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sábado, 21 de febrero de 2015

NICOLÁS MADURO NO SABE QUE NO SABE

Nicolás Maduro no entiende que Venezuela no es Rusia, no es China, no es Cuba en el siglo pasado.
  
Nicolás Maduro no entiende que al haber confiscado las tierras agrícolas más productivas y ponerlas en manos incapaces destruyó la base alimentaria del pueblo.

Nicolás Maduro no entiende que al haber expropiado o confiscado unidades industriales destruyó la capacidad del país de proveer a su pueblo de los artículos más básicos para su subsistencia.

Nicolás Maduro no entiende que al haber confiscado los medios de difusión eliminó la posibilidad de conocer el verdadero pensamiento del pueblo, pero que no escuchar la opinión del pueblo no significa que el pueblo haya dejado de tener opinión.

Nicolás Maduro no entiende que eliminar a los líderes de la oposición no significa que desaparezca la oposición.

Nicolás Maduro no entiende que en los hechos se ha convertido en un dictador similar a Pinochet, Videla o Castro, solo por mencionar algunos de la región de diferente filiación pero igual de nefastos para sus pueblos.

Nicolás Maduro no entiende que su dictadura totalitaria puede durar algunos años, más que menos o menos que más, pero que al fin caerá como han caído todos los totalitarismos o caerán los que no han caído, porque todos los pueblos tienen un límite de resistencia y su anhelo de libertad jamás podrá borrarla.

Nicolás Maduro no entiende que al necesitar forzar a los medios de comunicación  para hablar en cadena nacional  significa que de otra manera el pueblo no lo escucharía porque no quieren escucharlo. 

Nicolás Maduro no entiende que al haber destruido la producción agrícola e inhibido la producción industrial en muy poco tiempo habrá hambruna en Venezuela.

Nicolás Maduro no entiende que al tener el 65% del pueblo viviendo directa o indirectamente del Estado significa que el país ya no es viable.

Nicolás Maduro no entiende que en este momento no pasará a la historia como un héroe, sino más bien, como una mala pesadilla para su pueblo.

Nicolás Maduro no entiende que será el aparato que ha creado para sojuzgar al pueblo y no la oposición quien prescinda de él cuando no lo necesite.

Nicolás Maduro no entiende que está en sus manos revertir la conculcación de todas las libertades para que la historia y su pueblo lo juzguen como un hombre de bien.


Nicolás Maduro no sabe que no sabe. 

Adolfo Camacho Gómez

sábado, 7 de junio de 2014

NICOLÁS MADURO: LA ENCRUCIJADA DE SU VIDA.


Nicolás Maduro Presidente de Venezuela
Aunque ya una vez me dijeron que me ocupara de los problemas de México y no de los de Venezuela. Reitero una vez más mi terquedad.
Hace unos días se llevó a cabo el inicio del juicio en contra de Leopoldo López, líder de la oposición en Venezuela,  preso desde el 19 de febrero, y según lo que pudo trascender por medio de sus abogados, ya que la prensa no tuvo acceso, la fiscalía no ofreció ninguna prueba contundente que demuestren su culpabilidad. Simplemente se reitera que su liderazgo,  su denuncia y manifestación pública en contra del sistema que continúa  imponiendo el presidente Nicolás Maduro es contra la ley. Contra toda opinión lógica la jueza que tiene vista del caso ordenó su formal prisión. 
Leopoldo López siendo apresado

