Mexicali, B. C.

Mexicali, B. C.
Mexicali, B. C. México

sábado, 26 de diciembre de 2020

EN CASA DE MARÍA, ESTA NAVIDAD HUBO UNA SILLA VACÍA.

 

CUENTO CORTO

 


Era 24 de diciembre, María llega corriendo a su casa del trabajo. A pesar de la pandemia de la Covid-19 había tenido que solicitar el reingreso en su antiguo trabajo al que había renunciado cuando cerraron las escuelas y sus hijos se quedaron en casa todo el día, ahora su mamá era quien cuidaba de sus hijos. Su vida había dado un vuelco desde aquel fatídico día de principios del mes de abril.  

La necesidad de mantener un ingreso en el hogar obligó a su esposo Santiago continuar trabajando como representante de ventas a comisión. Aunque ya algunos de los negocios habían cerrado o limitado sus horarios, el apremio le forzó a continuar trabajando a pesar de que los contagios de la nueva enfermedad empezaban hacer una preocupación general. Pero él se tranquilizó cuando escuchó decir al Presidente que la enfermedad no era grave.

Una tarde-noche que regresó a casa de recorrer media ciudad tratando de levantar algunas ventas a pesar de la reticencia de los clientes por el temor a que tuvieran que cerrar, como en la epidemia de influenza del 2009. Llegó tan cansado que se fue a la cama sin cenar. Al día siguiente se levantó con el cuerpo adolorido, pero no podía darse el lujo de dejar de trabajar.

Santiago, le dijo María cuando le preparaba el desayuno ­—Te ves muy pálido ¿Te sientes mal? — Un poco María, me oíste, en la noche estuve tosiendo, pero necesito ir a trabajar, tengo la promesa de unos clientes de cerrar unas ventas hoy, y ya ves que son pocos los que quieren hacer pedidos, porque no saben cómo se pondrán las cosas — Bueno Santiago, cuídate mucho, que Dios te bendiga.

Ese día Santiago regresó más temprano que de costumbre, se empezó a sentir muy mal. María le tomó la temperatura, 38.5° registró el termómetro. Necesitas que te vea un médico, le dijo María, ve al hospital, tú estás registrado en el Seguro Popular — Tienes razón, me voy al hospital, asintió Santiago.

El Seguro Popular ya no existe, le dijeron en el hospital, tiene que ir a ésta dirección para registrarse en el INSABI y ahí le van indicar en qué hospital lo van a atender, pero a estas horas ya va a estar cerrado, vaya mañana temprano.

Al día siguiente, sintiéndose peor, Santiago, muy temprano fue a la dirección indicada y encontró una enorme fila hasta la calle, de personas queriendo hacer también su inscripción. Por fin, eran las 3 de la tarde cuando terminó su trámite de inscripción y resultó que el hospital que le asignaron era el mismo al que había ido el día anterior. Eran ya casi las 5 de la tarde cuando llegó al hospital designado, pero no le podían dar atención médica hasta que fuera dado de alta en esa institución. Después de una larga espera fue dado de alta, sin embargo, le informaron que ese día ya no alcanzaba cita médica. Tenía que regresar al día siguiente. A las 7 de la mañana empezaban a asignar las citas, le dijeron, y las citas están limitadas a un determinado número, así que tiene que venir lo más temprano que pueda para alcanzar una.

Era principios de abril, aún las autoridades no tomaban muy en serio la gravedad de la Covid-19 en México. Y en los hospitales parecían tener instrucciones de minimizar la nueva enfermedad.

Después de pasar una noche terrible, Santiago, al día siguiente de madrugada se presentó en el hospital para encontrar ya, una buena cantidad de personas que habían pasado la noche esperando ser los primeros para alcanzar cita. Santiago se formó y esperó a que abrieran las oficinas con la esperanza de ser uno de los afortunados. Después de una larga espera lo fue, y ya por el medio día lo recibió el médico, minimizando su enfermedad, le dijo que su mal era una simple gripe que había descuidado. Le prescribió unos medicamentos que en ese momento no los tenían en la farmacia del hospital. Afortunadamente el día anterior le habían depositado las comisiones del mes de marzo, compró las medicinas, una botella de agua y allí mismo se las tomó. Llegó a su casa, la fiebre y la tos no cedían y le empezaba a faltar el aire.

Esa noche cenó con sus dos hijos, que ya no iban a clases desde el 23 de marzo. En ese momento nadie se imaginaba que sería la última cena con su familia. Casi a media noche su respiración casi no le llevaba aire a sus pulmones, el termómetro marcó 40 grados. María no esperó más y llamó al 911 y pidió una ambulancia que llevara a Santiago al hospital. Ya, en la sección de emergencias del hospital, en la recepción las enfermeras lo veían con recelo. Por todo el personal del hospital se había diseminado el rumor de que ya estaban muriendo personas por la covid-19 y conocían la situación en Europa, donde la pandemia se extendía sin control. Ellos, en ese momento, sólo estaban protegidos con un cubre bocas, a pesar que las autoridades sanitarias les habían prometido los suministros para una protección completa. Su temor no era infundado.

Dieron ingreso a Santiago para la atención médica. A María no le permitieron pasar. Esperó en la salita de recepción por alrededor de una hora cuando un médico por la ventanilla le informó que Santiago se tenía que quedar internado y que probablemente al día siguiente ya se podría ir. Deje su número telefónico en la recepción y vuelva mañana para informarle como sigue, le dijo el médico. Ella, reticente a dejar el hospital tuvo que hacerlo porque había dejado a sus dos hijos solos.

Al llegar a su casa llamó a su madre para informarle la infortunada situación y pedirle que viniera por la mañana temprano para cuidar a los nietos mientras ella iría al hospital. Sin poder dormir, María, vigiló el sueño inocente de sus hijos esperando impaciente el amanecer para tener noticias de Santiago.

A primera hora del día siguiente, 6 de abril marcaba el calendario, María llegó al hospital para encontrar un grupo de gente fuera de la recepción de emergencias médicas. La novedad era que ya a los familiares de pacientes no se les permitiría entrar a las instalaciones hospitalarias ni tampoco se permitían visitas. Había un letrero que indicaba un teléfono al que llamar para pedir información del estado de sus familiares internados. Inmediatamente, María, marcó el teléfono, solo para enterarse que hasta después de las 11 de la mañana darían información de la situación de los pacientes en cuidados intensivos. Para María fue angustiante saber que Santiago estaba en cuidados intensivos, nunca se imaginó que su situación fuera tan grave.

Fueron lentas las horas de espera, los pensamientos más ominosos no le abandonaban. A las once en punto llamó, pero aún no tenían información, ni a las doce, ni la una, hasta las tres de la tarde, por fin, le informaron que el parte médico de Santiago lo asignaba como grave, ¿Pero que tiene? Gritó María al micrófono del teléfono, aquí el parte solo indica, grave, estable o en recuperación y el suyo es grave, contestó una voz impersonal, la próxima información la darán después de las seis de la tarde.

María, se había olvidado de desayunar y comer. Apresurada fue a su casa, quería ver a sus hijos para reconfortarse, ellos la recibieron asustados al no saber qué estaba pasando con su papá, su abuela trataba de calmarlos. Su madre le sirvió un plato de la comida que había preparado y María se sentó a la mesa para empezar a comer.

