir a países desiguales por la obtención de la cede, quienes ofrecen lo inimaginable con tal de conseguirla. De esta forma el Gobierno de Brasil ofrece entre otras muchas cosas la construcción de estadios nuevos y sobre todo, lo que más importa a FIFA, la exención total de impuestos.
De esta forma la FIFA se lleva todas las ganancias y el país cede, en este caso Brasil, carga con todos los gastos.
Lula da Silva deja el poder en 2010 a la nueva presidenta Dilma Rousseff, quien es quien tiene que afrontar el reto y las cuantiosas erogaciones que implicaron implementar la seguridad,  vías de comunicación, transporte y por supuesto los nuevos estadios, en un momento en que la economía de su país empezaba a declinar y su pueblo empezó a resentirlo.
Se volvió imperioso que la selección Brasileña ganara el campeonato para de esta manera aliviar las tensiones que el dispendio provocó en la población. La ecuación no resultó y no solo eso, sino que además su selección de fútbol mostró un pésimo desempeño en el campo deportivo, desilusionando al país más futbolero del mundo.
El descontento social volvió a resurgir con furia el mismo día de haber concluido el campeonato.  Para la Señora Rousseff será un gran escollo por resolver, si la economía de Brasil no repunta muy pronto, ya que tiene enfrente, a escasos dos años, la celebración de los Juegos olímpicos en Rio de Janeiro, lo que implicará sin lugar a dudas nuevas e incalculables erogaciones para una economía que no pasa por su mejor momento. Más si consideramos que procurará cuando menos igualar a los anteriores de Londres y Beijing.  
Por supuesto mis mejores esperanzas son que la economía de Brasil pronto repunte, que la distribución de la riqueza mejore entre toda la población y que las próximas olimpiadas sean todo un éxito.  