Nicolás Maduro está en una encrucijada de su vida como presidente de Venezuela. Una encrucijada que lo marcará, para bien o para mal, en la historia. Nicolás Maduro aún tiene en sus manos la posibilidad de demostrar a su pueblo y al mundo la clase de estadista que puede ser.
Para nadie es un secreto que atrás de la presidencia de Nicolás Maduro hay una mano cubana que mece la cuna. Es más que evidente cómo sistemáticamente se han ido implementando en Venezuela  uno a uno los métodos comunistas o castristas, como le parezca a usted mejor llamarlos.  La colectivización de la tierra mediante la expropiación o confiscación. La estatización de entidades industriales y financieras. La supresión de las libertades de prensa, radio y televisión.  La prohibición de expresar libre y públicamente las ideas contrarias al régimen, calificándolas de traición a la patria. El establecimiento de una policía política. La imposición de libros de texto donde se trata de instalar en la tierna y maleable conciencia del niño ideas contrarias a las de sus padres.
Para Nicolás Maduro debe ser muy difícil deshacerse de la presión cubana que parece ya haber sentado sus reales en Venezuela, cuya premisa es la represión; reprimir y seguir reprimiendo hasta que desaparezca todo vestigio de disidencia.  Pero si es un hombre sensato debe darse cuenta que uno de los más importantes desacuerdos con su pueblo es la injerencia Castro-cubana. Ningún pueblo de ninguna nación acepta de buen grado la injerencia de otro en su vida cotidiana, en su cultura y menos en su gobierno. Una muestra de ello es la independencia de todos los pueblos de América, la descolonización de muchos pueblos de África, India y China, y más recientemente la liberación del yugo de la Unión Soviética de tantos pueblos europeos.
Tener preso a Leopoldo López es una sinrazón, que muy probablemente es una medida tomada por el asesoramiento Castro-cubano.  Pero lo que tal vez quiso evitar el asesor Castro-cubano, ya es irremediablemente una realidad. Leopoldo López ya es para el mundo un preso de conciencia. Guardando y respetando toda proporción comparativa, es una semejanza de Martín Luther King, Nelson Mandela o Lech Walesa.
Es verdad, Nicolás Maduro fue electo presidente, aunque en unas elecciones muy cuestionadas, a lo cual no soy ajeno, pues en México sabemos bastante de eso. Solo que la inconformidad por unas elecciones muy apretadas se unió a un descontento popular que se venía gestando de años atrás hasta llegar a la situación que hoy prevalece.
Mi opinión es que Nicolás Maduro debe ser valiente y deshacerse de la injerencia Castro-cubana y ordenar dejar en libertad a todos los presos de conciencia y convocar a nuevas elecciones. Lo que, aunque parezca increíble, le favorece enormemente.
Me explico. Aunque en América Latina nunca se ha dado, o cuando menos eso creo, el dar un paso de costado de un presidente o un primer ministro cuando su popularidad es tan baja o tan cuestionada que le es imposible gobernar por medios que no sean represivos,  en Europa es una práctica común.  Que Nicolás Maduro lo hiciera en estos momentos en América Latina lo convertiría en un estadista de talla mundial.
Propiciar unas elecciones limpias y permitir que Leopoldo López o cualquier otro personaje lleguen a la presidencia estaría dejando en manos de cualquiera de ellos un enorme compromiso, ya que debe reconocerlo y bien que lo sabe, que económicamente Venezuela está en una situación deplorable, y que será muy difícil revertirla en corto tiempo.
Nicolás Maduro podría conservar su nicho en la historia o desde la oposición ser un crítico, con libertades que el mismo hoy impide, para proyectarse nuevamente a una elección popular y llegar al poder legitimado, pero cancelando de una vez y para siempre la tentación de institucionalizar una dictadura con reelecciones perenes.  
Nicolás Maduro tiene en sus manos, como pocos,  la decisión de establecer su lugar en la historia.

domingo, 11 de mayo de 2014

¿PORQUE VENEZUELA?