Apenas la había probado cuando sonó el teléfono, era el hospital, María palideció, le decían que tenía que presentarse inmediatamente. En el trayecto al hospital, otra vez los presagios más terribles le oprimían el pecho y le cortaban la respiración. Ya en el hospital golpeó la puerta de cristal con fuerza hasta que una enfermera la entreabrió, María se identificó y le permitieron pasar y le pidieron que esperara al médico de guardia. Ahí esperó un largo rato, tratando de alejar de su mente los más aciagos pensamientos, pero cuando de lejos vio venir al médico por el pasillo, su rostro le dijo todo, sintió desfallecer. Cuando el médico empezó a hablar ella ya no escuchaba o no quería escuchar la terrible noticia. Santiago era uno de los primeros en sucumbir por la Covid-19. El cuerpo no le fue entregado, no fue posible hacer un funeral, solo una semana después recibió sus cenizas.

Casi nueve meses habían ya pasado de aquel fatídico día, el confinamiento general obligado había pasado, su madre fue su soporte todo ese tiempo, ella había reiniciado a trabajar. Compañeros de trabajo, amigos y algún familiar habían seguido a su esposo, hasta sumar más de 120 mil en todo el país.

Ella se preguntaba todos los días ¿Por qué las autoridades no informaron con toda claridad la real gravedad de la pandemia, por qué no declararon el confinamiento a tiempo, por qué no ofrecieron apoyo a las empresas y trabajadores independientes como su esposo, para que pudieran sobrevivir el tiempo del cierre sin exponerse por la necesidad de llevar el sustento para sus familias, por qué los hospitales no estaban preparados si tuvieron el tiempo suficiente para hacerlo?

María puso algunos regalos bajo el arbolito que ella, sus dos hijos y su madre, hacía días habían adornado. En silencio ayudó a su madre a terminar de preparar la cena de esta Navidad que ya jamás sería igual.

Habría una silla vacía en su casa, y ciento veinte mil más, en miles de casas de todo el país.  

 

Por

 

Adolfo Camacho Gómez

lunes, 30 de noviembre de 2020

EL OUTSOURCING Y LA BARBERÍA DE DON PEDRO


CUENTO CORTO                                           





Hola, señor Ramírez.                       

Buenas tardes, don Pedro.

¿Cómo va a querer el corte hoy?

Igual que siempre, don Pedro. Con el pelo que me queda no se puede hacer más. Además, a estas alturas de mi vida no voy a cambiar ¿Tiene el periódico de hoy?

Sí, aquí tiene.

¿Ya vio señor Ramírez, dice el periódico que López Obrador va a terminar con el outsourcing, que opina Usted?

Pues yo opino, don Pedro, que está muy mal. Fíjese, en este momento hay alrededor de cuatro y medio millones de trabajadores contratados bajo ese sistema, que en español se refiere a la subcontratación, y muchos de ellos se van a quedar sin trabajo si lo cancelan.

Pero, señor Ramírez, ayer en la mañanera dijo López Obrador que esos contratistas abusan de los trabajadores y evaden impuestos.

Puede haber algunos, don Pedro, pero la gran mayoría cumple con las leyes que rigen la subcontratación. Además, el gobierno tiene todos los elementos para vigilar y castigar a los que no cumplen. Si no lo hace es porque los propios inspectores del Seguro Social y Hacienda son corruptos y se hacen de la vista gorda por un soborno. Pura corrupción, don Pedro, esa que dice López Obrador que ya no existe.

Pero usted don Pedro, es un subcontratista y de los malos.

Pero ¿Yo como señor Ramírez?

Haber don Pedro ¿Dígame cuanto le da a Beto por barrer todos los días en la mañana el frente de su barbería?

Yo le doy 35.00 pesos todos los días, porque mi frente es muy chico, pero la tienda de aquí al lado le da más y así todos los negocios de la cuadra según el tamaño de su frente.

Pues eso, don Pedro, es subcontratación y usted no paga seguro social, ni Infonavit, ni ahorro para el retiro, ni vacaciones, ni aguinaldo a Beto.

Pero cómo voy a pagar todo eso por un ratito que barre Beto todas mañanas. Además, yo le doy sus christmas en navidad y le corto el pelo gratis.

Creo que ya entendió, don Pedro. Hay compañías en México y en todo el mundo, que subcontratan servicios a otras empresas y sí cumplen con todas sus obligaciones con sus trabajadores y el gobierno.

Volvamos con Beto. Con toda seguridad él tiene que pagar una cuota al líder que controla toda la zona y éste a su vez le paga un soborno al inspector de la ciudad y así sube la cadena de corrupción hasta los meros jefes ¿A poco no, don Pedro? No, pues sí.

Ahora, don Pedro, si hubiera una empresa de subcontratación, que le cobrara a usted, digamos, 100.00 pesos diarios, y que todas las mañanas le barriera su frente, le lavara su vitrina y se llevara su basura, y que esta empresa le pagara a Beto un salario fijo, vacaciones y aguinaldo, que lo inscribiera en el Seguro Social, pagara el Infonavit, seguro para el retiro y el impuesto sobre productos del trabajo ¿Lo haría usted?

Ya me la puso difícil señor Ramírez, pero creo que sí.

Veamos el lado de los que promovieron la cancelación de la subcontratación y que López Obrador apoya, sin saber el daño que hace, o tal vez si lo sabe, pero no le importa.

Ellos quieren que usted contrate, don Pedro, a Beto, por ocho horas diarias y permanentemente, aunque no tenga nada que hacer todo el día.

¡Qué le pasa señor Ramírez! Eso sería una locura. Mejor yo barro mi frente y no le pago nada a Beto.

Pues eso, don Pedro, es lo que pasaría con muchos de los millones de empleados que trabajan en el sistema de subcontratación, se quedarían sin trabajo. La subcontratación sirve para facilitar que muchas personas encuentren trabajo, que de otra manera no lo tendrían debido a la rigidez de nuestras leyes laborales, pero que además puedan contar con Seguridad Social, pensión, etc.

Creo que entendí, señor Ramírez, pero estoy seguro que muchos mexicanos no saben ni de que se trata y ni el daño que hacen nuestras autoridades con decisiones como ésta.

Aquí tiene don Pedro, 150.00 por el corte y nos vemos dentro de 15 días, si la pandemia nos lo permite.

Gracias señor Ramírez, nos vemos en dos semanas.

FIN 


Adolfo Camacho Gómez   


jueves, 8 de octubre de 2020

DICE LÓPEZ QUE LOS POBRES SON PRIMERO

 DICE LÓPEZ QUE LOS POBRES SON PRIMERO

(La realidad es, que son invisibles y no le importan, solo son un número en el listado de votantes)


CUENTO CORTO



Don Lalo, así lo conocen todos. Hoy en su esquina, que ha ocupado durante más de treinta años vendiendo periódico, espera impaciente que venga su repartidor, para hacer cuentas. Hoy le toca, pero el joven no llega.

Desde la madrugada se sentía cansado, pero apuró el paso y como todos los días, estuvo exacto cuando el repartidor de la editorial apenas detuvo su camioneta, el ayudante aventó el bulto y Memo, le gritó desde el asiento del conductor ¡Ahí van doscientos! En la tarde regreso para hacer cuentas. Don Lalo dijo gracias, pero sus palabras ya no fueron escuchadas.

Don Lalo, ya había terminado de vender todos sus periódicos, se sentía más cansado que en la mañana, la espalda le dolía. Pensó, me voy, ni modo que piense que me voy a robar el dinero. Empezó a caminar a su casa, las piernas le dolían y empezaba a tener un ligero dolor de cabeza.

