Mexicali, B. C.

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jueves, 25 de agosto de 2022

UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD, LA FALTA DE VACUNAS PARA INFANTES.

 

Respecto a la vacunación para prevenir la COVID-19, en México, al día 21 de agosto de 2022 según Our World in Data se han aplicado 231 millones de dosis, ahora bien; Si México tiene 130 millones de habitantes y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que para que la población esté totalmente protegida se requiere la aplicación de 2 primeras dosis y una tercera como refuerzo (Aunque en algunos países ya se está aplicando la cuarta dosis). Lo anterior significa que para lograr ese estándar se hubieron de aplicar 390 millones de dosis, es decir en México hasta ahora solo se ha protegido totalmente al 68% de la población. En la población parcialmente o totalmente desprotegida están principalmente los niños menores de 17 años. Sin contar que la propia OMS recomienda que se aplique una 4ta. Dosis a toda la población y que en adelante deberá ser de aplicación anual como la de la influenza.

En el mundo la población completamente vacunada se promedia en 62.9%. Entonces, si México supera el promedio: ¿Por qué la mortalidad ha sido muy superior al promedio mundial?

El dato más reciente (Oficial) de muertes por COVID-19 en México es 328,871, el 4to. Lugar en el mundo, que de suyo es vergonzoso. Ya es de sobra sabido la negligencia con que se enfrentó en México el inicio de la pandemia, se minimizó desde el mismísimo presidente. Y las mentiras de su vocero Hugo López-Gatell fueron criminales por la desorientación que generaron en la población. Tanto el presidente como su vocero dijeron que el sistema de salud estaba preparado para afrontar la pandemia. La realidad fue trágicamente distinta: La capacidad hospitalaria fue insuficiente, el personal médico no tuvo a su disposición los elementos de protección ni los insumos necesarios para hacer con eficiencia su trabajo, ésto provocó que nuestro país alcanzara el deshonroso primer lugar mundial en muertes del sector salud, pero también hubo falta de los vitales ventiladores y la ya falta crónica de medicamentos. Los muertos se acumularon en las morgues, se impidió a sus familiares asistirlos en su muerte, los ingresaron vivos a los hospitales y los recibieron muertos sin poder despedirse de ellos. Los crematorios fueron insuficientes y en los cementerios tuvieron que hacer cola para sepultar a sus deudos.

La OMS, INEGI y UNAM han determinado que el número de muertes en exceso en México a la fecha es de 877,824 personas. Esto significa que millones de niños quedaron huérfanos de padre, madre o ambos. Esta tragedia al gobierno no le interesa, niños que de por vida tendrán que valerse por sí mismos. O ser recogidos amorosamente por sus tíos y abuelos. Porque a la fecha no se sabe de un organismo que esté atendiendo esta tragedia, no saben quiénes son ni dónde están. Pero la pandemia no ha terminado, las muertes siguen, si bien son menos en relación de los picos más altos, éstas no cesan y se debe a que faltan millones de ser totalmente vacunados, porque dígase lo que se diga, aún no se ha logrado la total vacunación de la población. No obstante que las muertes por COVID-19 siguen ocurriendo, el presidente López Obrador recientemente ha dado por terminada la pandemia. En su mente delirante cree que con su sola palabra terminará, esa actitud es propia de un demente o de un sínico populista.

Es claro que la altísima cantidad de fallecidos a consecuencia del Covid-19 y el exceso de mortalidad se debió a la deficiencia criminal en la compra oportuna de vacunas por la idea equivocada de López Obrador de un falso ahorro y en la casi nula compra general de medicamentos y por supuesto de vacunas. Éstas llegaron a nuestro país muy tarde y en cantidades muy menores para la urgente necesidad, cuando miles de mexicanos ya habían muertos. Y cuando llegaron se administraron con tintes políticos a cuenta gotas. México hizo el papel de pordiosero, pidiendo favores aquí y allá. Las vacunas nunca llegaron con oportunidad en cantidades suficientes, y esa falta de vacunas oportunas el pueblo lo sufrió poniendo los muertos.

La tragedia se pudo evitar. Dinero había suficiente, pero López Obrador se dejó engañar, o lo hizo a sabiendas, sabía que la pandemia iba a ser una enfermedad muy peligrosa, pero lo dejó pasar, prefirió invertir los recursos en sus grandes obras, por demás inútiles, en lugar de preparar al país con insumos, medicamentos, contratación de médicos, ventiladores, etc., tuvo tiempo, mucho tiempo, pero no lo hizo.

