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domingo, 16 de agosto de 2015

LA FALSA DEMOCRACIA DEL PRI

Manlio Fabio Beltrones, Nuevo Presidente del PRI,
Con Enrique Peña Nieto Presidente de México.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) quiere mostrar hacia el exterior una cara de ser democrático, es decir, permitir que todos sus agremiados participen en la elección de sus dirigentes, pero como esto es una práctica imposible para este instituto político trata de encubrir su autoritarismo con una retórica infantilmente rebuscada para tratar de dar una imagen ante la opinión pública muy diferente a lo que en realidad es. La realidad es que al interior del PRI todos sus agremiados saben que la selección de dirigentes siempre viene de arriba, por el inefable método del “dedazo”, entendiéndose esto como el índice que señala a la persona elegida. En el caso del presidente del partido y los puestos más elevados, este derecho de elección o más bien de designación le corresponde en ésta ocasión a Enrique Peña Nieto, que como presidente de la nación, es considerado a su vez el jefe natural del PRI. Aunque formalmente existe un dirigente del partido, en los hechos está subordinado a la voluntad de Enrique Peña Nieto. Si Enrique Peña Nieto consulta o no su decisión es irrelevante, cuando él apunta su índice y señala a la persona elegida en automático todos los PRIistas aceptan sin chistar su decisión porque está implícito que aquel que no lo haga automáticamente quedará proscrito, sin la más mínima posibilidad de acceder tanto a puestos dentro de la nomenclatura del partido como a puestos de elección popular.
  
Los dos supuestos, la elección democrática y al selección directa, son válidos, solo que hay ámbitos para cada uno.

Los estatutos del PRI podrán decir que es un partido democrático, pero la realidad es que jamás este partido ha sido democrático. Desde sus más remotos antecedentes  hasta la fecha la designación directa o dedazo ha sido su práctica natural  (La más nefasta invención de este partido fue la designación por dedazo de la sucesión presidencial).  Está, pues, muy claro que en el PRI, en sus ámbitos interior y exterior, la democracia ni se practica ni se fomenta, por el contrario se ufana de no serlo cuando proclama, por ejemplo, tener un “candidato de unidad”.

La selección directa o dedazo es el único método que el PRI ha utilizado para la designación de sus cuadros al interior, la de funcionarios en sus gobiernos y la de candidatos a puestos de elección popular. Al interior de su partido es su prerrogativa, pero en el ámbito gubernamental es nefasto.

Como ya lo mencioné, la más perniciosa de éstas prácticas es la designación por dedazo del sucesor presidencial. Desde Álvaro Obregón hasta la fecha es difícil encontrar un ex presidente que explícita o implícitamente no se haya lamentado de su selección, así de mala ha sido ésta práctica.

En cuanto a la selección de funcionarios, salvo algunos pocos que deben ser ratificados por los senadores o diputados, que por cierto no garantiza que sean los mejores, parece no haber una reglamentación que obligue a la selección de los más capacitados.

La disciplina, entendida ésta como la obediencia ciega, es lo que parece prevalecer y ella se presupone cuando hay un fuerte lazo de amistad. Parece ser, entonces, que el amiguismo es la primera opción para la selección de funcionarios en los gobiernos del PRI. Dije parece prevalecer, porque  hay otra opción que compite por el liderazgo y es el lazo familiar, en donde se incluye la familia directa, la familia política, los compadrazgos y los padrinazgos. Después de los funcionarios de primer nivel donde el amiguismo parece prevalecer, los lazos familiares se extienden en redes interminables. Sin ir más lejos los medios digitales han dado a conocer hace pocos días puestos ocupados nada menos que por familiares del presidente Peña Nieto. Esta nefasta costumbre está tan arraigada que fue trasladada a los sindicatos - para heredar los puestos de trabajo -  de las instituciones de gobierno y las empresas paraestatales y esto fue porque los sindicatos en México no tienen como origen la protección de los derechos laborales sino como medios de control político, es decir, en general fueron y siguen siendo en gran medida apéndices de partidos políticos.

Mientras la selección de funcionarios públicos se haga de ésta manera, la otra lacra de México prevalecerá, la corrupción, porque el puesto público no se lo deben a su capacidad sino al amigo o familiar.
  
Hace años escuche por radio en una entrevista que le hacían a una dama, quien era funcionaria de un país nórdico que por desgracia no recuerdo ni el nombre del país ni el nombre de ella, pero su conversación sí que la recuerdo porque llamó poderosamente mi atención. El entrevistador le preguntaba si temía que cuando llegara de regreso a su país no tuviera trabajo ya que estando de visita en nuestro país su gobierno había cambiado. La funcionaria contesto que en absoluto no tenía temor de perder su trabajo ya que su puesto lo había obtenido por haber sido la mejor calificada en un proceso de selección y que solamente lo podría perder si se demostraba que su desempeño no era el requerido. Esto jamás se podría ver en México.
 
El ámbito de la democracia, en nuestro país, que debiera ser el filtro por el cual se eligiera a los más honestos y los más capacitados gobernantes es hasta ahora según mi opinión un fracaso.

 Y en el ámbito de la selección de funcionarios públicos, tanto de administración, de operación, así como de justicia, en lugar de ser un proceso que permita que solo lleguen los mejor capacitados, es más bien una mafia donde se reparten y cobran favores y lealtades. 


Adolfo Camacho Gómez

sábado, 4 de julio de 2015

COMO GANAR UNA ELECCIÓN

Las elecciones intermedias han pasado.  A escasas tres semanas para la población en general es cosa juzgada. Menos de la mitad de los votantes registrados ejercieron su derecho a votar.

Que poco más de la mitad no hayan ejercido su derecho a votar me deja muy claro que para ellos, en su vida cotidiana, no significa ningún cambio hacerlo. Significa que en su forma de pensar o de entender la forma de hacer política de nuestro país su voto no cuenta o cuenta muy poco, tan poco que no vale la pena molestarse lo suficiente para dejar de hace sus cosas personales, por baladíes que éstas puedan ser, para ejercerlo. 
Pero también me deja la impresión, y esto es sumamente grave, que se conformen con el estado de cosas que existe en su entorno, en su vida cotidiana. Un conformismo que implica que aunque no les guste, les inquiete o inclusive les atemorice sienten que nada pueden hacer para cambiarlo.

Después de tres semanas solo los políticos cuestionan los resultados de las elecciones seguidos de un puñado de sus fieles seguidores.

Por otra parte, dicen los estudiosos de las contiendas electorales y lo demuestran o tratan de demostrar con intrincadas formulas matemáticas, que una participación copiosa inclusive hasta del cien por ciento no cambiaría el resultado de una elección, que las votaciones aunque sean menguantes son  una especie de representación de la ciudadanía en general, es más, que mientras más gente vote más se favorece a los partidos más fuertes.

Esta última tesis puede tener sentido para algunos, solo si no consideramos los antecedentes perniciosos que antecedieron a esta elección.

El presidente Enrique Peña Nieto, a pesar de sus famosas reformas, veía como su popularidad venía cayendo mes a mes hasta niveles nunca vistos ni en el peor momento del ex-presiente Felipe Calderón Hinojosa. Pero para el presidente Peña era indispensable, prácticamente de vida o muerte, ganar la mayoría parlamentaria porqué en la nueva Cámara de Diputados será donde se aprueben las leyes secundarias de sus reformas, es decir toda la reglamentación con las que en realidad empezarán a funcionar las multimencionadas reformas, pero también una mayoría que le permita hacer y deshacer en su beneficio durante la segunda mitad de su periodo. 

Las Diputaciones en las elecciones intermedias, entonces, debían ser ganadas a como diera lugar por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), su partido.

Con muchos, muchísimos meses de anticipación a las elecciones del pasado 7 de junio de 2015 se armó la maquinaria con lo que lo lograrían.

El rompimiento de Enrique Peña Nieto con la profesora Elba Esther Gordillo, ex-líder del Sindicado Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que agrupa a algo más de 2 millones de docente y que considerando a sus familias y simpatizantes podrían significar de 8 a 10 millones de votos perdidos, lo orilló a buscar otro aliado.