¿PORQUE VENEZUELA?  Me preguntó una persona que había leído mi anterior publicación que titulé Venezuela se juega su última carta(Ver publicación del 25/03/2014). Si aquí, en México, me dijo, tenemos  tantos problemas sin resolver. Y acto seguido me recordó, como si yo no lo supiera, el enriquecimiento inexplicable de tantos políticos, la impunidad con que se manejan y hacen alarde los mismos políticos, los líderes sindicales y personajes con poder económico.  El desempleo y la gran desigualdad entre la pobreza de muchos y la riqueza de pocos. La bajísima calidad educativa que tenemos en todos los niveles; si no dime, continuó diciéndome, porqué los mexicanos que pueden, van a hacer posgrados y doctorados a Estados Unidos, Alemania o Inglaterra, o haber recuérdame de un personaje internacionalmente conocido que ponga en su currículum que fue doctorado en alguna universidad mexicana y si lo hicieron, lo esconden como parte de una locura curricular juvenil  o más bien folclórica, porque no engalardona para nada sus antecedentes. 
Y qué me dices de la corrupción, que campea a todo lo largo y ancho de la nación, desde el más ínfimo policía hasta el propio presidente de la república. Porque, no me vas a venir a decir que Peña Nieto es una blanca paloma.
Si en unos cuantos días le armó a la señora Elba Esther Gordillo, más para la televisión que para la justicia, todo un entramado de conexiones y flujo de dinero para meterla a la cárcel, ¿Porqué no hace lo mismo con tantos ex gobernadores, ex senadores, ex diputados, ex presidentes municipales y ex directores de empresas estatales PRIístas, que a todas luces se han enriquecido con el dinero del pueblo o con prebendas  obtenidas por sus influencias políticas? No a Peña Nieto no le interesa acabar con la corrupción. El asunto de la señora Elba Esther Gordillo, más parece una venganza política, un ajuste de cuentas porque no lo apoyó en su campaña para la presidencia de la república. A fin de cuentas, y esto de ninguna manera es una justificación, la señora Gordillo se gastó el dinero de su sindicato, no se lo robó, se lo gastó a sabiendas de todos sus agremiados y públicamente lo manifestó en innumerables ocasiones, y hasta ahora que yo sepa ningún agremiado de su sindicato nacional de trabajadores de la educación (SNTE) la ha acusado de haberse robado un centavo. Pero dime si no, cuantos líderes sindicales de empresas, organismos y dependencias gubernamentales se han enriquecido de forma repugnante y campean por toda la nación impunemente. 
No, no, a mi no me digas que Peña Nieto es un santo incólume a la corrupción. Por desgracia muy pocos mexicanos podemos ver la televisión de Estados Unidos, pero si pudiéramos, podríamos comparar y darnos cuenta del culto a la personalidad y necesidad de lisonja a la que  Peña Nieto es adicto. A poco en la televisión Americana vemos todos los días a Obama inaugurando una carretera o anunciando que un pueblito tendrá agua potable y otro día que combatirá al crimen y otro más que acabará con los secuestros. No  a Obama lo vemos salir en televisión cuando le dice a todo su pueblo que cada ciudadano mayor de edad tiene la obligación de pagar un seguro médico para sí mismo y que si no puede, se acerque al estado, para que en ciertas circunstancias le ayude a obtenerlo. Él expresa el viejo paradigma de “ayúdate que yo te ayudare”, o el axioma de Lincoln “El estado no debe hacer por los ciudadanos lo que ellos puedan y deban hacer por sí mismos”. Estas y otras pocas ocasiones, es cuando el presidente de los Estados Unidos ocupa para sí un espacio en la televisión, pero sin embargo la televisión estadunidense se ocupa de él sin miramientos y sin piedad, muchas más veces, cuando Obama mete la pata. En resumen son más las veces que Obama es mencionado en televisión para ser criticado que para ser alabado. Entonces, cuando vemos a Peña Nieto aparecer en televisión un día  si y otro también por nimiedades que los propietarios, directores y conductores de televisión insisten en hacernos  creer  a los televidentes que se trata de una cosa de trascendencia nacional, casi histórica, y además en los horarios más apreciados y por lo tanto más caros, no puedo otra cosa, que entender que el gobierno de Peña Nieto paga miles de millones de pesos  para que su imagen sea reproducida y alabada ad infinitum. Pero lo hace con el dinero nuestro, de nuestros impuestos. Es ahí donde empieza la corrupción, en el propio presidente. Por eso ves que todos los gobernadores y todos los presidentes municipales, a todo lo largo y ancho de la república gastan el dinero de nuestros impuestos en promover sus propias personas sin que nadie les diga nada, ni nadie les ponga una cortapisa, todos ellos dicen …“Si el presidente de la república lo hace, ¿Porqué yo no? 

¡Vaya! Me has dejado sin aliento. Grandes y graves problemas tenemos los mexicanos en nuestras manos. Pero dentro de todo ese penar, me alienta el saber que tú lo puedes decir libremente y a los cuatro vientos sin que nadie te venga a callar o meter en la cárcel por decirlo y que hay buena cantidad de medios en radio y televisión que pueden replicar tu pensamiento o el de otros que tienen tu misma opinión, con entera libertad.  En Venezuela, hoy por hoy, eso ya no es posible.

martes, 25 de marzo de 2014

VENEZUELA. EL PUEBLO SE JUEGA SU ULTIMA CARTA.