Todo el pueblo espera que llegue el tiempo en que Hugo López-Gatell esté tras las rejas, si no que también el presidente López Obrador

Pero hay algo tan grave o más que lo anterior, no tiene nombre. La criminal falta de vacunas del cuadro básico para recién nacidos. De enero a marzo de 2021 solo se vacunó con esquema completo al 13.0% de los niños recién nacidos.











En México hace 30 años se dio por erradicada la poliomielitis, pero la vacuna sigue vigente en la cartilla nacional de vacunación. Pero el problema es que, como lo indica la gráfica anterior publicada por El Sol de México, la vacunación para recién nacidos ha caído estrepitosamente. Pero también las vacunas del sarampión, tosferina, periodontitis, varicela, etc.  En 2022 solo se ha aplicado el cuadro básico completo solo al 27.4% de los niños de 0 a 60 meses. En Estados Unidos ya se han presentado algunos casos de poliomielitis, en México aparentemente no, esperemos que así sea y no se haya ocultado. 

La vacuna para la viruela se dejó de aplicar hace aproximadamente 50 años porque se consideró erradicada en el mundo. Sin embargo, la viruela del mono ya en Estados Unidos se considera una emergencia médica, aquí en México no se le ha dado la importancia que amerita. No hay información masiva por parte de la secretaría de salud y su vocero, Hugo López-Gatell, hacen lo mismo que durante la pandemia de COVID-19, minimizan su virulencia, le dicen a la población que no es una enfermedad grave y es probable que así sea, pero se conoce que sí tiene un grado muy alto de virulencia y no se da ninguna información masiva de donde se pueden atender los enfermos, qué precauciones se deben tomar para evitar contagios, cuales son los primeros síntomas, a donde acudir en primera instancia. Hasta ahora, según los datos oficiales, los contagios son pocos, pero no así la trasmisión de la enfermedad. Después del primer brote a los pocos días fueron 50, en una semana 100 y a la fecha van 352, es decir un crecimiento exponencial, que, si no se ataca en los puntos de contagios y se aíslan, muy pronto será una epidemia incontenible.  Por desgracia parece que a las autoridades el sufrimiento del pueblo no le importa. En Francia y otros países ya se está aplicando masivamente la vacuna del mono.

Es cierto, añoramos las campañas de vacunación, el seguro popular, pero también el IMSS y el ISSSTE que, con todas sus deficiencias, eran mucho mejor que en las condiciones que están ahora. Pero no debemos aceptarlo, no debemos normalizar la mediocridad. Tenemos la fuerza de nuestro voto. En 2023 en los estados de Coahuila y Estado de México y 2024 en las elecciones generales. Es el camino, el único en nuestro sistema democrático.

Debemos hacerlo por esos niños que se han quedado sin vacunas, los sufrimientos que deberán enfrentar en sus vidas son inenarrables por la falta de sus primeras vacunas, pero también el sufrimiento de sus padres y los que ya sufren por la falta de medicamentos para el cáncer. 

El Presidente y los funcionarios mediocres que viven solo para inclinar la cerviz, en algún momento tendrán que pagar con cárcel su crimen, es el mayor crimen que se ha cometido en la historia de México por negligencia del Estado.

En primaria nos dijeron que la revolución causó un millón de muertos, pero eso nunca fue así. Esta cifra se obtiene de la diferencia de los censos de 1910 y 1921, periodo en que se realizó la revolución mexicana. Los datos de los censos de esos años no eran tan precisos como los que se elaboran en la actualidad, no obstante se realizaron con los recursos que había. El censo de 1910 era el tercero que se realizaba en nuestro país y arrojó la cifra de 15.2 millones de habitantes, en 1920 no se realizó ningún censo debido a que todavía no se pacificaba el país en su totalidad por lo que se hizo hasta 1921, este arrojó un total de 14.3 millones de mexicanos, 900 mil menos que en 1910. Está disminución se le atribuye a la revolución mexicana, pero en la primaria nunca te explicaron que a raíz de la propia revolución cientos de miles de mexicanos huyeron del país, a América Central, América del Sur, Europa y por supuesto Estados Unidos, los muertos de la guerra se calculan entre 200 y 300 mil.

Reitero pues, que la pandemia, la falta de medicamentos, los asesinados y las personas desaparecidas en lo que va del sexenio de López Obrador, es la mayor tragedia que le ha ocurrido a nuestro país en toda su historia.

SE TRATA DE UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD.

Adolfo Camacho Gómez.