Buscó y encontró un aliado ad hoc, un partido tan corrupto como el propio PRI, un partido esquirol, el Partido Verde Ecologista de México, más bien conocido como El Verde.

El verde hizo todo lo que exactamente se esperaba de un partido esquirol y corrupto. Desde muchos meses antes del inicio de las campañas políticas empezó a gastar cantidades ingentes en promoción y propaganda de todo tipo, cantidad de dinero claramente muy superior a las asignaciones a que tenía derecho como partido político.  Propaganda que en muchos casos era francamente mentirosa. Compra de voluntades a través del regalo de todo tipo de artículos de uso y mantenimiento del hogar, despensas alimentarias y mochilas con artículos escolares.  La cereza del pastel fue la tarjeta “Premia Platino del Verde”.

Por supuesto, todos los partidos con excepción del PRI, su socio, interpusieron recursos de queja ante el Instituto Nacional Electoral (INE). El INE impuso multas y prohibiciones al Verde, pero éste, fiel a su vocación de partido esquirol y corrupto, hizo caso omiso de todas las sanciones, continuó gastando dinero como si no tuviera fondo su bolsillo. La debilidad del INE para hacer que el Verde actuara dentro de la ley fue entendida por la opinión pública como franca complicidad ya que algunas de sus flagrantes contravenciones, según la opinión de algunos especialistas, implicaban la cancelación fulminante de su registro como partido político.

La culminación de la desfachatez de los incumplimientos de la ley fue la entrega de las tarjetas de descuento “Premia Platino” del Verde, la cual implicaba obtener descuentos en diversos establecimientos comerciales, los cuales serían cobrados por dichos establecimientos al Partido Verde, en otras palabras regalar dinero contante y sonante a la gente. Este procedimiento era nada más y nada menos que la compra descarada de voluntades. Fue impugnada de inmediato por los partidos contrarios, con excepción de su socio el PRI. El INE nuevamente se vio poco contundente en su sanción, lo que permitió al Verde caer en contumacia, expidiendo volantes para informar a los cientos de miles de poseedores de la tarjeta que podrían hacerla efectiva en fecha posterior a las elecciones, es decir no solo no canceló la operación de la tarjeta sino que reafirmo su objetivo, la compra de voluntades.
http://mexico.cnn.com/adnpolitico/2015/03/12/las-tarjetas-del-partido-verde-una-doble-violacion-a-la-ley

Pero la fechoría de las fechorías del Verde fue la contratación de artistas y personalidades para que precisamente el día de la elección tuitearan incitando a votar por ese partido, día en que está estrictamente prohibido hacer publicidad o cualquier tipo de promoción partidista. 

Fue una maniobra clásica de un partido esquirol, grosera en cuanto ofende diciendo que fue una acción que de mutuo propio hicieron los artistas y personalidades. No fue difícil se descubriera que esta maniobra fue contratada con semanas de anticipación. ¿De dónde fluyeron las multimillonarias cantidades de dinero? No puedo afirmarlo, pero el silencio cómplice de su socio el PRI el partido del presidente Enrique Peña nieto ante tanta fechoría da una línea muy directa.

La maquinaria gubernamental del presidente Peña operó a todo vapor y en todos los ángulos posibles.

El cuantioso presupuesto de comunicación social como se le ha dado en llamar para hacer menos ofensivo el gasto en publicidad, se derramó sin discreción sobre muchos medios de comunicación y comunicadores, quienes ansiosos por obtener parte del botín se desvivieron en loas y adulaciones al presidente y su gestión, haciendo de magros logros extraordinarias proezas y silenciando por otro lado todo lo negro y corrupto. La publicidad gubernamental que debiera ser puramente informativa se convirtió en descarada propaganda. Todo el dinero que las televisoras dejaron de ingresar por la prohibición a los partidos de contratar publicidad directa, lo recibieron ahora, precisamente de la Oficina Presidencial y todas sus dependencias.

La Señora Rosario Robles al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) fue quien Peña Nieto necesitaba para comprar la voluntad de los más pobres. La Señora Rosario Robles fue bien conocida por estar ligada sentimentalmente al Sr. Carlos Ahumada, tristemente famoso por dar a conocer videos en donde se le ve entregando fajos de billetes a personajes ligados al gobierno del Distrito Federal para obtener jugosos contratos. Por supuesto la Señora Robles muy compungida dijo que no sabía nada de lo que el Sr. Ahumada hacia, lo cual no solo es ingenuo sino que tratar de negarlo se aprecia hasta impúdico. Dos personajes unidos por un origen de corrupción.

Pues bien, esta señora fue la designada para iniciar algo llamado guerra contra el hambre.  Un programa que puede ser tan etéreo como concreto, tan amplio como restrictivo. ¿Cómo buscar, localizar y determinar quien vive con hambre? ¿Hasta dónde y cómo una institución puede decidir quién debe ser calificado como sujeto de insuficiente alimentación para decidir que vive hambriento? Por supuesto nadie en este país debe padecer hambre, pero ¿Cómo implementar un programa de esta naturaleza para que cumpla verdaderamente su objetivo? es el meollo del asunto. Pero no únicamente que alimente al hambriento de día en día, sino que implemente lo necesario para que aquel individuo deje de tener la necesidad de recurrir a la asistencia pública para saciar su hambre.

Hay países donde se establecen comedores públicos donde cualquier persona puede acceder a ellos. Hay otros como Estados Unidos que otorga timbres canjeables por alimentos en cualquier supermercado. La particularidad de estos programas auspiciados por los gobiernos es que son asépticos, es decir, no tienen tendencias partidistas ni son manejados como propaganda gubernamental.

¿Qué pasó con la Señora Rosario Robles? Demasiado pronto fue acusada de utilizar el cuantioso presupuesto para favorecer al partido en el poder, el PRI. Debo decir que SEDESOL es una dependencia que maneja recursos incalculables y muchos de ellos discrecionales para desarrollar infinidad de programas enfocados a los más pobres. Entonces, al respecto, el presidente Peña Nieto en difusión nacional expresó su nefasta frase “No te preocupes Rosario” expresando, queriendo o no, su pensamiento más íntimo, que nos reveló su verdadera intensión. ¿Qué nos dijo Peña Nieto con esa expresión? Claramente le dijo a toda la nación con toda la prepotencia de la que  los gobernantes PRIistas siempre han hecho alarde, que la Señora Robles continuaría utilizando el presupuesto gubernamental destinado a los más desprotegidos con fines de promoción y compra de voluntades como venía haciéndolo y por supuesto siguió haciéndolo, pero con una salvedad, lo haría totalmente fuera de los reflectores, pareció que la Señora Robles habría desaparecido, pero no, el trabajo se hizo a cabalidad, para Peña Nieto era de importancia vital que la estrategia de compra de voluntades se hiciera con todo sigilo a través de SEDESOL, la red más extensa que tiene el gobierno a su disposición para llegar a la población más vulnerable. http://www.proceso.com.mx/?p=396327

Con anterioridad mencione que el presupuesto de la presidencia y de las dependencias gubernamentales para la mal llamada comunicación social, que debería ser utilizado simplemente para informar, es descaradamente utilizado como propaganda política. Es propaganda desde que se utiliza un logo y un slogan y estos logo y eslogan se utilizan como marca comercial en todos los programas sociales.

Un experto te dirá que un logo y un slogan suficientemente mencionados te darán recordación y fidelidad a una marca. Si esa marca la asocias a un partido político volcarás la fidelidad en él. En esas condiciones el experto te dirá que por cada sujeto beneficiado con alguno de tantos programas sociales personalizados y perfectamente enganchados a la marca y al partido pronostican entre 3 y 5 votos a su favor por cada sujeto, es decir millones. Todo es tan sencillo como contundente. Por eso es que a Rosario Robles y a Peña Nieto no les importa terminar con el hambre en sí, sino cuantos millones son sujetos del beneficio, así es que no nos sorprende que la pobreza extrema no disminuya, pero sus informes se precian de decirnos cuantos millones más han sido incluidos en sus programas, es decir los votos se multiplican por millones. 