Llegó a su casa, más bien un cuartito al fondo de un estacionamiento. Hacía ya varios años que un cliente que compraba el periódico todos los días, le pregunto que, si donde vivía, él le dio las señas y el cliente le preguntó ¿Por qué no se viene a vivir a mi estacionamiento, está aquí a la vuelta y no tiene que caminar mucho? No más en la noche le hecha un ojo a los autos. Don Lalo aceptó y desde entonces vive allí.

Llegó pues Don Lalo a su casita, abrió un virote le puso un buen pedazo de queso, de una lata abierta, sacó un chile jalapeño lo empujó en medio del virote y empezó a comer. Se recostó en su camastro y se quedó dormido.

Apenas había dormido como una hora, cuando lo despertó una tos que parecía que venía desde sus entrañas. Tomó varios tragos de agua, pero la tos no se iba, además sentía unos escalofríos, como si tuviera calentura, pero no tenía un termómetro. Se levantó como pudo y se dirigió al centro de salud, donde comúnmente iba cuando se sentía mal.

Don Lalo, que le pasa ahora, preguntó la enfermera. Me duele un poco la espalda, traigo una tos que no se me quiere quitar, unos escalofríos y me zumba la cabeza. Vamos a ver, dijo la enfermera, primero le voy a tomar la temperatura.

Don Lalo, con razón trae escalofríos, tiene una temperatura de 40 grados. Tómese estas pastillas para la calentura y la tos, pero es necesario que vaya de inmediato al hospital, ya sabe el que está aquí cercas, solo son cinco cuadras.

Don Lalo, se levantó tembloroso, tomó su sombrero y empezó a caminar hacía el hospital. Había caminado dos cuadras y le empezó a faltar la respiración, la tos empeoró y pensó en descansar un rato. Se acercó a un poste de un anuncio, se sentó, encogió las piernas, inclinó un poco el sombrero sobre su frente, su respiración iba siendo más lenta, más forzada, la tos era más esporádica, inclinó la cabeza sobre sus rodillas y pensó voy a esperar un rato para agarrar fuerzas, empezó a quedarse dormido, como si ya no le doliera nada.

Eran ya las cuatro de la mañana, tres jóvenes trasnochados pasaron junto a Don Lalo, uno de ellos lo empujó con su pie, pero Don Lalo no se movió. Otro dijo ¡Déjalo! Debe estar durmiendo la borrachera de ayer.

El Sr. Gutiérrez, dueño del estacionamiento, sacó su auto, pero no le extrañó no ver a Don Lalo, ya que siempre se iba muy temprano a esperar su periódico. Pero cuando salía se topó con el repartidor de la editorial, preguntando por Don Lalo, que ayer no lo había esperado para hacer sus cuentas.

Se debe haber quedado dormido, dijo el Sr. Gutiérrez. Qué raro respondió el repartidor, Don Lalo nunca falla. Por ahí debe de andar, respondió el Sr. Gutiérrez, yo tengo que ir a mi trabajo, y arrancó su auto.

Sin desconfiar nada, el repartidor continuó con su rutina de entregas. Pero al dar vuelta, unas cuadras adelante, le pareció muy conocido el sombrero de la persona acurrucada junto al poste. Se acercó, bajó de su camioneta, le levantó el sombrero y de inmediato reconoció a Don Lalo, se asustó de lo pálido que se veía, lo tomó del hombro y lo zarandeo, pero Don Lalo no respondió. Fue entonces que cayó en la cuenta que era algo muy grave. Tomó su teléfono y llamó al 911, lo reportó y se fue, tenía que cumplir con sus entregas.

Poco a poco se fue juntando gente, alguno lo reconoció, es Don Lalo, el que vende periódico en la esquina, aquí a dos cuadras.

Llegó la ambulancia, los paramédicos inmediatamente se dieron cuenta que no había nada que hacer. Llamaron al servicio médico forense, varias horas tardó en llegar, mientras, ahí yacía Don Lalo, solitario, parecía que su vida a nadie le había importado, el Covid-19 se lo había llevado. Llegaron los forenses enfundados en sus trajes blancos, no había mucho que hacer, sacaron una bolsa negra, les fue difícil colocarlo en ella, porque ya estaba tieso. Para ellos solo fue la víctima número 83,096.

Una semana después su esquina ya estaba ocupada por un joven. Un asiduo cliente preguntó ¿Qué pasó con Don Lalo, por qué ya no lo vemos por aquí? El joven se encogió de hombros y solo respondió ¡No sé!

FIN

Por Adolfo Camacho Gómez.

sábado, 19 de septiembre de 2020

FUERA DE SUS CABALES

 

FUERA DE SUS CABALES.

Cuento corto.



Roberto es un jovencito muy perspicaz, el mayor de dos hijos, su hermana es una pequeñita que aún cursa la primaria. Él ya atiende el segundo año de secundaria en una escuela privada. Sus padres han hecho hasta lo imposible para darles la mejor educación que esté en sus manos.

Roberto se levanta muy temprano para desayunar y estar listo para atender sus clases a distancia por internet. Sus padres hacen lo mismo, el papá para irse su trabajo, su madre se queda en casa. Fue una decisión difícil que tuvieron que tomar los padres. Alguno de los dos tendría que dejar de trabajar para quedar en casa atendiendo a los hijos, que por el brote de la pandemia se quedaron en casa y después por las clases a distancia. Como decía la decisión fue difícil, pero como el padre tenía un mejor puesto y mejor salario, la madre tuvo que sacrificar su trabajo en aras de la familia. Todos tuvieron que sufrir la fuerte disminución del ingreso familiar.

Así pues, toda la familia se levanta temprano y como es costumbre prenden la televisión. Es normal que a esa hora estén transmitiendo la mañanera del presidente López. La realidad es que al principio ponían mucha atención, sobre todo los papás, pero con el tiempo se les fue haciendo monótono, ahora solo oyen, pero no escuchan. Pero esta vez, a Roberto le llamó la atención cuando el presidente pidió que presentaran algo en la pantalla gigante y de refirió a 45 masacres que el periódico Reforma presentaba en primera plana y después en tono de burla soltó una serie de carcajadas.

Esto le inquietó a Roberto, que como ya he dicho es un jovencito muy perspicaz, y le preguntó a su papá ¿Viste al presidente, se carcajeó de las 45 masacres que un periodo publica hoy? ¿Está bien que el presidente se burle de que un periódico publique que ha habido muchas masacres en nuestro país durante su gobierno?

Foto y reportaje publicado por ABC

Mira Roberto, contestó su papá, ya en la mesa, tomando un refrigerio antes de ir al trabajo. Tu sabes que yo no soy psicólogo para comprender que pasa por la mente del presidente cuando da sus mañaneras. Pero, replicó Roberto, está bien que se ría, son cientos de personas que han sido asesinadas y que tienen miles de familiares que están sufriendo su pérdida. Pues no, no está bien, contestó su papá, yo pienso que, cuando menos debe mostrar algo de compasión y aceptar que la violencia está descontrolada en el país.

