López Obrador deshizo el Estado Mayor Presidencial y el Cuerpo de Guardias Presidenciales, que tradicionalmente facilitaban el día a día y protegían a los presidentes. El Economista
Él, en su imaginación, ingenuamente pensaba que todo a su alrededor iba a funcionar por arte de magia y que realmente el pueblo lo iba a arropar y proteger, pero no solo eso, también imaginaba que a su paso solo iba a ser objeto de alabanzas y aplausos.
La realidad fue muy distinta. Muy pronto, para seguir viajando en aviones comerciales, fue necesario subir y bajar de ellos casi en secreto y bien resguardado, para evitar transitar por los pasillos de los aeropuertos que le resultaron odiosos debido a las agresiones verbales de que fue objeto en ellos. Según un reportaje de La Voz de La Frontera, en su más reciente visita a Mexicali, arribó en un avión militar. Bien si lo hizo y debería seguir haciéndolo.
En sus traslados terrestres, es público y notorio que tiene un cuerpo de guardias que lo protegen y que además tiene a su servicio un escuadrón de camionetas blindadas.
Ahora bien; es ético, o moral (como él llama a las normas de conducta), que su presidencia esté erogando cantidades importantes de dinero en ayudantía y protección y que él diga que no existe tal aparato porque él disolvió el Estado Mayor y las Guardias Presidenciales?
Aquí haré un símil con las defenestradas empresas de outsourcing; las empresas maquiladoras dicen que no tienen trabajadores, pero todos los días acuden miles a sus unidades fabriles a realizar sus trabajos y las empresas maquiladoras pagan sus salarios, pero por interpósita persona, las empresas de outsourcing.
López Obrador tiene un grupo importante de personas a su servicio en Palacio Nacional y lo protege otro grupo de personas bien entrenadas y capacitadas, pero él dice que no existen. Según él son individuos fantasmagóricos, pero realizan ni más ni menos que las mismas labores que hacían el Estado Mayor Presidencial y las Guardias Presidenciales.
Cómo les llame o de qué dependencia salga la nómina de esas personas "que no existen" es intrascendente. lo inmoralmente trascendente es que López Obrador diga que no existe lo que sí existe y se eroguen cantidades importantes en algo que él mismo dijo que era innecesario y acusó a los presidente anteriores de gastar el dinero del pueblo en un boato personal. Solo que el boato lo disfruta ahora el propio López Obrador y se siente tan bien, que fue incapaz de renunciar a él.
¿Intrascendente? ¡De ninguna manera!
Si el presidente López Obrador no es transparente en algo tan obvio ¿Cuánta más opacidad habrá por ahí?
Adolfo Camacho Gómez