Desde el sexenio anterior se estableció el llamado apagón analógico, es decir, la señal de televisión analógica cambiaría a señal digital.

En muchos países lo han hecho y lo seguirán haciendo ya que es un salto tecnológico inevitable. En Estados Unidos, recuerdo por ejemplo, se pusieron a la venta pequeños aparatos con un costo de alrededor de 20 dólares, muy sencillos de instalar a las televisiones analógicas. Aun no existían las televisiones digitales. Pero la señal analógica no se suspendió, de hecho se eliminó hasta hace pocos años. Es decir la transmisión digital se ofreció como un avance tecnológico por el cual podría optar el consumidor. Inicialmente se empezaron a vender televisiones con el convertidor digital integrado hasta que llegaron al mercado las totalmente digitales. Pero eso fue en Estados Unidos. 

Pero aquí en México las cosas no se hacen como en el primer mundo, tenemos que ser mejores, ¡No faltaba más!

¿Que se pueden mandar las dos señales, analógica y digital? Por supuesto que se puede. Lo hace la radio con señal am y FM. ¿Qué es más complicado? Por supuesto que lo es, pero para eso está el gobierno, para obligar que los grandes consorcios televisivos den el mejor servicio y el más adecuado a la población.

Se podrían haber puesto a la venta los pequeños y sencillos aparatos convertidores de señal y que poco a poco la población fuera haciendo el cambio de tecnología. Se podría haber establecido un mecanismo de reembolso del costo del pequeño convertidor en la compra de una nueva televisión digital. Se podrían inclusive haber obsequiado los aparatos convertidores de señal a los más pobres. Esas y muchas otras opciones que usted puede imaginar se pudieron haber hecho.

Pero no en México, en México hay que sacarle provecho político. Un pequeño aparatito escondido atrás de la televisión no tiene ninguna posibilidad de ser aprovechado políticamente. Entonces apareció la gran idea ¡Regalar Pantallas Planas! Eso sí sería impactante pero por sobre todo ganaría muchos votos. Así fue que la gran idea se puso en práctica y se inició el obsequió de millones de pantallas planas digitales, eso sí, con el logo bien visible de la propaganda gubernamental “Mover a México” imposible pues ocultar el objetivo. Hacer el reparto durante el año electoral y precisamente en el periodo oficial de campañas proselitistas tuvo el claro objetivo de ganar votos para el PRI el partido del presidente. Muy bien cuantificados estaban los votos que se ganarían por cada televisión entregada.


Claro que todo esto siempre tiene segundas intenciones, las del provecho personal, la corrupción, como si lo anterior no lo fuera. Nunca se nos ha informado y lo más probable es que nunca lo hagan, ¿Cómo se adquirieron los millones de televisores que se han regalado? ¿Cuándo y cómo se hizo la licitación pública para su adquisición? Hay cientos de millones de pesos bailando por ahí en los bolsillos de algunos cuantos.

Aquí jugó importante papel el partido esquirol, El Verde, con sus excesos, sus pleitos y sus descarados retos a la autoridad, mantuvo entretenidos a los analistas políticos, ocupando grandes espacios en los noticieros y desviando la atención de la opinión pública en general, mientras se hacía la labor de zapa.

Por supuesto las contumaces tropelías que son comunes al PRI no quedaron fuera, claro que también se hizo el acarreo de gente a las casillas el día de la elección  para la compra directa del voto mediante una comida, una despensa, un saco de cemento o descaradamente con el pago de 600 pesos por cada voto. http://www.insurgentepress.com.mx/autoriza-cesar-camacho-a-pri-comprar-votos-y-entregar-despensas/
  
Así fue, tan simple tan sencillo, como el PRI ganó para Enrique Peña Nieto la mayoría de la Cámara de Diputados. Por supuesto, es solo una opinión.


Adolfo Camacho Gómez

viernes, 20 de marzo de 2015

DERECHO LEGÍTIMO DE LOS ESTADOS SOBRE LAS PARTICIPACIONES FEDERALES.

Ya basta de hablar de las participaciones federales como si fueran una graciosa dádiva que el gobierno federal  hace a los estados.

Las participaciones federales a los estados son el derecho que los estados tienen sobre la recaudación de los impuestos que la federación hace en los propios estados. Dicho de otra manera son los impuestos generados por la actividad económica de cada uno de los Estados y que mediante el pacto federal  los estados cedieron a la federación la prerrogativa de recaudarlos a cambio de que la federación se quede con una parte, que en principio debió ser la menor,  para la administración y seguridad nacional, por ejemplo, y el resto devolverlo a los estados en donde los ciudadanos de cada uno de ellos deberían ser los legítimos derecho-beneficiarios de los mismos por haberlos generado en su entidad ellos mismos.
   
La mega-cefalea prevaleciente de nuestro sistema político de hecho confiscó a los estados el derecho a los impuestos recaudados en sus entidades y durante muchos años la federación los distribuyó a su antojo de manera discrecional.

No fue hasta que un gobierno estatal fue de un partido diferente al PRI, el Estado de Baja California por el PAN en 1989 gobernado por Ernesto Ruffo Appel, que se puso de manifiesto la inequidad con que eran repartidos los impuestos.  No olvidemos que el gobierno federal NO genera ingresos, los ingresos son generados por las entidades federativas (Los Estados) pero debido al pacto federal el Sistema de Administración Tributaria (SAT) los recauda y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) es la encargada de distribuirlos mediante las reglas establecidas.

Al abrirse el sistema político con la llegada al poder en los Estados de otros partidos políticos diferentes al PRI, incluyendo el Distrito Federal, la necesidad del reparto más justo de los impuestos ya no solo fue una evidencia sino una exigencia, la cual se hizo mayúscula cuando el PAN llegó a la presidencia de la república y los Estados gobernados por el PRI fueron mayoría. Los gobernadores estatales PRIistas que antes eran sumisos ante el gobierno federal de pronto se convirtieron en furiosos reclamantes ante la administración federal PANista.

La administración federal de los gobiernos emanados por el PAN, fiel a su filosofía de subsidiariedad, hizo lo que desde siempre se debió hacer, distribuir las participaciones federales con la mayor equidad posible. Ese intento de justicia en reintegrar a los estados los impuestos que los propios estados generan con su actividad económica fue realmente parcial debido a la herencia cultural centralista. (Por ejemplo, Baja California recibe a lo más el 23% de los impuestos federales que genera). No obstante el nuevo flujo de dinero, debido a la atrofiante mega-cefalea, la mayoría de los recursos  generados por los estados son manejados por el gobierno federal, quien se abrogó el derecho de decidir en qué, cómo, cuándo y dónde se deberían invertir o gastar en los Estados los dineros generados por los propios Estados, es decir su derecho como Estados Libres y Soberanos de decidir sobre sus propios recursos les fue confiscado por el gobierno federal. Dicho de la manera coloquial acostumbrada, “se etiquetaron” las participaciones.  Reservándose el gobierno federal además, por la costumbre ancestral centralista hecha ley, derechos sobre actividades de desarrollo estatales como son; aeropuertos, puertos marítimos, carreteras, ferrocarriles, energía eléctrica, petróleo, agua, radio, televisión, comunicaciones, salud, educación, áreas territoriales designadas federales, subsuelo  y territorios ejidales, estos últimos, que conforman la mayor parte territorial de los Estados son regidos por leyes federales por lo que quedan prácticamente fuera del control de los estados para su desarrollo. En la época Echeverrista se confiscó la actividad pesquera de manos particulares para ser entregada a unidades cooperativas que al final fracasaron rotundamente.

Ante este nuevo flujo de efectivo y su relativa libertad para administrarlos, que las administraciones Federales PANistas trataron medianamente de corregir, los gobernadores y las administraciones estatales, unos francamente inexpertos y otros indecentemente corruptos, sin distingos… o mal administraron o descaradamente robaron o despilfarraron los recursos. Otros, mal que bien, con una ciudadanía más vigilante han invertido y gastado sus dineros, no dineros de la federación, repito, sus dineros, en educación, salud e infraestructura y su avance se ha hecho notar. 