Pero sí te puedo decir una cosa, continuo su papá, el presidente, por desgracia, desde que empezó la pandemia ha mostrado una gran insensibilidad ante los muertos por el Covid-19 y parece que a él no le importan, ya son miles y miles y para él todo está bien, y no, no está bien. Pero te voy a explicar algo, cuando los problemas son tan grandes y se le vienen encima a una persona, su defensa es negarlos en su mente. Yo creo que el presidente en su mente piensa que el periódico está diciendo mentiras nada más por molestarlo. Tal vez él verdaderamente cree que las masacres no existen y que los muertos por el Covid-19 no son tantos como la prensa dice.

Pero papá, eso que me estás diciendo es como lo que le pasó a la abuelita, cuando mataron al tío Rene, se pasó meses diciendo y pensando que estaba vivo y el médico nos dijo que estaba fuera de sus cabales ¿Eso le está pasando al presidente?

Bueno Roberto, como ya te dije, yo de la mente de las personas no sé nada y ya me tengo que ir al trabajo.

FIN

 

Por

Adolfo Camacho Gómez. 


miércoles, 16 de septiembre de 2020

CHILES EN NOGADA, DE MÉXICO PARA EL MUNDO

 CHILES EN NOGADA.

Un exquisito platillo digno de ser disfrutado en las mejores mesas del mundo.

Por su gran extensión me permito hacer un enlace de la magnífica obra publicada por el Instituto Politécnico Nacional, Escuela Superior de Turismo, sobre sus orígenes y contexto histórico.

Espero que este importante y acucioso trabajo ofrezca una ventana a la grandiosa historia culinaria de México.

Clásico

Montado en un plato de talavera bañado con nogada y adornado con el perejil y la granada.












 

Para un apetito grande
Dos chiles montados en un mismo plato, bañados horizontalmente de la misma manera con la nogada sin ser cubiertos completamente por la misma, adornados con el perejil y la granada.












Con Arroz y Nueces de Castilla
Chile completamente bañado con la nogada y adornado con poca granada y hojas completas de perejil acompañado con una porción de arroz, la cual se adorna con nuez fileteada.










Homenaje a la Bandera de México
Chile montado en plato de barro, bañado con la nogada horizontalmente por la parte media dando el color blanco, al costado izquierdo el perejil dando el color verde y al costado derecho la granada proporcionando el color rojo. 








Espero que lo disfruten y haya muchos valientes que se atrevan a prepararlos. 







domingo, 13 de septiembre de 2020

LA MÚSICA ES LA PUERTA DEL ALMA.

 








El coro de mi infancia abrió una

Desconocida puerta de mi alma.

Las notas del pentagrama se aferraron

A mi ser para jamás dejarme.

 

Cantar el aleluya de Haendel era como

Sentir la apoteosis de fuegos artificiales.

Las cuatro voces; sopranos, contraltos, tenores

y bajos, en una mezcla sublime.

 

Es difícil pensar que la música, no hace muchos

Años, era privilegio de solo unos pocos.

Beethoven, Mozart, Chopin, en su tiempo,

Eran la arrogancia de reyes.

 

La música, es libertad, hermana,

Crea civilizaciones,

Hace revoluciones, derriba muros,

Inspira novelas, eleva el alma, acompaña

La muerte y sublima el amor.  

 

Adolfo Camacho Gómez



martes, 8 de septiembre de 2020

UN DESASTRE ANUNCIADO, EL DESABASTO DE MEDICAMENTOS POR EL ESTADO MEXICANO.

 

Foto: El sol de Torreón. Ejemplo del
desabasto que es similar en todo el país.

En México nunca había habido un desabasto de medicamentos como el que se ha presentado desde el primer día de la administración del presidente López. Cierto hubo ocasionalmente faltante de uno u otro medicamento, pero jamás un desabasto generalizado como el de hoy.

¿Por qué será un rotundo fracaso la distribución de medicamentos por la nueva empresa que pretende crear el presidente de la República Mexicana, Manuel Andrés López Obrador?

La respuesta es sencilla y le explotará en el rostro al propio presidente.

Hagamos un poco de historia. Hace ya más de medio siglo que empresas de reparto de paquetería y mensajería privadas fueron creadas en todo el mundo y México no fue la excepción, aunque llegó tarde. El resultado fue contundente, las empresas privadas rebasaron con mucho a los sistemas postales estatales de todos los países donde operan. En México, además, con la llegada de internet, el Servicio Postal Mexicano, fue relegado a una participación mínima en el mercado postal, entendiéndose este como la distribución de correspondencia, mensajería y paquetería. La función de telegrafía que era una función exclusiva y monopólica del servicio postal mexicano, fue totalmente eliminada por el servicio de internet entre personas. Hoy básicamente el Servicio Postal Mexicano opera gracias a que el gobierno es tal vez su único y principal cliente.

¿Por qué fue posible tal cambio? Debemos decirlo sin tapujos, las empresas estatales siempre han sido burocráticas e ineficientes en todo el mundo. En México particularmente su ineficiencia se evidenció de inmediato, cuanto una carta de negocios fue trasladada de un punto a otro, de manera más segura y rápidamente por una empresa privada de mensajería que por el Servicio Postal Mexicano. Para el empresario fue fácil optar por la opción de la empresa de mensajería privada, ya que depende de la rapidez de la información para la toma de decisiones. Para el público en general no fue desconocido y poco a poco fueron prefiriendo este servicio privado, que, aunque más caro, es más eficiente. A nadie le interesa más que al individuo conocer en forma rápida la información de un familiar o hacerle llegar en forma pronta y segura algún documento vital. Estás empresas privadas se han sofisticado tanto que, gracias a internet, ahora el usuario puede saber la situación exacta de su misiva en el trayecto de la misma y la hora de su arribo, Cosa impensable en el Servicio Postal Mexicano.

López Obrador dijo en alguna ocasión que si empresas como Bimbo o Coca-Cola, reparten sus productos a todos los rincones de nuestro país ¿Por qué nosotros (entiéndase su administración de gobierno) no podríamos hacerlo con los medicamentos?

No me queda más que reconocer la infinita ignorancia de López, al hacer tal afirmación. Estas empresas han necesitado dedicar décadas de estudios, análisis de logística, basarse en pruebas reales de error y acierto, para conformar una red eficiente de distribución que constantemente se afina y se reinventa. Son cientos de miles de unidades de diferentes tipos, modalidades y capacidades en servicio constante y para lograrlo tienen una gran red de soporte técnico para su mantenimiento. Hay que decirlo claro, López no sabe de lo que habla o en lo que se está metiendo.

 Hablemos ahora de las empresas especializadas en la distribución de medicamentos que López ha despreciado y satanizado, llamándolas acaparadoras y corruptas. Por lo menos yo, no he sabido, porque López no ha tenido la decencia de explicar donde está el acaparamiento y la corrupción. En ese afán, centralizó la compra de medicamentos e hizo el intento de distribuirlas, pero resultó un rotundo fracaso. El desabasto se hizo evidente de inmediato y no solo con los medicamentos para los niños con cáncer, tengo evidencias muy personales, por las que puedo informar que, medicamentos para enfermedades crónico-degenerativas siguen faltando y estamos hablando ya de 21 meses de su gobierno. Estas empresas privadas de distribución de medicamentos han hecho lo mismo que Bimbo y Coca-Cola, afinar por décadas su red de distribución para llevar las medicinas en tiempo y forma hasta los lugares más apartados de la República Mexicana y según entiendo, entregan un paracetamol, por referirme a un medicamento en particular, al mismo precio en Tijuana o Mérida. Por otra parte, garantizan la cadena de frío de todos los medicamentos que así lo requieran. Aquí hablamos de algo tan delicado como las vacunas que requieren mantener cierta temperatura desde su fabricación hasta su aplicación al paciente. Ese es el grado de sofisticación y eficiencia que habrían alcanzado esas compañías privadas de distribución de medicamentos que López, sin el mínimo conocimiento sataniza.

