Para la mañana siguiente de una noche borrascosa, no hay
nada mejor para la cruda (como decimos los mexicanos) que unos sabrosos
chilaquiles y una cerveza bien helada.
CHILAQUILES
ROJOS
Ingredientes.
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10 tortillas cortadas en forma de totopos (5 ó 6
pedazos por tortilla), dorados en suficiente aceite de maíz y se dejan escurrir
en un colador.
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1/2 litro de agua.
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3 tomates (en regiones del sur de México se
conoce como jitomate).
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7 chiles serranos (o al gusto, según lo picoso que
se deseen).
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1/4 de cebolla.
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3 dientes de ajo.
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Un manojito de epazote.
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Sal al gusto.
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Pimienta al gusto.
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Una cucharadita de caldo de pollo en polvo.
Preparación:
Elaboración de la salsa: Se ponen a hervir en agua los
tomates, sólo por unos 30 segundos, a fin de cortar la cocción y poder
quitarles la piel, se regresan nuevamente a hervir junto con los chiles
serranos. Ya hervidos los tomates y los chiles se procede a licuarlos, junto
con la cebolla y los dientes de ajo en el agua en que fueron hervidos
anteriormente los tomates y los chiles, debe ser una salsa caldosa, no espesa.
Aparte en una sartén se sofríe la salsa en poco aceite de maíz a manera de que
los sabores se combinen y por último se agrega el manojito de epazote, se
sazona con la sal, la pimienta y el caldo de pollo en polvo.
Cuando la salsa está en ebullición, se le agregan los pedazos
de tortillas fritas. Si se desean chilaquiles crujientes, se sumergen los
pedazos de tortillas fritas sólo por unos segundos, se sacan y se sirven. Si se desean chilaquiles más aguados, se
dejan los pedazos de tortillas fritas más tiempo en la salsa a manera de que se
ablanden.
Se sirven con cebolla rebanada, queso fresco espolvoreado y
crema encima de los chilaquiles. Se pueden acompañar con frijoles refritos y
arroz frito. También es costumbre acompañar con huevos fritos para el desayuno.