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viernes, 10 de abril de 2015

¿ES CIERTO QUE LA PUBLICIDAD DE LOS PARTIDOS NO CUESTA?

Todos sabemos que, desde que los partidos políticos tomaron en su poder este país, se destinan miles de millones de pesos para su mantenimiento, sus campañas y la operación del Instituto Federal Electoral (IFE), es decir todos los ciudadanos de este país mantenemos a los políticos que están en el poder porqué con nuestros impuestos pagamos sus enormes sueldos,  pero además becamos a los políticos que no están en el poder porqué cobran su mesada como dirigentes, asesores, promotores o simples empleados del partido.

Se nos presentó como una gran toma de conciencia, (por parte de diputados y senadores), la modificación a la ley electoral posterior a las elecciones del 2006 que eliminaba la posibilidad de contratar publicidad en radio y televisión por cuenta de los partidos políticos. Utilizando en su lugar los tiempos asignados al estado en radio y televisión que los concesionarios tienen la obligación de facilitar gratuitamente. Con esto se ahorrarian varios cientos de millones de pesos, nos dijeron.

¿Realmente se ahorró algo? La respuesta es NO. En lugar de disminuir el presupuesto de gastos a los partidos políticos que ya no tendrían que invertir en publicidad de radio y televisión, sucedió todo lo contrario, les fueron asignados mas recursos que los que se supone ahorrarian. Pero eso no fue todo, el IFE (Instituto Federal Electoral convertido ahora en Instituto Nacional Electoral) requirió un fuerte aumento en sus gastos de operación por la necesidad de implementar el control de la asignación de los anuncios en todas y cada una de las radio difusoras y emisoras de televisión de toda la república y el monitoreo de su cumplimiento.

Nos ha quedado claro que la medida de utilizar los tiempos del Estado en los medios no tenía el objetivo de ahorrar recursos, sino de ampliar los mecanismos de control. Al mejor estilo de los ya bien desprestigiados países totalitarios ahora los partidos políticos en nuestro país pueden decir a su estilo... LO MISMO TODOS.

Pero que pasa con esos famosos "tiempos del Estado" que son ahora utilizados por los partidos para sus campañas proselitistas. Nos dicen que no le cuestan al estado, por lo tanto son un regalo, una panacea.

Primero, cuando se modificó esta ley también se incluyeron reglas para su utilización. La más importante para lo que tratamos de aclarar, (ver  si en realidad cuestan o no cuestan), son los horarios de trasmisión. Se determinó que todos los anuncios de campaña se debían trasmitir entre las 6:00 y las 22:00, es decir se eliminó totalmente un tercio del día para las operadoras que transmiten las 24 horas. Por otra parte, si bien, las autoridades tenían a su disposición cierta cantidad de tiempo por ley, era notorio que no se utilizaba totalmente. Es cierto que las compañias de radio y televisión eludían la transmisión de los tiempos del Estado de los horarios mas importantes, los llamados triple A.

Sin dificultad podemos decir que las radiofusoras y las televisoras debieron ver restringido su espectro de venta, principalmente en el horario triple A que generalmente no se tocaba. Sin lugar a dudas lo primero que pensamos es: Que bueno que les quitaron esas ganancias a esos monopolios. Sí, esta bien, pero que pasa con los cientos de pequeñas radio difusoras o televisoras independientes (que han sobrevivido a la voracidad de los monopolios) que hay por todo el país.

Las grandes cadenas y las independientes pequeñas o medianas tienen plantillas de personal que mantener, costos fijos que sufragar. Al dejar de recibir los ingresos provenientes de la publicidad política, inevitablemente aumentaron sus precios. Lo que inevitablemente aumentó los costos de promoción de los productos de las empresas. Lo que inevitablemente aumentó los precios de los productos que todos compramos.

"Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando ésta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso, mi querido amigo, es el fin de cualquier nación. No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola".Adrian Rogers.

Al final nada es gratuito, el tiempo de transmisión tiene un costo de operación para las empresas de radio y televisión que de alguna forma tienen que resarcir y que al final alguien tiene que pagar por ello y ese alguien somos todos nosotros, los consumidores. 

Por otra parte la medida entraña una gran iniquidad, ya que la prensa escrita e internet no fueron sujetos de confiscación de espacio en sus paginas.

Fue una gran mentira decir que la publicidad política en radio y televisión es gratuita y una insolente burla decir que por tal motivo las subvenciones a los partidos políticos iban a diminuir. 


Adolfo Camacho Gómez