Es difícil saber lo que pasa actualmente en Venezuela. Pero trataré de entenderlo. Para empezar muy pocos somos conscientes que oficialmente ese país, en 1999, cambió de nombre de República de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela, en alusión al prócer libertador Simón Bolívar, pero que en los hechos han traicionado todos los ideales que enarbolaba, como veremos enseguida. Este cambio se realizó mediante un referendo que incluía la promulgación de una nueva constitución. Los más conocedores de lo que sucede en ese país nos dicen que ese cambio implicó la concentración del poder en el otrora presidente Hugo Chávez, quien con ese poder continuó adecuando las leyes para convertirse en un virtual dictador, nulificando totalmente al poder legislativo y al poder judicial. Desde entonces Hugo Chávez y ahora su sucesor Nicolás Maduro son los que, en forma personalísima, deciden sobre la vida y hacienda de los Venezolanos.
Las intensiones de Hugo Chávez nunca fueron un misterio. Su ideal de nación era instalar en Venezuela una copia del  otrora régimen comunista y por supuesto totalitarista de la Unión Soviética y su símil más cercano, Cuba. Para convertirse, no en un Bolívar, sino en un Stalin o en un Castro Ruz o la combinación de ambos.
Como en todos los países que cayeron bajo la férula soviética, ya sea por sometimiento o por una sincera afinidad ideológica de sus dirigentes, en Venezuela se han venido confirmando todas las circunstancias que los llevaron a la ruina.
Ya nadie puede dudar que en Venezuela se ha establecido una dictadura de facto. El poder se concentró irracionalmente  en el anterior presidente Hugo Chávez, quien si no se hubiera muerto, se habría podido reelegir indefinidamente, pero aunque la muerte frustro sus intenciones, no impidió que nombrara como su sucesor al ahora presidente Nicolás Maduro. Alegaba Chávez y ahora lo hace Maduro, que han sido elegidos en elecciones “libres”, pero de eso sabemos mucho los mexicanos, con un general Porfirio Díaz que se mantuvo en el poder durante más de 30 años y un PRI que gobernó por más de 70  años y en ambos casos decían que lo habían hecho mediante elecciones “libres”.
En Venezuela, sistemáticamente, se ha venido instalando una economía estatista, para lo cual las expropiaciones han sido el arma utilizada. Empezaron con los campos agrícolas, que en muchos de los casos ni siquiera fueron expropiaciones, sino descaradas confiscaciones, para dárselos en usufructo a los llamados colectivos. Como consecuencia la caída en la producción agrícola no se hizo esperar, produciéndose una escasez de proporciones bíblicas. Se siguió con la confiscación de industrias y de entidades financieras calificadas de entreguistas al servicio del imperialismo yanqui o simplemente porqué sus dueños expresaban desacuerdo con las medidas tomadas por el gobierno.
No se puede decir con seriedad que actualmente en Venezuela hay libertad de expresión. En los hechos ya no existe radio, prensa o televisión que puedan expresar otra cosa que no sea lo que el presidente Nicolás Maduro quiera que se diga. Los que se atrevieron a hacerlo han sido clausurados, confiscados o sus propietarios encarcelados.
El principal sustento económico de Venezuela, su industria petrolera, ha venido decayendo alarmantemente por su cada vez más grande ineficiencia. PDVSA, la empresa estatal que maneja el petróleo tenía a la llegada al poder de Hugo Chávez 22,000 trabajadores, actualmente cuenta con 110,000 con una producción menor. Por otro lado malbarata el petróleo, vendiéndo el barril por abajo del precio de mercado a países de la región a cambio de que implanten en ellos el sistema marxista.
Con todo lo anterior la inversión extranjera y la privada nacional se han detenido por completo y otras han decidido huir de Venezuela antes de ser confiscadas. Por lo que se ha producido una desinversión. La inflación llegó al 56% en 2013. Se manejan dos tipos de cambio oficiales para el dólar y otro extraoficial o clandestino para todo aquel que no tiene acceso a los dólares oficiales.
La restricción de la oferta de dólares ha ocasionado que la industria disminuya drásticamente su producción por falta de insumos y que la importación de mercancías de todo tipo se haya prácticamente detenido. Se han dado distorsiones tan aberrantes como por ejemplo, en el mercado de automóviles, un automóvil usado vale más que uno nuevo. Artículos de primera necesidad como jabón y papel higiénico son difíciles de conseguir y otros productos como leche y azúcar se han racionado. 
Según información proporcionada por el periódico cubano Granma (periódico oficial y al parecer único) uno de los principales ingresos de ese país provienen de la exportación de alrededor de 50,000 médicos por cuyos servicios el gobierno cubano cobra directamente al país que los recibe. En 2014 el gobierno cubano espera recibir por este concepto $8,200 millones de dólares. Puede parecer exagerada la cifra. Pero veamos el ejemplo de lo que sucede en el caso con Venezuela.
Venezuela tiene en su territorio 25,000 médicos cubanos, es decir el 50% del total de médicos exportados. A cambio de ello Cuba recibe en pago 115,000 barriles diarios de petróleo. Si la cotización del petróleo al día de hoy es de $98.90 dólares por barril, el pueblo de Venezuela le está pagando al gobierno de Cuba, que no al pueblo cubano, $11,373,000.00 dólares diarios, es decir, nada menos que $4,151,327,500.00 dólares anuales. Para ponerlo más claro, el pueblo Venezolano paga diariamente por cada médico cubano  $454.94 dólares. No puedo resistir preguntarme ¿Cuánto le pagará el gobierno de Venezuela a sus propios médicos venezolanos? O lo que es peor ¿Lo sabrán? 
Esta nueva explotación humana del gobierno cubano es compartida por 65 países más, uno de ellos es Brasil que tiene contratado con el gobierno cubano los servicios de 11,400 médicos, el resto están repartidos en países de Centro América y África. Pero ¿en qué consiste la explotación a que me refiero? La explicación es increíblemente sencilla, el gobierno cubano le paga a cada médico exportado $61.00 dólares mensuales, el resto se lo quedan ellos.
Para ser más claros en este asunto, pongamos por ejemplo el caso venezolano. El gobierno cubano recibe diariamente $454.94 dólares por cada médico y le paga a cada uno de ellos $61.00 dólares mensuales.
Ahora si podemos entender la razón y el porqué de las manifestaciones de buena parte del pueblo venezolano en contra de su presidente Nicolás Maduro.
Maduro no se cansa de decir que las manifestaciones están orquestadas desde el exterior, expresamente ha acusado a los Estados Unidos y a Colombia.  Solo la soberbia y el ansia de poder de este personaje le impiden ver que él es el único responsable de la inconformidad de su pueblo, por querer implantar un sistema político que el pueblo repudia.
La respuesta y manejo de Nicolás Madura ante las manifestaciones ha dejado bien claro que han sido las de un dirigente déspota y totalitario.
Estoy seguro que el pueblo venezolano no desmayará a pesar de la brutal represión. Ellos saben que se juegan su última carta.