Con el regreso del PRI al gobierno federal se ha regresado y acentuado  la administración centralista que tanto daño hizo al país. Cada una de las famosas reformas constitucionales de Enrique Peña Nieto, ya aprobadas o por aprobar, llevan como sello indeleble, en forma descarada  o muy bien camuflada, la acumulación de poder del ejecutivo federal.

Cierto, la subsidiariedad que es derecho irrenunciable de los estados a propiciado que algunos corruptos hayan robado descaradamente, no obstante, la justa repartición, es un principio al que los “Estados” Unidos Mexicanos jamás deben de claudicar. Cada una de las constituciones de los Estados consignan al “Estado Libre y Soberano de…”, sin embargo cada uno de los Estados en los hechos ha cedido su soberanía a la federación porque le han cedido el control absoluto de los recursos que ellos generan. En última instancia que la justicia de los Estados castiguen a sus gobernantes corruptos. 

 Es necesario repetirlo El gobierno federal NO genera recursos, los recursos son generados por los Estados que traducidos en impuestos son recaudados por la federación mediante el pacto federal.

El “Principio de Subsidiariedad” es el principio en el que se basan todas las democracias avanzadas y en ello se fundamenta su desarrollo. México lo ha soslayado y los Estados de la República Mexicana se han visto lastrados por décadas o más bien desde siempre, el gobierno federal en turno es quien ha decidido que hacer y dónde hacer, a quien dar y a quién quitar. Los Estados, a fuerza de ser sometidos, se convirtieron en dependientes del poder omnipotente del ejecutivo federal. No se debe olvidar que en otros países el asfixiante centralismo ha provocado que algunas regiones se vuelvan autónomas o simplemente conformen otro país. 

No es gratuito que en los estados del norte del país, por su lejanía del centro omnipotente y por el desdeño y menosprecio secular que éste ha tenido, sus ciudadanos se hayan visto en la necesidad de organizarse y valerse por sí mismos al grado que es innegable afirmar que hay un México diferente al norte del país y otro al sur donde su cercanía al todo poderoso centro federal atrofió su capacidad de decisión porque dejaron en sus manos el hacer o dejar de hacer en sus entidades,  quedando sujetos a la megalópolis como satélites más que como Entidades Federativas. Por desgracia en  la mayoría de los Estados se repitió el atrofiante centralismo, anquilosando en sus  municipios a su vez la capacidad de desarrollarse por sí mismos.

El regreso del PRI a la presidencia de la República trajo consigo el centralismo a ultranza. Haciendo lo indecible por concentrar todo el poder en la esfera central y de ser posible en la persona del Presidente, lo que de hecho ha significado una drástica disminución, sobre la ya mermada capacidad de acción de los Estados Federados.

La eliminación del Régimen de Pequeños Contribuyentes, que proveía una recaudación directa para los Estados, implicó, menos que la intención de formalizar causantes que por cierto ya eran regulares, más bien quitar el poder de los Estados de decidir libremente que hacer con dicha recaudación. Por el contrario las dificultades de entender y administrar el nuevo sistema fiscal ocasionó el cierre de miles de micro empresas que indudablemente acrecentaron las filas de la informalidad.

Tal vez pocos recuerden el Impuesto sobre Ingresos Mercantiles que recaudaban los Estados, un impuesto muy sencillo de calcular y por consiguiente asequible de pagar por los contribuyentes. Este impuesto fue sustituido por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y por supuesto arrebatado a los Estados por el gobierno federal.  

Se revoca la federalización del sistema educativo argumentando corregir desviaciones y abusos por parte del sindicatos de maestros y autoridades Estatales, pero se olvida decir que si bien la administración del Presidente Ernesto Zedillo subrogó el presupuesto a los Gobiernos Estatales, el sindicato nacional de maestros siguió intacto acordando directamente con la Presidencia y que era y sigue siendo el meollo de la corrupción. La nueva reforma educativa prácticamente elimina cualquier injerencia de los Estados en la educación de sus ciudadanos. 

El Instituto Nacional Electoral quiere eliminar los organismos electorales estatales, es decir, los ciudadanos de los Estados ya no organizarán sus propias elecciones, dicen que no son confiables, cuando el Instituto Nacional hace tiempo que dejó de serlo.

Por si quedara alguna libertad en los estados, ahora la Administración Federal se ha adjudicado el derecho de fiscalizar los dineros que reciben los Estados, es decir, conociendo la forma de operar de la administración PRIísta a su contentillo decidirá a qué Estado castigar y a cual no. La irracionalidad de nuestro sistema ha invertido los papeles ya que lo justo sería que los Estados fiscalizaran a la Administración Federal sobre los recursos que levanta en los propios Estados. Los Estados se han convertido en simples súbditos del reino central. 

Como se ve, el federalismo es una farsa, el enunciado de la constitución de los “Estados Libres y Soberanos” es letra muerta. El desarrollo que algunos estados han podido lograr nunca ha sido en base al principio de Subsidiariedad  que debería regir a la República sino a pesar de su sistemática negación. El Gobierno Federal nunca ha demostrado ser mejor administrador y menos corrupto que los gobiernos de los Estados, más bien al contrario, la corrupción y la tortuosidad burocrática fue impuesta durante decenios por la organización corporativista del PRI que imponía gobernadores y presidentes municipales que ni siquiera eran originarios de las entidades o ciudades a las que eran asignados pero ni siquiera en muchos casos eran avecindados en ellos.

Es necesario que lo repita por última vez; La administración federal NO genera ingresos, son los Estados los que los generan, pero la federación se ha apropiado de ellos como si ella misma fuera la generadora de los mismos y los distribuye con la arrogancia de un gran señor a sus súbditos. Así decide a quién, cuándo y cuánto dar o no dar.


Adolfo Camacho Gómez


viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Y DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?


¿Y DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?
Protestas en Australia por los 43 de Ayotzinapa