Cuando la falta del medicamento metotrexato para niños con cáncer hizo crisis, López envió al ajonjolí de todos los moles, Marcelo Ebrard, a comprarlos a Francia. Esto costo importar de Francia medicamento contra el cáncer.

Su precio fue una bagatela menos, 0.30 centavos y 1.00 peso mexicanos, según la presentación, pero puestos en Francia. Es decir, al precio obtenido se tuvo que agregar el costo de transportación a México, más el costo de distribución en todo el país. Por lo demás puedo afirmar que a Baja California nunca llegó una sola dosis de esa compra. Pero si se hubiera optado por la compra a laboratorios mexicanos, hubieran sido puestos desde Tijuana a Mérida por el mismo precio. Por decirlo de una forma coloquial “Les salió más caro el caldo que las albóndigas”.  La realidad es que esa remesa se concentró en la Ciudad de México y por meses falto en la mayoría de los Estados y a la fecha sigue habiendo faltante de medicamentos, especialmente, para los niños con cáncer. (Solo agregar que con las compras en el extranjero, les da trabajo y salario a trabajadores de esos países. Salarios y trabajos que deberían ser para mexicanos)

Ahora López, quiere comprar medicamentos por intermediación de la ONU, en el extranjero solamente, principalmente a Rusia, China e India. Es increíble que el catorceavo país económicamente hablando, no sea capaz de comprar sus medicamentos por sí mismo. Peor aún, está condenando a la bancarrota a los laboratorios mexicanos. Prefiere beneficiar a empresas ubicadas en el extranjero que a empresas mexicanas. De ese tamaño es su odio a la empresa privada mexicana. Pero eso es harina de otro costal.

¿Por qué, por ejemplo, López, no utiliza la infraestructura del Servicio Postal Mexicano para la distribución de medicamentos? La respuesta es obvia, el servicio postal mexicano se quedó en el siglo pasado, aún hay muchos pueblos, ciudades inclusive, donde el correo se distribuye con bicicletas. ¿Por qué, López, no utiliza el servicio de las empresas privadas ya establecidas que tienen toda la infraestructura necesaria y han demostrado su eficiencia por años? Francamente no tengo respuesta, solo hacer notar, el odio, que López no disimula contra la empresa privada.

Para establecer una red eficiente de distribución de medicamentos nacional, López, piensa utilizar la infraestructura de las unidades hospitalarias, pero eso no le servirá de nada, éstas han estado allí desde siempre, la clave es que los medicamentos les lleguen a tiempo y con suficiencia. Para ello será necesario invertir miles de millones en centros de distribución, equipos de transporte adecuados en capacidad y modalidad, un personal bien entrenado y mil etcéteras más. Negarse a utilizar la capacidad ya instalada y la experiencia de las empresas privadas, no solo es un error, es una necedad que solo perjudica más a los más pobres, como ya está sucediendo ahora.

Lo que mal empieza mal acaba, reza el refrán. David León, quien fue designado para dirigir la empresa en construcción para el abastecimiento de medicamentos de la nación, tuvo que ser cesado por haber participado en la entrega de dinero de dudosa procedencia, al hermano de Manuel Andrés López Obrador, Pío López Obrador, para su campaña política. El incorruptible ha sido desenmascarado como el peor de los corruptos, por su hipocresía.

Es el presagio de un desastre anunciado.


Por: Adolfo Camacho Gómez 

domingo, 6 de septiembre de 2020

LA ESPERANZA DE LA DESESPERANZA

 




Todo está en calma, el tiempo marca su paso lento pero inexorable, como la penumbra del atardecer va dando paso a la noche obscura.

Tiempo ya sin tiempo, la noche ya sin esperanza, siembra como nocturnas luciérnagas pequeños brillos en las ventanas de la calle obscura.

El viento cálido del verano nuestro, estremece sus ramas ya sin hojas del vetusto álamo. Ese álamo que me vio crecer, sigue fuerte como en esos veranos de mis inocentes juegos.

Ese álamo que ha sobrevivido los embates de la creciente urbe, ya casi ilegibles, permite que las yemas de mis dedos palpen las letras indelebles de ese amor que llegó para ser eterno.

Testigo mudo de los que llegaron y se fueron, espera también mi partida. Pero antes de mi partida, en el ulular del aire entre sus ramas secas, trae los sonidos que se fueron, con aquellos temores, aquellas esperanzas, aquellos sueños de intrépidas aventuras.

Hoy, cansado y casi sin aliento, me recuesto en su recio tronco y en la penumbra nebulosa, como siluetas fantasmagóricas, en una danza alucinante aparecen vívidos los tiempos que no volverán.

Una lágrima resbala de mis ojos, cuando las espectrales siluetan me revelan un pasado de brillo y alegrías, una esposa que me amó tanto, que mi amor, que pretende ser inmenso, nunca podrá ser tan grande como el suyo y que me dio la inmensa dicha de poder ver crecer nuestros cuatro maravillosos hijos, que son el alma mía.

La noche cobra su llegada y su impenetrable obscuridad me toma por asalto, como ineludible presagio de mi eterna marcha.

 


Adolfo Camacho Gómez

sábado, 29 de agosto de 2020

AHORA SOLO HABRÁ FELICIDAD, EL PIB YA NO EXISTIRÁ.

 CUENTO CORTO.
Por Adolfo Camacho Gómez.

Foto Presidencia. Publicada por el Sol de México
Pancho ¿cómo te fue en el trabajo? Bien, Manuelita; gracias a Dios que ahora que cumplí treinta años con la constructora, el ínge me puso como ayudante del supervisor de la obra, algunos me dicen capataz, pero a mí no me gusta, solo soy el ayudante del jefe y les ayudo a los albañiles y chalanes a hacer bien el trabajo.

Fíjate Pancho que hoy dijo el presidente que ya va a desaparecer el PIB, que ahora solo va a haber pura felicidad.

Yo no sé qué es eso del PIB, pero ¿Cuál felicidad va a haber, si la gente se está muriendo a montones por el Covid? —Aquí Manuelita se persigna— y las matazones no terminas, fíjate nomás, ayer me dijo Don Pedro el de la tortillería, que le llegaron dos jóvenes y le dijeron, así nomás, que tenía que darles dos mil pesos cada semana, me dice que él les preguntó ¿Y porque o para qué? y solo le dijeron que tal vez vinieran otros a pedirle dinero y que ellos lo iban a proteger para que no le hicieran nada. Pero, me dice, yo les dije ¿y si no quiero darles nada a ustedes y se lo doy a los otros? Entonces, le contestaron los jóvenes, me dice Don Pedro, ¡Te vas a morir! Ahora, me dice, está pensando en cerrar e irse a otro pueblo. Así de mal estamos ¿Cuál felicidad?

Pero, Pancho, ¿Tu sabes qué es eso del PIB? A mí me suena como una palabrota.

En eso entra Juanito.