domingo, 11 de noviembre de 2012

GRAN RIDÍCULO LA FABRICA DE HELADOS


En días pasados el Nuevo Herald de Miami reseña la intervención pública del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien muestra estar enojado porque una fábrica de helados está parada desde hace un tiempo. Se trata de una inversión conjunta cubana-venezolana.  La misma nota indica que Hugo Chávez cuestionó a la secretaria de economía quien le informó que el paro se debía a problemas con el personal, falta de repuestos, materias primas y transporte.
Mucho llamó mi atención que el presidente venezolano se ocupara públicamente de la suspensión de operaciones de una fábrica de helados, pero más me sorprendió que hubiera una inversión conjunta de dos naciones en una fábrica de helados. Uno piensa que las inversiones conjuntas de naciones están enfocadas a enormes obras de infraestructura y no en una fábrica de helados.
Fue inevitable mi siguiente reflexión. Tenemos por un lado al gobierno de Cuba que por décadas impuso por la fuerza un sistema de economía estatista hasta su máxima expresión y que su fracaso lo ha obligado a empezar a liberarlo. Por otro lado tenemos al gobierno de Venezuela, país que por siempre ha practicado un sistema económico liberar y que en la última década se ha empeñado en estatizarlo.
En esta situación una fábrica de helados une a dos países en una paradoja kafkiana. El primero, que tratando de entrar en la economía de mercado invierte capital, financiero o tecnológico, en una empresa estatizada por el segundo, en donde la ineficiencia intrínseca del sistema, de la que trata de liberarse el primero, no produce beneficios para ninguno.
En la misma alocución Hugo Chávez advierte que habrá responsabilidades para quienes fueran responsables de tal situación, sin darse cuenta, por estar inmerso en su propia vorágine estatista imperial, que él mismo es el único responsable.
Una simple fábrica de helados expone al ridículo los gobiernos de dos países que se debaten en el desastre de sus sistemas económicos.