Inicia su sexenio queriendo dar un manotazo de autoridad. En unas cuantas semanas se arma un cuadro  delictivo contra la lideresa Elba Ester Gordillo y sin más se le encarcela. Por más que los medios de comunicación, principalmente las televisoras, con tiempos comprados o simplemente por querer congraciarse con el nuevo presidente,  presentaron a la Sra. Gordillo como el peor de los criminales del país, sin embargo no pudieron eliminar del imaginario popular que el nuevo presidente estaba tomando una venganza personal.  Sino entonces ¿Por qué no hizo lo mismo con tantos políticos inmersos en peores corruptelas? Aquí  el refrán aquel, referido a “quien avienta la piedra y esconde la mando” le queda que ni mandado hacer.
El control de los medios, que tan buenos resultados le dio durante su gobierno en el estado de México y durante su campaña, fue una útil herramienta para desinformar o informar lo menos posible, por decirlo de alguna manera, sobre el crimen, narcotráfico, impunidad y corrupción al inicio de su periodo presidencial. En cambio los medios, lo digo nuevamente, comprados o no, volcaron toda su atención sobre las famosas reformas constitucionales.
De pronto el país era Jauja, ya México era otro, todo era pura felicidad…pero solo para el presidente su cohorte y los medios de comunicación.
Pronto, se no decía a diario y a todas horas, vendrán cientos de petroleros y construirán cientos de plataformas y miles de posos para extraer millones de barriles de petróleo y entonces;  por acá se va a construir un tren ultra rápido, por allá se construirían 10 mil kilómetros de gasoductos, aquí un mega aeropuerto.  Y quien lo diría, por arte de magia se acabaron los pobres, una señora, de un pasado de honestidad cuestionable, se ha encargado de realizar el milagro. Y La cereza del pastel, se regalarán millones de pantallas de televisión, para que el pueblo no se pierda un solo minuto de la propaganda gubernamental.
Pero el México real era otro. La pobreza nunca disminuyó, ha seguido creciendo a pesar de las cifras  alegres de la señora ligada al señor que le entregaba dinero al señor de las ligas. La tan cacareada reforma fiscal lo único que ocasionó fue derrumbar de un solo golpe el buen manejo de la economía que durante doce años había logrado mantenerse sin crisis sexenales. Hoy nuestra economía parece estar herida de muerte, el desempleo va en aumento, la inflación ya bordea el 5%, el déficit fiscal crece año con año igual que el endeudamiento público. El narcotráfico y crimen organizado se desbocó después que Enrique Peña Nieto anunció que la estrategia de Felipe Calderón estaba equivocada y mandó al ejército a sus cuarteles.   
La educación, la herramienta más importante que una nación puede tener para el progreso de sus ciudadanos fue encargada a Emilio Chuayffet Chemor, pareció en principio que podría ser un hombre que pusiera orden en ese desbarajuste que es el sistema educativo mexicano. Por desgracia no fue así. El indicio más significativo fue la cancelación en 2012 de la prueba ENLACE. Una valiosa herramienta de evaluación iniciada en 2006 y la única con que, por primera vez en la historia de México,  contaban los padres de familia y la sociedad para conocer y comparar el nivel de desempeño de cada escuela. Desde su implantación la inconformidad de buena parte del profesorado no se hizo esperar. Los resultados de la prueba ENLACE sin duda evidenciaron el desempeño de cada uno de ellos, sino en lo personal, si en su conjunto como centro escolar. Que tenía fallas, cierto,  pero ¿Porqué cancelar en lugar de corregir y mejorar?
La UNAM ya no es la primera ni siquiera de Latinoamérica, nos superan Brasil y Argentina, el IPN en huelga acompañado por otra serie de universidades y preparatorias que se unieron al paro, en Oaxaca desde junio una buena cantidad de maestros están sin dar clases.
Impávido, impotente e incapaz  Peña Nieto vio como la realidad del país empezó a explotar en su cara. Los asesinatos, los secuestros, la desaparición de personas, los asaltos, los robos domiciliarios, en lugar de disminuir aumentaron.  La inteligencia, que dijo sería su estrategia para acabar con lo anterior ha fallado por completo.
Ya ni siquiera eran focos rojos, sino cruda realidad; Tamaulipas, Michoacán, Estado de México, Los Cabos, por mencionar los más conocidos y por último guerrero en donde Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso.
México entero se pregunta: Y EL PRESIDENTE ¿DÓNDE ESTÁ?

Adolfo Camacho Gómez


sábado, 25 de octubre de 2014

EL INJUSTO IMPUESTO AL VALOR AGREGADO.




Cruce fronterizo Tijuana, B.C.
Lo dije en su momento y ahora lo repito con la justificación de los resultados. “No era injusto que la frontera tuviera un Impuesto al Valor Agregado (IVA) cinco puntos porcentuales inferior al resto de la república, lo injusto era que el resto de la república tuviera una carga del 16%”.

En los Estados Unidos el impuesto sobre ventas es privilegio soberano de cada estado y cada uno de ellos pondera muy diferentes factores para fijarlo. El estado que aplica el porcentaje más alto es Tennessee con 9.45% y el estado con la tasa más baja es Alaska con 1.69%, pero también los hay que no cobran nada como Ontario, Montana, New Hampshire y Delaware.
http://taxfoundation.org/article/state-and-local-sales-tax-rates-2014

Como puede apreciarse fácilmente,  la diferencia con los estados fronterizos de Estados Unidos es de hasta 7.5 puntos porcentuales.
Muchos se preguntarán ¿Pero qué importa que en los estados fronterizos de Estados Unidos tengan un impuesto sobre ventas inferior al impuesto al valor agregado en México?
La respuesta no es sencilla, pero hay situaciones fáciles de comprender. En la frontera con Estados Unidos cruzan diariamente millones de personas. Tanto los que ingresan a México como los que van a Estados Unidos son consumidores potenciales. Si los precios en la frontera mexicana suben los visitantes dejan de adquirir productos en México y los mexicanos que cruzan a Estados Unidos procuran comprar los productos americanos más baratos. El resultado es que la industria y el comercio en la frontera mexicana pierden de todas formas. Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo durante todo 2014 y las consecuencias son inmediatas; Las empresas más pequeñas, más vulnerables, son las primeras que cierran, el desempleo aumenta, los salarios se estancan o inclusive bajan, la inseguridad aumenta y esto hace que más empresas cierren, en un círculo perverso.
Aún queda la pregunta ¿Porqué el 16% de IVA para el resto de la república es injusto? 
En principio es injusto porque es un impuesto que grava los ingresos que ya fueron sujetos del Impuesto sobre la Renta (ISR).  Es decir, por cada  $100 pesos que gana una persona, el gobierno le quita inmediatamente $35 pesos por concepto de ISR, pero no contento con eso, al momento de querer gastar los$ 65 pesos que le quedaron el gobierno le quita otros $10.40 pesos por concepto de IVA, por lo que de los $100 pesos ganados originalmente solo podrá disponer para su subsistencia de $54.60 pesos. Todo esto sin considerar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IESPS) que grava en forma adicional ciertos productos y servicios como; Gas, gasolina, teléfono, licores, cerveza, cigarros, bebidas azucaradas y comida chatarra. Y sin considerar tampoco el resto de impuestos municipales y estatales como; Prediales, revalidación de placas y tenencias de automóviles, etc.
Es verdad que el impuesto sobre ventas o el impuesto al valor agregado  han sido adoptados por muchos gobiernos en todo el mundo. Y esto se debe a que es un impuesto confiscatorio, porque reduce el poder adquisitivo de las personas cuyos ingresos ya han sido gravados por el impuesto sobre la rentas, es decir ninguna persona que gaste —y todos gastamos— se libra de pagarlo, y sobre todo porque  es relativamente fácil de recaudar por las autoridades.  Para lograr un equilibrio razonable y justo  algunos países establecen un balance entre el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado. En otros países, sobre todo los de Europa Occidental, los ciudadanos ven que sus impuestos son manejados con gran honestidad y además cuentan con sistemas de justicia y servicios sociales de alta calidad. Todo lo que en México no sucede.   
El gobierno mexicano, pretendiendo ser benevolente, dice que a los asalariados les cobrará menos impuesto sobre la renta y que incluso no cobrará nada a los de más bajos salarios. Pero es una mentira, ya que únicamente se refiere al ISR, todos los asalariados, sean del nivel que sean, tendrán que descontar de su ingreso el 16% del Impuesto al Valor Agregado  cuando compren un cuaderno, un lápiz, unos zapatos o un uniforme escolar, en fin cualquier cosa excepto alimentos y verduras no procesados y medicinas.  Pero si se atreve hacer una fiestecita y desea comprar refrescos, cerveza y botanas tendrá que pagar en forma adicional el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios, mismo que también tendrá que pagar si se atreve a usar un teléfono o si tiene un carrito tendrá que pagar IESPS sobre la gasolina que compre, también tendrá que pagar IESPS sobre la energía eléctrica y el gas que consuma en su casa.  
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informaba a principios de 2014 que 6.7 millones de trabajadores percibían salario mínimo es decir $2,045.50 pesos mensuales. Siendo realistas  estos 6.7 millones de personas, aunque no paguen ISR , solo dispondrán de entre $1,500.00 y $1,700.00 pesos netos para la subsistencia de su familia. Una situación similar afecta a las personas que reciben una pensión.
Sin dificultad se puede apreciar que el IVA es un impuesto injusto y confiscatorio que disminuye sensiblemente el poder adquisitivo de los ciudadanos, afectando con mayor virulencia a los más pobres.
Volviendo al impuesto sobre ventas en los Estados Unidos, debo señalar que no es un impuesto en cascada, ya que únicamente se aplica al último consumidor o como ellos le denominan  impuesto sobre “ventas al detalle”. Por otra parte como este impuesto es fijado por cada estado es muy flexible. Se da el caso, por ejemplo, que en casi todos los estados suspenden su cobro en épocas de regreso a clases y en algunos otros lo hacen en época navideña y de fin de año. También es el caso que todos los alimentos, procesados o no, y medicamentos están exentos de su pago, con excepción de lo que ellos llaman “comida caliente”. 
Esta libertad que tiene cada estado en los Estados Unidos para fijar su propio impuesto sobre las ventas reconoce un hecho primordial, y es que cada estado tiene circunstancias económicas y sociales muy diferentes.  Es notable que en esa competencia por mejorar la economía particular de cada estado ninguno se atreva a rebasar el 10% de impuestos sobre las ventas, que parece ser, cuando menos por ahora, una barrera infranqueable.
Estas diferencias, muy reales, que existen entre todos los estados de la República Mexicana no son consideradas para efecto de la aplicación del IVA. Hay estados que por su pobreza, por su bajísimo producto interno bruto, por su nulo empleo o por ser grandes expulsores de migrantes a los Estados Unidos, debieran tener un IVA diferenciado.  Es el caso también de los estados fronterizos, donde la fuga de consumidores es evidente.
En un México, donde la justicia es deficiente y corrupta, donde los servicios de salud son deplorables, donde la inseguridad es una espada de Damocles para todos los ciudadanos, donde los dineros de nuestros impuestos se derrochan indecentemente,  un IVA del 16% no solo es injusto, es inmoral.