Déjenme decirles algo sobre Juanito; él es hijo único de Pancho y Manuelita. Tiene diecinueve años y medio y está en el tercer semestre de Ingeniería. Sus padres (Pancho, jornalero por muchos años y Manuelita ama de casa) siempre se esforzaron por educarlo bien e inculcarle disciplina y amor por el estudio —Una y otra vez le repetía su papá “El estudio es lo que te va a permitir que no seas un pobre albañil como yo”— Él, les respondió sacando las mejores calificaciones, lo que le valió para obtener una beca completa en la universidad y gracias a la petición de su padre, ahora trabaja de medio tiempo en la constructora como ayudante de calculista, ya que es muy bueno en matemáticas y física.

Pues bien, entra Juanito y alcanza a escuchar a su mamá.

Mira mamá, PIB quiere decir Producto Interno Bruto —Ya decía yo, replica Manuelita, es una mala palabra— No mamá, aquí bruto no es una mala palabra, significa el total sin descontar nada. Por ejemplo, si ves el recibo del sueldo de papá, arriba tiene una cantidad, que es el total de lo que gana, sin que le descuenten nada, ese es su sueldo BRUTO, luego abajo le descuentan los impuestos, las cuotas de Seguro Social, Infonavit, la aportación para el retiro y el abono del préstamo, lo que queda es lo que trae a la casa, pero luego está lo que tú le quitas y lo que le queda en su bolsa es el NETO.

Yo no le quito nada, dijo Manuelita, es lo que me corresponde. Pero ya entendí que significa bruto, se trata de dinero.

Producto Interno Bruto, agregó Juanito, es la suma del valor de todo lo que se produce en el país, por ejemplo, las casas, edificios y todas las obras que hace la constructora de papá y la de todas las constructoras del país, pero también las tortillas de Don Pedro y las verduras que tu compras en el mercado, pero también los zapatos, cuadernos, lápices, carros, refrigeradores, estufas, en fin, la suma de todo lo que produce el país en un tiempo determinado, que normalmente los países lo miden cada tres meses, es decir cada trimestre, se llama Producto Interno Bruto.

¡Ah! A eso se refería el presidente. Entonces... ¿Por qué dijo que ya no iba existir el PIB? ¿A poco, ya no se van a construir carreteras o casas? ¡Ay Dios mío, se va a quedar sin trabajo tú papá!

No mamá, respondió Juanito. El PIB no lo puede eliminar el presidente, es solo una medida que utilizan todos los países para compararse entre sí y saber si sus economías van bien o van mal. La producción de todas las cosas que se consumen aquí en México y todo lo que se produce para exportar a otros países seguirá como siempre, eso no lo puede parar el presidente. Lo que ha pasado es que, con las decisiones equivocadas que a ha tomado y el parón de las empresas por la pandemia, la economía se vino abajo, y le molesta que se hable de eso. Por eso dice que ahora solo se va a medir el bienestar y la felicidad de los mexicanos.

Ya sé que no te gusta mucho oír de números, continuó Juanito, pero todos los mexicanos debemos saber que la economía mexicana, o sea el famoso PIB, cayó en el segundo trimestre (abril-junio) 17.3%. Para que te des una idea, piensa en esto; papá, a pesar que cerraron la constructora un mes y medio, siguió recibiendo su salario completo, pero ya desde antes de la pandemia había muy poca obra, porque la gente que tiene dinero no quiere invertir en construcción por temor a lo que puede venir si el presidente sigue con sus ideas equivocadas. A consecuencia de eso, la mayoría de los albañiles se quedaron sin trabajar porque no hay obra. Eso, solo aquí en la constructora, ahora piensa que esto está sucediendo en todo el país, son millones de trabajadores que se quedaron sin trabajo. Los que saben de estas cosas, dicen que un millón de trabajadores formales y 12 millones de informales se quedaron sin empleo ¡Te imaginas cuanta gente está sufriendo en este momento! A eso agrégale las enfermedades, sin dinero para medicinas y la violencia que no para. Y lo peor es que, esta situación no se va a recuperar de la noche a la mañana, serán dos o tres años de vacas flacas.

No mamá, eso de la felicidad es un engaño para ocultar el desastre de este gobierno.

Fin.

lunes, 20 de julio de 2020

¡NO SEÑOR PRESIDENTE!

Foto: EFE publicada por Latinus
¡No señor Presidente! Los deudos de los muertos por el Covid-19 no quieren que compre su dolor, quieren a sus familiares vivos.

El presidente en uno de sus actos más abyectos, en lugar de pedir perdón por su gran responsabilidad en el desastre del manejo de la pandemia, que ya rebasó las 60 mil muertes,  se atreve a querer cambiar ese dolor por unas cuantas monedas, dádivas que llama becas y construir memoriales, se parece mucho al bíblico Judas traidor,  que vendió a Jesús Cristo por unas cuentas monedas. Así López Obrador ha sentenciado a muerte a miles de mexicanos por su incapacidad, nos ha traicionado y ahora se atreve a querer comprar nuestro dolor.   

Jamás podrá esconder, están grabadas sus palabras para la historia, que desnudan sus grandes errores; “Esta pandemia no es peligrosa, abrácense, no tengan miedo salgan a la calle, hagan su vida normal. Yo no uso el tapabocas porque el Dr. López-Gatell me dijo que no es necesario, háganle caso. Las pruebas se hacen solo a las personas que tienen síntomas, yo no me la hago porque no tengo síntomas. Salgan a comer a los restaurantes no pasa nada, yo les digo cuando guardarse en sus casas. Yo traigo aquí esta estampita —Detente, que Jesús está conmigo— Ya domamos la pandemia. Desde enero nos preparamos, tenemos todo lo necesario para enfrentar esta pandemia. Y la más deleznable de todas las expresiones: Esta pandemia nos cayó como anillo al dedo”.

Todos los deudos que hoy lloramos a familiares o amigos, sabemos que muchos de ellos no deberían haber muerto si se hubiera tomado en serio la peligrosidad de la pandemia por la máxima autoridad de la nación que es Usted Sr. Presidente Manuel Andrés López Obrador, jamás podrá eludir su responsabilidad por más memoriales que construya, no podrá evitar que cada uno de ellos, si los construye, sea el vivo recuerdo de su negligente culpa.

No señor presidente, el dolor no se puede comprar, ni se mitiga arrojando unas cuantas monedas, que por cierto saldrán, si es que en verdad lo hace, del mismo bolsillo de las personas que hoy en silencio son presa de un inmenso dolor y desasosiego por la falta de sus seres queridos.

No señor presidente usted no se puede lavar las manos, como Pilatos, su soberbia, su indolencia, su gran ignorancia, lo hacen responsable de esta tragedia. Si no lo paga en esta vida, la historia lo señalará como el peor presidente que ha tenido este país. 

Adolfo Camacho Gómez

viernes, 19 de junio de 2020

ENTRE LA VIOLENCIA Y EL COVID-19 (CUENTO CORTO)




Trabajadores y familiares de un fallecido llevan un ataúd con el cuerpo de una persona que murió por coronavirus hasta su tumba en el cementerio de San Lorenzo Tezonco en Ciudad de México, este miércoles 3 de junio. Foto: Carlos Jasso / Reuters.
¿Cómo te fue en la fábrica Pedro? Antes que me digas nada, échame en este canasto toda la ropa que traes, tus botas se quedan afuera, aquí tienes tus chanclas y ropa limpia. Ahora sí, cuéntame.

Mira Naty, no te preocupes todo está bien, apenas fue el primer día.

Pero Pedro ¿Cómo que todo está bien, que no ves que cada día hay más muertos de Covid?