Adolfo Camacho Gómez        

viernes, 4 de julio de 2014

CARTA DE UN PADRE A SU HIJA


Querida hija:
Hace tiempo he querido hablarte sobre la felicidad, esa palabreja tan común pero tan importante para ustedes las mujeres. Por fin he decidido hacerlo. No espero que esto sea una enseñanza y menos un concejo, es solo una reflexión de un padre.
 Este concepto normalmente evoca un estado de ánimo, que asociamos a bienestar general, ausencia total de problemas, situación económica resuelta y un trato cotidiano amoroso con nuestros seres queridos y las demás personas. Es decir idílico.
Tratando de ser objetivo veremos cómo lo describe el diccionario de la real academia española: “Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien, satisfacción, gusto, contento,  acontecimiento o suerte feliz”. Es tan complicada de definir esta palabra, que la propia Real Academia Española en su definición increíblemente incluye la propia palabra que define.
Como puedes ver, para empezar, habitualmente insistimos en darle un mayor sentido que la palabra en sí misma significa. Y que si nos detenemos un poco a pensar en ello, cuando hablamos de felicidad nos estamos refiriendo a un estado idílico, un sueño imposible de alcanzar y mantener cotidianamente. Hay muchas personas que sinceramente piensan de esta manera y como ese estado idílico no llega a hacerse realidad, permanentemente viven frustradas, amargadas y resentidas contra todo mundo, la vida, Dios, etc.
De hecho durante un solo día de nuestras vidas podemos pasar por muy diferentes estados de ánimo. Desde una feliz exaltación porque te habló por primera vez esa persona tan especial, hasta la absoluta decepción por no recibir las flores que esperabas.
Es necesario, para evitar frustraciones a lo largo de tu vida. Que entiendas que la felicidad es un estado de ánimo y que a fin de cuentas el balance de las cosas buenas o malas que vivimos en un día, en una semana, o en un año, nos permiten decir; hoy tuve un día bueno o esta semana fue fatal o este fue mi mejor año. 
Ya te diste cuenta que él término felicidad califica a veces un pasado reciente o un periodo largo de tiempo. Pero lo curioso es que también utilizamos este sentimiento para calificar nuestro estado de ánimo actual en función de hechos pasados y lo más sorprendente también  futuros:
Me siento feliz hoy porque mañana es mi cumpleaños y tendré una fiesta.
Me siento feliz hoy por que la semana que entra me gradúo.
Me siendo feliz hoy por que el mes que entra me caso.
O puede ser...
Me siento mal hoy porque mi cumpleaños no fue lo que esperaba.
Me siento mal hoy porque no me dieron el trabajo que quería.
Me siento mal hoy porque creo que mi marido me engaña.
Que también pudiera ser...
Me siento feliz hoy por que mi fiesta de cumpleaños fue fabulosa.
Me siento feliz hoy por que conseguí un magnífico puesto en una gran compañía.
Me siento feliz hoy por que mi matrimonio ha sido maravilloso.
Utilizamos pues la palabra felicidad para calificar el presente en relación del pasado y en función de las “expectativas” futuras.
Lo intrincado de este asunto es que normalmente explicamos nuestra felicidad, que es un sentimiento actual, más exactamente del instante actual, en relación a hechos pasados o por venir. Y nos regodeamos en ese estado de felicidad o infelicidad pero no utilizamos ese presente para perfeccionar o corregir ese estado, ese sentimiento.
Te hago estos comentarios, precisamente porque me he dado cuenta que ustedes las mujeres, ponen mucho mayor énfasis en el hecho de ser feliz o no. Para los hombres esta premisa no es tan importante. Más importante es para los hombres el logro de cosas, metas, objetivos. Lo cual se parece más a la definición del diccionario. (Tal vez esta definición la hizo un hombre) 
En el caso de las mujeres desde muy pequeñas, las mismas mujeres de su familia o de su entorno más cercano; la misma madre, abuelas, tías, amigas o compañeras de trabajo de la madre, etc.,  se encargan de ir forjando en las mentes de las pequeñas, que la vida tiene que ser feliz, pero feliz en el concepto amplísimo  que comenté antes, es decir, un estado permanente de ausencia de todo tipo de problemas y lleno de todas las satisfacciones habidas y por haber. El tan arraigado gran mito del príncipe azul, que por arte de magia se deberá presentar un día y rescatar a la princesa para llevarla a un lugar de ensueño.
Aunque parezca increíble, este gran mito, sigue siendo hoy en día tan arraigado como hace cientos de años. Este mito tiene sus raíces en la edad               media.                                                                                                              
Siendo lo anterior prácticamente imposible de ser una realidad, en el sentido de un perenne estado idílico, es inexplicable, cuando menos para mí, como se alienta esta idea a través de revistas, novelas,  radio, televisión y cine, pero sobre todo cómo es consumido y aceptado por las mujeres, dando como resultado, que el sueño del príncipe azul persista en forma muy generalizada en todos los estratos sociales. No puedo dejar de puntualizar, en este momento, que el famoso príncipe azul es en esta vida terrenal; el esposo, marido, amante o compañero. Y es por consiguiente, el que inevitablemente será el responsable de la infelicidad o felicidad de la dama.  

Resumiendo; la felicidad no es un estado de ánimo permanente. Sino un estado de ánimo actual y pasajero, que se irá modificando de acuerdo a las vivencias cotidianas de cada persona y su forma particular de enfrentarlas.
Si después de un buen número de años de casada te asomas a la sala y vez un sofá raído con un gordo calvo tirado en él con un bote de cerveza en la mano viendo el partido de fútbol, lo único que se te ocurre preguntarte es; cómo es posible que haya desperdiciado mi vida de esta manera. Pero piénsalo un poquito más, tal vez haya que hacer también una reflexión introspectiva  y en última instancia  hay que preguntarle también al gordo.
En la vida debes tratar siempre de encontrar, más bien, un estado de bienestar general donde inevitablemente habrá momentos de exultante regocijo como otros de impasible tristeza.
Ese estado de bien estar general que eventualmente lo podrás llamar felicidad, tal vez podrás lograrlo con algunas metas a seguir.
 Siendo congruente contigo misma. Esto es; lo que piensas y lo que haces debe ser lo mismo. Esto es importantísimo, si no deseas o no quieres algo tienes que actuar en ese sentido. En las mujeres, muchas veces, hacerlo es muy difícil. Y se debe a que por naturaleza tienen la tendencia de agradar a las demás personas. Aquí es importante diferenciar los deberes y obligaciones ineludibles, que por otra parte también tienen que ser aceptados conscientemente, de las opciones relacionadas con tu tiempo libre, aficiones, gustos, estudios, religión y educación. Si aceptas por compromiso o simplemente por agradar a otras personas, cosas que no son de tu agrado o te quitan tiempo para hacer lo que tú tienes planeado, o peor aún hacer o aceptar cosas que van en contra de tus principios, vas a confrontar tus sentimientos y se va a traducir en malestar emocional. Un poco o un mucho de egoísmo no es malo, es simplemente quererte a ti misma.
 Debes procurar cuidar siempre tu salud. Mientras más saludable te encuentres mayor bienestar vas a tener. Aquí interviene la situación económica que te comento más adelante. Únicamente te diré que deberás tener un respaldo económico para cuidar tú salud o bien tener la seguridad de contar con los servicios institucionales de salud. Mientras más saludable te encuentres mas podrás disfrutar de la vida y en consecuencia sentirte feliz. 