Adolfo Camacho Gómez


sábado, 20 de septiembre de 2014

DE LA CORRUPCIÓN ¿QUIEN ES CULPABLE?


La justicia siempre es motivo de preocupación en todos los países y tienen mucha razón en ello, porque será a final de cuentas lo que lo hará ser un éxito o un fracaso. En algunos porque es muy dura y en otros porque es muy blanda. Inútilmente muchos gobernantes se enfrascan en querer encontrar un punto medio, cuando tratándose de la ley es muy difícil establecer un punto medio o se cumple o no se cumple.

Por una parte tenemos a los encargados de mantener el orden y de salvaguardar a la ciudadanía de quienes no respetan la ley y por otra los que se encargan de administrarla. Los primeros están bajo la tutela del Poder Ejecutivo, uno de los tres pilares de la democracia y para los segundos tenemos otro pilar, El Poder Judicial. Entre ellos tenemos a un tercer pilar El Poder Legislativo, quien se encarga de hacer las leyes que los primeros vigilan y los segundos procuran. 

 Estos tres pilares de la democracia se conjugan para que la justicia funcione correctamente en un país. Cada uno tiene su parte que aportar y de lo bien que lo hagan resulta el tipo de justicia que el país tiene.

Pero, y por desgracia siempre hay un pero en nuestro país, una serpiente los une con un nudo gordiano, la corrupción.

La organización Transparencia Internacional en su informe sobre corrupción de 2012 coloca a México empatado con Bolivia en el lugar 105 de entre 174 países analizados. Entre otros países latinoamericanos colocan a Barbados en el 15, Chile y Uruguay empatados en el 20 solo después de Estados Unidos, Brasil en 69, Salvador y Panamá en 83, Colombia en 94, República Dominicana y Ecuador empatados en el 118, Nicaragua en 130, Honduras en 133, Paraguay en 150 y Venezuela 165.
Si arbitrariamente partimos a la mitad este ranking, México se encuentra entre los más corruptos del mundo. Del otro lado Barbados, Chile, Uruguay, Brasil, Salvador y Panamá, están entre los buenos.
¿Qué pasa con México? ¿Qué pasa con nuestro país? Es difícil para una persona que ha nacido y crecido inmerso en esta sociedad, poder esterilizarse para describirlo, pero aún así trataré de decir una honesta opinión.

Desde que empecé a comprender como funcionan las cosas en nuestra sociedad descubrí, tal como si aprendiera a jugar futbol, es decir como cosa natural, que el soborno pareciera ocupar todo resquicio de nuestras vidas.

Antes que nada quiero comentar que al soborno, que es conocido como mordida en nuestro país, parece ser que llamarle mordida y no soborno, le quita seriedad al hecho y lo vuelve como algo coloquial, como algo que no daña a nadie y si ayuda a todos. Terrible engaño.

Desde los primeros años en la escuela aprendemos que copiar es malo, pero es malo solo si el maestro te sorprende, entonces se convierte en un juego de astucia en la que no tiene nada que ver honestidad, justicia o ética. Conseguir las tareas a cualquier precio o de cualquier manera se vale porque a los maestros poco les importa. Al final comprar un título de cualquier carrera es más que factible. Y no me refiero en sobornar a alguien en la universidad, que puede ser posible, me refiero a que hay lugares especializados y bien conocidos que se dedican a este lucrativo negocio. Con solo proporcionar un nombre y una fotografía lo entregan en unas horas y hasta servicio urgente proporcionan por aquello de una cita de trabajo inminente. ¿Que las autoridades lo saben? Claro que lo saben pero a cambio de un soborno adecuado hacen como que no saben nada. Imposible pensar de otra manera si una y otra vez dicen acabar con esta lacra; detienen a algunos responsables y sin embargo la actividad ilícita persiste. No es difícil imaginar la infinita cadena de ineficiencia que se genera al conseguir un trabajo con un título universitario apócrifo. Vaya, hasta algunos políticos han sido señalados de esta posibilidad.

Por su parte, el maestro se debate entre la impotencia y la mediocridad obteniendo prebendas y defendiendo esa mediocridad por medio de presión y amenazas al gobernante, quien es su empleador, cuya expresión más eficaz es el paro, es decir la suspensión de clases. El maestro tiene el descaro de pedir a los padres de sus alumnos que lo apoyen en la suspensión de clases. ¿Puede alguien siquiera imaginar que un maestro pida a un padre de familia le apoye en su anárquica decisión? Lo cual implica la antítesis del motivo por el cual los padres mandan a sus hijos a la escuela. Pues no hay que imaginarlo, es un hecho real que sucede constantemente en nuestro país. ¿Pero porque sucede? La educación debe ser gratuita dice la ley, es decir el padre de familia no desembolsa ningún centavo al llevar a su hijo a la escuela. Pero es poco consciente de que, lo que no paga en ese momento, lo debe pagar con el cobro de los impuestos que hace el Estado. Pero como la mayoría de los padres no paga impuestos, por estar en la informalidad o evadirlos en la formalidad o porque los salarios son tan bajos que están exentos, no tiene en su ser el valor civil para reclamarle al maestro. Es decir, uno hace como que da clases y el otro hace como que paga impuestos. El campo queda listo entonces para el chantaje del maestro, una de las formas más indignas de la corrupción por tratarse de niños inocentes. El maestro no lo dice abiertamente, sino que solo deja sentir el peso de su autoridad; Si no me apoyas yo tengo el poder de reprobar o expulsar de la escuela a tu hijo. Por su parte el padre o madre del alumno lo apoya porque replica el chantaje; A cambio tu, maestro, tienes que tratar con benevolencia a mi hijo y darle buenas calificaciones. Resulta al final que tenemos un sistema de educación primaria en donde todos los niños sin excepción son aprobados, sin importar su nivel de aprendizaje. La consecuencia no se deja esperar mucho tiempo, la deserción en la educación secundaria es altísima. Claro que existen maestros que no están de acuerdo con éstas prácticas pero se ven impotentes ante la marea corrupta que los rodea. De esta forma en la primera edad del niño queda bien marcado, de la forma didáctica más eficaz, que la honestidad y el esfuerzo no son los valores que fundamentan nuestra sociedad. Aprende de primera mano que la constancia y el esfuerzo no son ninguna prioridad, que el maestro reta al gobierno y que increíblemente se invierten los papeles, ya que es el gobierno quien soborna a los maestros con prebendas para que regresen al salón de clases, en lugar de ser sancionados. Que sus papás aceptan y apoyan a los maestros a cambio de que sus hijos sean bien tratados. Que su aprendizaje (la del niño) no importa para su evaluación final.

Cuando el niño llega la edad adulta ya ha aprendido que el soborno y el chantaje son un medio indispensable para bregar en la sociedad. La variedad de formas se multiplican casi al infinito.