Pues ni remedio, el presidente dijo que hay que salir y no tener miedo, la fábrica ya abrió y si no voy a trabajar me van a correr, y hay que hacerle caso al presidente.

Será muy tu presidente, pero si tú te me mueres que voy hacer.

No me voy a morir, Naty.

Y tú, ¿Cómo me lo puedes asegurar?

Pues si me enfermo, en el seguro me curan y ya.

Entiende Pedro, es en el seguro donde se está muriendo más gente del Covid, además no hay medicinas ¿Desde cuando no tienen las que yo necesito?

Mientras haces la cena, voy a poner a enfriar una cerveza de las que tengo, acá, escondidas y ver la televisión.

¡Esto sí está feo! Mira Naty, acaban de decir que asesinaron a un Juez y a su esposa enfrente de sus hijas.

Si Pedro, todo el día lo han estado repitiendo, pero que te sorprende, van cinco jueces que matan en lo que lleva de presidente López Obrador. Pero además dijeron que han asesinado 27 reporteros, y eso que el presidente prometió que desde el primer día de su mandato la violencia se iba a terminar.

Otra vez Naty, con tu cantaleta. La violencia no es culpa de López Obrador, es culpa de la guerra de Calderón.

Haber Pedro, explícame ésto; en 18 meses y medio que lleva como presidente López Obrador han asesinado a 54,980* seres humanos, tres veces más de los que hubo con Calderón en el mismo tiempo, pero sin guerra. Recuerda que López dijo que ya no hay guerra. ¿Cómo es posible que sin guerra contra los narcos haya tantas muertes? ¿Cómo se puede explicar eso? ¿No crees que los asesinatos que le achacan a Calderón no fueron por la guerra contra el narco, sino por la violencia que ya se venía gestando debido a que los narcos se habían apoderado de grandes territorios del país y nadie había hecho nada? Y este López menos. Hasta les anunció "Abrazos no balazos", como quien dice, les dijo; hagan lo que quieran, mientras en el territorio que dominen obliguen a la gente a votar por MORENA, yo hago como que no los veo. 

Y tú ¿Cómo sabes tanto?

Pues, aunque no lo creas, no únicamente veo la tele, también leo. En internet hay mucha información, todo es saber dónde buscar. Ya está la cena Pedro, ven a comer.

¡Ring…Ring!

Alcánzame el teléfono, Naty, lo dejé junto a la televisión.

¡Que, qué? ¡Qué secuestraron a quién? Sí, voy para allá.

¡Qué pasó Pedro, quien era?

Era José, un compañero de la fábrica, dice que secuestraron a Luisito, su hijo, y le están pidiendo diez mil pesos para soltarlo. Me pidió que lo ayude, voy al cajero para sacar algo de dinero y llevárselo.

FIN.

Adolfo Camacho Gómez

* Twitter, cuenta https://twitter.com/MuertosDelPeje

domingo, 7 de junio de 2020

LOS TIEMPOS DEL COVID-19 (CUENTO CORTO)


Jesusa, hace días que andas como si nada, ya dijo el güerito que tenemos que quedarnos encerrados en la casa.

No te preocupes Toño, el gobernador dijo que a los pobres no les da el covíd, y, ¿Apoco nosotros somos ricos?  No, somos bien pobres. Desde antes, el Guapo nos daba la pensión de solidaridad y ahora AMLO nos la dio doble.

Pero Jesusa, de veras crees que el bicho va a andar preguntando quien es rico y quien es pobre. El bicho anda volando por todas partes y nadie sabe a quién le va a caer.

A que mi Toño ¿Qué no oíste al presidente que dijo que nos abrazáramos todos, y a los ricos les dijo que salieran a los restaurantes a gastar su lana?  Además, también dijo que él y solo él nos iba a decir cuando encerrarnos. Pero también el joven que nos traer la pensión nos dijo que eso del covíd, eran puras mentiras, dizque es un invento de los chinos para asustar a los gringos. Me voy al mercado. Bueno Jesusa tú sabrás, pasa con don Jacobo y tráeme un frasco de miel y unos limones para la garraspera, hace días que me está molestando la garganta.

Buenos días comadre Chuyita, Buenos comadre Magui ¿Cómo está el compadre? Bien gracias a Dios y el compadre Toño ¿Cómo está? Bien, con un poco de garraspera, pero le llevo un frasco de miel de don Jacobo y unos limones, bueno, adiós comadre. ¡Ay, se rompió la bolsa de las naranjas! No se preocupe comadre Magui, yo le ayudo a levantar las naranjas.

Varios días después. ¡Mira Toño! Pasé con don Jacobo para comprar tu miel y resulta que está vendiendo las estampitas del detente que recomendó el presidente, compré dos, una para ti y una para mí. El presidente dijo que con esta estampita y un escapulario el bicho no da, y ya toda la gente del pueblo trae una estampita en su bolsa y un escapulario en el pescuezo. Por cierto, ya se me hacía raro no ver a la comadre Magui en el mercado, la última vez fue como hace diez días, cuando se le cayeron las naranjas ¿Te acuerdas? Dizque fue al centro de salud con un calenturón y le dijeron al compadre que la llevara a la ciudad y desde entonces nadie tiene noticias de los dos, deben estar con su hijo que está estudiando allá.

Pues Jesusa, el dinero ya se está acabando y no sé cuándo van a abrir la fábrica, aunque la garraspera no se me quiere quitar y no me he sentido bien, tengo que salir a vender algo para seguir comiendo y pagar la luz y el abono de la lavadora.

¡Toño! ¡Toño! Acabo de ver a Juanito el hijo del compadre y me dijo que la comadre Magui se murió ayer y que el compadre se puso muy enfermo y también lo hospitalizaron, pero que crees, Juanito tampoco se ve muy bien. ¿Y de que murió la comadre? Pues no le dieron razón, solo que no podía respirar y tenía mucha fiebre. ¡Ay Toño! La cosa se está poniendo negra, don Jacobo cerro su tiendita de miel, también se puso malo.

Pues creo, Jesusa, que yo voy mañana al centro de salud, siento que me está dando calentura y la garraspera no se me quita.

Al día siguiente en el centro de salud; Sr. Antonio, están aquí unos médicos que vinieron de la capital, para hacer unas cuantas pruebas para medir y saber más o menos cuanta gente en el pueblo tiene Covid-19 y usted trae los síntomas, le van hacer la prueba a usted y su esposa, le vamos a dar estas medicinas y en dos o tres días van a estar los resultados.

Tres días después. Toño aquí está un señor de blanco y con tapaboca, dice que viene, dizque de la salud para el bienestar, pero dice que no puede entrar y que nosotros no podemos salir.

Mi nombre es Roberto Sánchez y soy trabajador social del Instituto de Salud para el Bienestar, vengo a informarles que los dos dieron positivo para el Covid-19, la situación de don Antonio no es grave, pero tendrá que cuidarse mucho, los dos tienen que encerrarse, tomar sus medicamentos y no tener contacto físico con ninguna persona
.
Pero señor, yo me siento muy bien, ni calentura he tenido. Usted señora Jesusa, está infectada, pero es asintomática, por eso no presenta ningún signo, pero sí puede infectar a otras personas y en cualquier momento también usted puede presentar los síntomas.

Dígame don Antonio ¿Y quién de ustedes es quien sale hacer las compras?

Pues aquí la doña, no para.

¿Puede decirme, señora Jesusa, con quienes ha tenido contacto últimamente?