 El aspecto económico,  digan lo que digan, es de lo más importante. Por alguna razón, en general para el mexicano, el aspecto económico siempre lo tenemos en un segundo término, cuando debería estar en el centro de nuestra atención. Por lo tanto  será necesario tener un ingreso que te permita cubrir holgadamente tus necesidades básicas; alimentación, vestido, casa, salud y esparcimiento. Esto es más trascendental de lo que pudieras pensar. El ahorro es la base del bienestar futuro, nunca debes de olvidarlo. Debo decirte aquí, que aún estando casada debes mantener una independencia económica. Y la única forma verdadera de lograrlo es que tengas una fuente de ingreso propia. Y que hagas un patrimonio propio (ahorros, inversiones, inmuebles, etc.), con el consentimiento o sin el consentimiento de tu esposo, en otras palabras con el conocimiento o sin el conocimiento de tu esposo. El patrimonio del esposo es para el bienestar de su familia. El patrimonio de la mujer es para la mujer... ¡y no se diga más! Un hecho indiscutible es que para vivir bien en la vejes tienes por fuerza que ahorrar en tus años más productivos. Esto es una regla y tienes que seguirla al pie de la letra. 
Volviendo nuevamente a tu condición de mujer, muchas veces suelen dar por resuelta su situación económica cuando se casan. Esto tiene mucho que ver con aquella quimera del  príncipe azul. Creo que tú comprendes con toda objetividad que la realidad no es así, por lo que siempre debes de pensar en tu situación económica en forma independiente. Con tu dinero debes ser egoísta. Créeme, no es un pecado es una virtud, no olvides núnca esta premisa.
 La profesión. Sí haces una carrera profesional debes procurar ejercerla. Y no me refiero a que debe ser estrictamente la carrera cursada. Un estudio profesional aunque aparentemente te capacita para una actividad definida, en realidad te acerca un sin fin de conocimientos que te valoran para desarrollar una gran variedad de actividades.
Habiendo pasado el tiempo, no hay nada más frustrante que sentir que  se han desperdiciado muchos años de estudio y preparación.
En fin la vida tiene altas y bajas, nada es permanente, todo mundo; los famosos, los olvidados, los ricos, los pobres, los exitosos, los mediocres, los casados, los solteros, todo mundo tiene épocas buenas y malas, momentos alegres y tristes.
La clave consiste en entender que la vida es así y hacerle frente; con objetividad en la adversidad, siendo prudente en la bonanza, frugal en la escasez, magnánimo con el éxito, humilde en la riqueza, valiente en la pobreza.
A fin de cuentas la felicidad será el resultado de como enfrentamos la vida en cada situación, en cada momento, en cada reto. La felicidad no viene del exterior, es un sentimiento interior, únicamente de uno. Por eso la frase aquella de “sé cómo te sientes” es una frase hueca, se dice por cortesía o tratando sinceramente de ayudar, pero ¡No! Nadie sabe cómo te sientes, ni en la alegría ni en el dolor, es más, ni uno mismo lo puede explicar, cuantas veces has escuchado aquello de; no sé como decirlo, pero me siento muy feliz.
Con todo mi amor, papá.


Adolfo Camacho Gómez