Algo debemos decir sobre la aparentemente inofensiva propina. Esa pequeña cantidad de dinero que damos a las personas en todas partes como una adición del pago que ya hicimos por un servicio. ¿Por qué aceptamos dar propinas tan libre y alegremente? Son varios los motivos que están involucrados en esta práctica. Lo normal y más superficial es una acción por la cual agradecemos un servicio. Pero ¿Porqué pagar un precio adicional por un servicio por el que se supone se ha pagado su justo valor? Por dos simples razones supongo; o porque sabemos que el empleado que nos ha servido está injustamente mal pagado o para que el servidor que recibe un sueldo justo por dar un servicio correcto y adecuado no baje ese estándar. Si consideramos que esto no es soborno porque no se involucra una autoridad, la realidad es que es delgada la línea que los separa. Si lo hacemos por el primer motivo estamos solapando la injusticia de un patrón, es decir la corrupción de un sistema justo de valores. Si lo hacemos por el segundo, aceptamos el chantaje implícito del servidor. Pero también hay otro motivo, pretender que el servidor no siga los reglamentos propios de su empresa en nuestro beneficio. Pero ¡vaya! No hay que hacer una tragedia, se trata de una simple propina. ¿Una simple propina?

En el seno del hogar desde su niñez y adolescencia se da el siguiente paso, el definitivo, el que gradúa con honores al nuevo candidato a ciudadano en el mundo de la corrupción institucionalizada. 
En México la portación de armas está generalmente prohibida, salvo para la policía y para alguno elementos de seguridad privada mediante licencia otorgada por la Secretaria de la Defensa Nacional (SDNA).
Por otra parte existe el derecho constitucional de la posesión de armas para la defensa de personas y bienes, pero esto se supone que únicamente puede ser dentro del hogar puesto que la portación está prohibida. Ahora bien para ejercer este derecho es necesario ser mayor de edad y que la tenencia de un arma esté autorizada y registrada ante la SDNA, quien limita la capacidad y calibre de las armas permitidas a menores de las que poseen las policías y el ejército.
Tenemos entonces que la tenencia o posesión de un arma está permitida por la constitución para cualquier ciudadano mayor de edad bajo las limitaciones que la SDNA impone… ¡Pero el comercio de armas está prohibido! Tenemos aquí uno de muchos absurdos en nuestra patria ¡La constitución permite pero la ley prohíbe!
Es aquí donde el niño después adolecente, en el seno de su hogar con sus padres como ejemplos primigenios, se enfrenta con un incomprensible absurdo que desemboca en la ilegalidad y corrupción más inimaginablemente difundida y enraizada en todos los rincones de la patria, desde los más ricos hasta los más pobres, desde las grandes urbes hasta los parajes más recónditos.
A sabiendas de la ilegalidad del hecho y por lo mismo nadie habla de ello, no se comenta con amigos menos con extraños, pero en millones de hogares en todo lo ancho y largo de nuestra república existen millones de armas de todo tipo. ¿Cómo llegaron a nuestro país? ¿Cómo fueron adquiridas? ¿Quién las vende?
Ante el inalienable instinto del jefe de familia por proteger a los suyos y sus bienes frente a la creciente e incontrolable ola de criminalidad y la ineficacia de la policía, poseer un arma se ha vuelto parte de la cotidianidad y en las zonas rurales hasta de supervivencia tanto por su defensa como para llevar comida a la mesa mediante la caza de especies menores.
Como no existe un mercado legal de armas la necesidad anímica o real por poseerlas ha provocado un mercado ilegal. Se vende, se compra y se guarda en sigilo, fuera de la ley. Al no haber documento que valide su legal adquisición hace imposible que el ciudadano acuda a la SDNA para registrarla. La cadena de ilegalidad y corrupción se da por necesidad. Entran las armas al país ilegalmente a través de un sistema aduanal ineficiente y corrupto, se comercia con ellas ilegalmente por la ineficiente y corrupta policía y el soborno con su manto facilitador lo cubre todo. Por tal motivo las autoridades no tienen ni la menor idea de cuantas armas existen en posesión de los ciudadanos, ya no digamos en manos de las mafias, delincuencia organizada o grupos guerrilleros.
Es tan consciente, sínica y permisora la autoridad de esta red de ilegalidad y corrupción que en las fiestas de año nuevo, cuando es costumbre que la gente saque sus armas para a mitad de la noche hacer disparos al aire, que la SDNA, los Gobernadores y Presidentes Municipales hagan peticiones públicas a la ciudadanía para que se abstenga de hacerlo. Petición que orondamente año con año es desoída y no pasa nada. En estas festividades es cuando generalmente el niño hace sus primeros disparos. Gran enseñanza para el joven que pronto será ciudadano.
Los absurdos se multiplican. El comercio de drogas está prohibido, pero la ley exime de culpa al ciudadano que porte hasta cierta cantidad de droga para su uso personal. ¿Entonces como diablos va adquirir ese mínimo que la ley le permite? Por supuesto en forma ilegal.
Estar en la informalidad, es decir, operar una unidad de comercio o servicio sin los registros y permisos requeridos y por supuesto sin pagar impuestos es un delito, pero la autoridad lo permite, lo solapa y hasta se aprovecha de ello con el argumento de que la constitución consagra el derecho de todo mexicano a ganarse la vida honestamente, organizando a millones de gentes con fines políticos. 
Las malas prácticas entre ciudadanos que comúnmente calificamos como corrupción, técnicamente no es tal, más bien son delitos perfectamente punibles en las leyes vigentes. Todas estas malas prácticas son susceptibles de querellas legales entre particulares y de castigar.
Pero cuando entramos al ámbito de la ley y la justicia en donde las autoridades son las encargadas de hacerlas y aplicarlas si podemos hablar de corrupción lisa y llana.
Si México es tan corrupto, como dice Transparencia Internacional, quien es entonces quien debe liderar el cambio, la transformación.
Se nos dice repetidamente desde el gobierno, pretendiendo lavar su culpa, que para que exista corrupción tiene que haber dos, el que ofrece y el que recibe, es decir, el ciudadano civil y el funcionario gubernamental. La realidad es que esta opinión tan difundida es conceptualmente falsa porque la acción o inacción a conveniencia del actor gubernamental es el origen y objeto de la práctica corrupta.

La realidad es que en todo el mundo en todos los países a habido y siempre habrá quien intente evadir la acción de la justicia, inclinarla a su favor u obtener beneficios económicos comprando el favor de las autoridades. ¿Por qué entonces en unos países florece la corrupción y en otros no? La respuesta es muy sencilla. En los países en donde la corrupción es mínima no es porque no existan ciudadanos con la intención de burlar la ley, sino porque los funcionarios encargados de aplicarla no lo permiten y los castigos para aquellos que transigen son efectivos, duros y ejemplares.

Hace poco escuche nada menos que al presidente de la república Enrique Peña Nieto decir en televisión nacional que acabar con la corrupción en México es muy difícil porque es un asunto cultural. Nada más por esta sínica respuesta el presidente debería ser defenestrado. Su sínica respuesta implica que desde la propia presidencia de la república se solapará —por no decir se promoverá— la corrupción ya que según su propio dicho poco o nada puede hacer.