Pues con la comadre Magui, pero se murió en la capital la semana pasada y con don Jacobo, el que vende la miel en la otra esquina, pero ya cerró porque se puso malo.

¿Con alguien más?

FIN



Adolfo Camacho Gómez


miércoles, 27 de mayo de 2020

A QUÉ VIENE LA REPENTINA PREMURA DE LÓPEZ

De improviso, López Obrador anunció, que en virtud de que en México no hay capacidad para cursar la especialización de 40,000 médicos, solo se becarán a 10,000 médicos en México, 30,000 se enviarán al extranjero para su especialización. No olvidemos que el propio López Obrador denigró a los estudiantes que fueron a estudiar al extranjero, dijo que solo traían malas mañas. Canceló las becas de los que estaban fuera del país, obstaculizó los trámites para su renovación, la de ellos y la de los nuevos postulantes.
¿Porque ahora tanta premura para hacer lo contrario? 
  
Aquí mi opinión. Lo primero que nos hace levantar las cejas es ¿Porque resultó de repente tan urgente la especialización de 40,000 médicos mexicanos? Claro el Covid-19 ha desnudado las carencias de nuestro sistema de salud ¿Pero es todo?

Veamos un panorama más amplio, según Índex Mundi en 2016 México tenía una densidad de médicos por cada 1000 habitantes de 2.25, arriba de Chile 1.08 en 2016 y de Brasil 2.15 en 2018, pero un poco abajo de Estados Unidos 2.59 en 2016 y Argentina 3.96 en 2017. Veamos ahora los europeos; Noruega 4.63 en 2017, Dinamarca 4.46 en 2016, Suecia 5.4 en 2016, Alemania 4.21 en 2017, Reino Unido 2.81 en 2017, Francia 3.23 en 2016, España 4.07 en 2016 e Italia 4.09 en 2017. En esta muestra la densidad de médicos incluye tanto médicos generales como médicos de especialidades. La OMS sugiere una densidad de 2.3 que incluye médicos, enfermeras y parteras. Estos dos últimos conceptos no se incluyen, como ya se apuntó, en los datos arriba descritos. Sin tener los datos a la mano de enfermeras y parteras, estimo que México lo cubre con creces. Es importante señalar que la especialización no elevará la densidad de médicos en México, ellos ya lo son. Aquí se abre otra interrogante que debe preocuparnos ¿Quién cubrirá la falta de esos 40 mil médicos becados?

Se puede apreciar con toda claridad que no hay una correlación directa entre la densidad médica y la letalidad del Covid-19 ya bien conocida por todos. En México durante esta crisis no se ha percibido falta de médicos y enfermeras, lo que sí ha sido evidente es la falta de medicamentos e insumos médicos y una muy deficiente comunicación asertiva, veraz y oportuna para evitar los contagios. 

Volvamos al principio, una especialidad en México puede tomar de 3 a 4 años, según la especialidad que se opte. Cursos al vapor para especialistas no existen o son un fraude. Los especialistas de que habla López Obrador estarán terminando en 2023 o 2024, si iniciaran su curso ya. La pregunta es obvia ¿Porque tanta urgencia? La solución más práctica es fortalecer las especialidades en las universidades mexicanas, si se apoya con becas adecuadas, suficientes, sin perder sus derechos laborales, habrá muchos candidatos. Los que aprueben los duros exámenes para una beca en el extranjero y dominen el idioma, que sean debidamente apoyados por el Estado Mexicano, pero solo debe ser en las universidades más prestigiosas del mundo. De esa manera con solidez se irá cubriendo el déficit de especialidades médicas en México.  

La pregunta sigue en el aire ¿Porque tanta urgencia? Recuerdan cuando Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, vino a la toma de protesta del presidente López Obrador, éste manifestó que aceptaba un intercambio de información médica con Cuba. Todos entendimos que se hablaba de las misiones médicas cubanas que no son más que tratos mercantiles que la Organización Mundial de Vigilantes de Derechos Humanos (HRW por sus siglas en inglés) ha calificado de semi esclavitud.

Esta promesa de López a Díaz-Canel parecía olvidada, pero en 2019 arribó a México con pequeño grupo de médicos cubanos. El rechazo no se hizo esperar por una importante cantidad de intelectuales, médicos mexicanos, comunicadores y sociedad. Tal vez por ello se dejó dormir el plan por un tiempo, pero los cubanos no estaban dispuestos a olvidar, habían perdido el trato de alrededor de 50,000 médicos de sus misiones en Brasil y Bolivia, si se estima que por cada médico el gobierno cubano recibe entre 5 y 7 mil dólares mensuales, ponderando una media perdieron 3,600 millones de dólares anuales. Tanto en Brasil como en Bolivia se puso de manifiesto que no todos los que llegaban en las misiones eran médicos, había una buena cantidad que eran solamente enfermeros, pero también había vigilantes y adoctrinadores, fue el principal motivo de que los echaran.

México, desde que llegó López al poder, fue objetivo cubano para recuperar sus dólares perdidos. La crisis de la epidemia del Covid-19, a ambos les cayó como anillo al dedo, con premura activaron el plan y arribaron varios cientos de médicos cubanos, según nuestro gobierno, para apoyar en la crisis. Pero ya se ha demostrado que médicos no faltan.

El rechazo creció, ahora fue casi unánime y a los médicos cubanos, parece, los tienen escondidos. Priva sobre todo ello un oscuro trato. Nadie sabe cuántos y en qué hospitales están ubicados, cuánto se le paga a ellos y al gobierno cubano, si serán evaluadas sus habilidades y conocimientos por algún centro universitario mexicano como es normal que se haga con cualquier médico mexicano que quiere ejercer en el extranjero, si tienen visa de trabajo, si su pasaporte les fue entregado a cada uno o confiscado por las autoridades cubanas como lo han hecho en otros países donde los han recibido, por el temor a que deserten, si son libres de ejercer la medicina privada por su cuenta, si podrán traer a sus familias, en suma si no son los modernos esclavos.

Pero surgió la idea salvadora, y ésta con toda seguridad provino del ladino gobierno cubano urgido de dólares. En vista del rechazo de médicos cubanos en México, porque no hacerlo al revés, médicos mexicanos en Cuba. Mándamelos para acá, a deber dicho Díaz-Canel a López, me pagas por la especialidad lo que yo te hubiera cobrado por mis médicos y tú les das su mísera beca que acostumbras.

Así pues, López ha encargado al ajonjolí de todos los moles, el secretario de relaciones exteriores Ebrard, que fuera por el mundo para auscultar cuáles universidades podrían ser elegidas para sus 30,000 becarios médicos. De entrada, Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unidos, Bélgica, los países top de la medicina están descartados. En ellos se requiere que pasen estrictos exámenes de conocimientos y habilidades y dominen el idioma, podrá haber algunos, pero será solo un puñado que pueda pasarlos y acceder a las becas que otorgan esas universidades prestigiosas. Si no logran esas becas están fuera del ranking mexicano porque el semestre llega a costar hasta 50 mil dólares. Sólo queda China y Cuba. Se inventará toda una faramalla para que al final quede como finalista solitaria Cuba. Es ideal para los planes de López y su 4T, regresarán muy bien adoctrinados y no pocos se colocarán como catedráticos en universidades mexicanas que transmitirán ese adoctrinamiento a sus alumnos. Si no, al tiempo.

Adolfo Camacho Gómez