Para Enrique Peña Nieto es tan natural la corrupción porque él mismo es fruto de la corrupción. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no nace para ofrecer una opción democrática a la ciudadanía sino para controlarla mediante el reparto de favores a sus líderes. Desde el más modesto jefe seccional hasta los más altos cargos, todos han sido receptores del reparto de beneficios. Escalar jerarquías hasta ser premiados con un puesto en la estructura gubernamental fue el sistema instalado durante 70 años. El aforismo o máxima de todo integrante del PRI y de su sistema fue y parece vuelve a ser “No me des, nomás ponme donde hay…que de agarrar yo me encargo” y en la ciudadanía en general se hizo común la ingeniosa ocurrencia “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” que no significaba otra cosa que estar fuera de la nómina gubernamental es estar jodido. Pero la corrupción fue solapada, promovida y ampliamente aprovechada por los más encumbrados personajes, no obstante a ello, se convirtieron como aberrantes ejemplos, en figuras veneradas por el PRI. El representante más señero de esta élite, no por único sino porqué alardeó sin tapujos de su fortuna, fue el profesor Carlos Hank González, quien de ostentarse un modesto profesor — que no lo era— acumuló una inmensa fortuna al amparo del poder, gobernó el Estado de México y se le atribuye el liderazgo de una especie de cofradía llamada Grupo Atlacomulco de donde se ha presumido la designación de los gobernadores del Estado de México desde la década de los 40 y cierta influencia para la elección de candidatos a la presidencia de la república. A este personaje se le atribuye la frase “Un político pobre es un pobre político”. En esta línea de corrupción se inserta el propio Enrique Peña Nieto quien fue a su vez gobernador del Estado de México y ahora presidente de la república, es decir tiene su origen en el Grupo Atlacomulco. Es pues la corrupción un aluvión, que bien ha permeado en la sociedad y tiene su punto de partida en los más altos cargos de la nación.
“Primero mátalos y después averiguas” fue una frase atribuida al presidente Porfirio Díaz, la cual manifiesta el máximo desprecio posible a la ley y la justicia. Posteriormente, fue adoptada en su hacer cotidiano por el anterior forajido y después líder de la revolución Francisco Villa. Como herencia maldita de esta máxima, aún hasta nuestros días, se encarcela sin el menor reparo a gente inocente sin tener la menor prueba real de culpabilidad dejando en el inculpado encarcelado la carga de la prueba de su inocencia.
“Carrancear” fue una palabra adoptada por el pueblo como sinónimo del robo descarado de los bienes de la nación durante el periodo del presidente Venustiano Carranza, quien fue asesinado como resultado de las luchas por el poder en su huida para establecer su gobierno en Veracruz.
“Nadie resiste un cañonazo de 50,000 pesos” sinónimo de la mayor indecencia posible, fue la expresión del General Álvaro Obregón, quien fuera presidente de México y a quien se atribuye la maquinación del asesinato de Venustiano Carranza.
“Es el orgullo de mi nepotismo” dijo el presidente José López Portillo cuando designó a su hijo como subsecretario de programación y presupuesto. Costumbre despótica nada extraña, más bien común, aceptada y ejercida por todos los presidentes de la república y por todos los funcionarios públicos desde el más alto hasta el más bajo nivel. Es bien sabido como Benito Juárez dio empleo a toda su parentela y siguiendo su ejemplo, así ha sido hasta la fecha.
Pero la corrupción más nefasta, la práctica que ha podrido hasta las entrañas a la nación entera y que nulificó totalmente los poderes legislativo y judicial, es la que instauró Álvaro Obregón abrogándose el poder de la designación de su sucesor en la presidencia de la república desde 1924. Quien en aquel momento recibió el beneplácito fue Plutarco Elías Calles. De ese momento hasta 1994 todos los presidentes de México fueron designados en forma personalísima por sus antecesores y cada uno de ellos en forma similar fue el gran elector de todos los gobernadores y estos a su vez de todos los presidentes municipales. Las elecciones pasaron a hacer un simple remedo democrático. A través de la coerción, el fraude o la violencia siempre ganaron los designados por el presidente. El propio gran santón de la revolución, el General Lázaro Cárdenas jamás hubiera sido presidente si no fue por la designación que de él hizo Plutarco Elías Calles, que bien pudo haber escogido a otro dejando en el ostracismo histórico a Cárdenas, pero éste a su vez no pudo evitar sustraerse a la nefasta práctica corrupta y designó presidente a Manuel Ávila Camacho.
Fue tal el descaro manifiesto del uso de ésta usurpación de la voluntad ciudadana, no únicamente ilegal sino también irracional, que la mayoría de los ex presidentes en sus memorias lo han descrito. El escritor Mauricio González de la Garza en su libro Diluvio[1] nos relata del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz; "Luis Echeverría fue escogido, según palabras de don Gustavo, por silencioso, por disciplinado, por trabajador, por patriota y por anticomunista. “Si alguna vez hubiera aceptado ir a comer a su casa —y no fui para protegerlo— de seguro que jamás llega a la presidencia. Unas horas en esa casa me hubieran revelado todo lo que estuvo para mi escondido”.
¿Regresará Enrique Peña Nieto, después de doce años de habernos librado de ella, ésta nefasta costumbre? Por el bien de México espero que no.
Es mentira púes que el pueblo sea corrupto por naturaleza. La corrupción nace, se derrama y se esparce desde las más altas élites del poder. El pueblo se ve inmerso en la corrupción por necesidad, por la necesidad que le impone el estado corrupto y corruptor para poder deambular por los vericuetos kafkianos de la burocracia y la justicia.

Adolfo Camacho Gómez



[1] DILUVIO (Mauricio González de la Garza) Editorial Grijalbo 1988 página 59.

martes, 19 de agosto de 2014

ENRIQUE PEÑA NIETO...LA MENTIRA SU FORMA DE GOBIERNO.

Marcha por la paz en Tampico, Tamaulipas, México.

Ahora Peña Nieto nos viene a decir que los asesinatos dolosos han disminuido 17%¹. Resulta que ahora él lleva su cuenta particular. Todo lo que vemos los mexicanos todos los días no cuenta. Quien en su sano juicio puede creer semejante disminución.
De nueva cuenta los medios parecen estar en el juego de Peña Nieto porque no he visto que cuestionen sus cifras como lo hacían en el sexenio de Calderón que llegaban a desmentir las cifras oficiales hasta si diferían con un solo dígito contra sus propios registros.
En el sexenio de Calderón prácticamente todos los medios llevaban al día sus propias cifras y parecía un deporte cotejarlas con el medio competidor y publicarlas a ocho columnas.
Ahora los medios dan a conocer algunos de los asesinatos y los hallazgos de tumbas clandestinas, porque es claro que no todos, y parece ser que a nadie le importa ahora llevar la cuenta exacta, ni maximizar los hechos como lo hacían en el sexenio de Calderón. Me pregunto por qué. ¿A caso los medios ya hicieron su pacto con Peña Nieto? ¿A cambio de qué? ¿O amenazados con qué?
Está más que claro que Peña Nieto de nuevo le miente al pueblo mexicano y en forma descarada manipula las cifras para tratar de justificar que no ha podido contener la criminalidad en México. Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Veracruz son solo una muestra. Y ahora el Estado de México. Estado que él gobernó y  en donde en aparente complicidad con los medios, que manejaba a su antojo, y que parece que hoy lo hace con mayor eficacia,  ocultó las verdaderas cifras de narcotráfico y criminalidad que ahí había y que ahora están saliendo a la luz inconteniblemente. Criminalidad y narcotráfico que no brotó ahora por arte de magia, existía durante el gobierno de Peña Nieto quien en vez de atacarlo lo dejó crecer a ciencia cierta, porque no se puede explicar de otra manera, con el fin de dar la falsa imagen de que en el Estado que él gobernaba no pasaba nada malo, mientras gastaba cientos de millones de pesos en publicidad en plena campaña para la presidencia desde la gubernatura que el detentaba. Ahora el actual gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, ante la incontrolable ola de criminalidad y narcotráfico que heredó, ha tenido que pedir la presencia del ejército y la policía federal.
Muy pronto Peña Nieto quedó en ridículo, ya que no le quedó otro camino que mandar al ejército y a la policía federal para contener la criminalidad y el narcotráfico, como lo había hecho Calderón, para sofocar los brotes en todos los rincones asediados de México. Hecho que durante toda su campaña gritó que no haría.

¹ El 14 de agosto Enrique Peña Nieto ha declarado que los homicidios dolosos han disminuído 27%. Conforme la realidad percibida por la ciudadanía en su vida cotidiana no puedo más que decir que solo parecen cifras alegres acompañadas de un vergonzoso silencio complice de muchos medios de comunicación.


Adolfo Camacho Gómez