Foto: El sol de Torreón. Ejemplo del desabasto que es similar en todo el país. |
¿Por qué
será un rotundo fracaso la distribución de medicamentos por la nueva empresa
que pretende crear el presidente de la República Mexicana, Manuel Andrés López
Obrador?
La respuesta
es sencilla y le explotará en el rostro al propio presidente.
Hagamos un
poco de historia. Hace ya más de medio siglo que empresas de reparto de
paquetería y mensajería privadas fueron creadas en todo el mundo y México no fue
la excepción, aunque llegó tarde. El resultado fue contundente, las empresas
privadas rebasaron con mucho a los sistemas postales estatales de todos los
países donde operan. En México, además, con la llegada de internet, el Servicio
Postal Mexicano, fue relegado a una participación mínima en el mercado postal, entendiéndose
este como la distribución de correspondencia, mensajería y paquetería. La
función de telegrafía que era una función exclusiva y monopólica del servicio
postal mexicano, fue totalmente eliminada por el servicio de internet entre
personas. Hoy básicamente el Servicio Postal Mexicano opera gracias a que el
gobierno es tal vez su único y principal cliente.
¿Por qué fue
posible tal cambio? Debemos decirlo sin tapujos, las empresas estatales siempre
han sido burocráticas e ineficientes en todo el mundo. En México
particularmente su ineficiencia se evidenció de inmediato, cuanto una carta de
negocios fue trasladada de un punto a otro, de manera más segura y rápidamente por
una empresa privada de mensajería que por el Servicio Postal Mexicano. Para el
empresario fue fácil optar por la opción de la empresa de mensajería privada,
ya que depende de la rapidez de la información para la toma de decisiones. Para
el público en general no fue desconocido y poco a poco fueron prefiriendo este
servicio privado, que, aunque más caro, es más eficiente. A nadie le interesa
más que al individuo conocer en forma rápida la información de un familiar o
hacerle llegar en forma pronta y segura algún documento vital. Estás empresas
privadas se han sofisticado tanto que, gracias a internet, ahora el usuario
puede saber la situación exacta de su misiva en el trayecto de la misma y la
hora de su arribo, Cosa impensable en el Servicio Postal Mexicano.
López
Obrador dijo en alguna ocasión que si empresas como Bimbo o Coca-Cola, reparten
sus productos a todos los rincones de nuestro país ¿Por qué nosotros (entiéndase
su administración de gobierno) no podríamos hacerlo con los medicamentos?
No me queda
más que reconocer la infinita ignorancia de López, al hacer tal afirmación.
Estas empresas han necesitado dedicar décadas de estudios, análisis de
logística, basarse en pruebas reales de error y acierto, para conformar una red
eficiente de distribución que constantemente se afina y se reinventa. Son
cientos de miles de unidades de diferentes tipos, modalidades y capacidades en
servicio constante y para lograrlo tienen una gran red de soporte técnico para
su mantenimiento. Hay que decirlo claro, López no sabe de lo que habla o en lo
que se está metiendo.
Hablemos ahora de las empresas especializadas en la distribución de medicamentos que López ha despreciado y satanizado, llamándolas acaparadoras y corruptas. Por lo menos yo, no he sabido, porque López no ha tenido la decencia de explicar donde está el acaparamiento y la corrupción. En ese afán, centralizó la compra de medicamentos e hizo el intento de distribuirlas, pero resultó un rotundo fracaso. El desabasto se hizo evidente de inmediato y no solo con los medicamentos para los niños con cáncer, tengo evidencias muy personales, por las que puedo informar que, medicamentos para enfermedades crónico-degenerativas siguen faltando y estamos hablando ya de 21 meses de su gobierno. Estas empresas privadas de distribución de medicamentos han hecho lo mismo que Bimbo y Coca-Cola, afinar por décadas su red de distribución para llevar las medicinas en tiempo y forma hasta los lugares más apartados de la República Mexicana y según entiendo, entregan un paracetamol, por referirme a un medicamento en particular, al mismo precio en Tijuana o Mérida. Por otra parte, garantizan la cadena de frío de todos los medicamentos que así lo requieran. Aquí hablamos de algo tan delicado como las vacunas que requieren mantener cierta temperatura desde su fabricación hasta su aplicación al paciente. Ese es el grado de sofisticación y eficiencia que habrían alcanzado esas compañías privadas de distribución de medicamentos que López, sin el mínimo conocimiento sataniza.
Cuando la falta del medicamento metotrexato para niños con cáncer hizo crisis, López envió al ajonjolí de todos los moles, Marcelo Ebrard, a comprarlos a Francia. Esto costo importar de Francia medicamento contra el cáncer.
Su precio fue una bagatela menos, 0.30
centavos y 1.00 peso mexicanos, según la presentación, pero puestos en Francia.
Es decir, al precio obtenido se tuvo que agregar el costo de transportación a
México, más el costo de distribución en todo el país. Por lo demás puedo
afirmar que a Baja California nunca llegó una sola dosis de esa compra. Pero si
se hubiera optado por la compra a laboratorios mexicanos, hubieran sido puestos
desde Tijuana a Mérida por el mismo precio. Por decirlo de una forma coloquial “Les
salió más caro el caldo que las albóndigas”. La realidad es que esa remesa se concentró en
la Ciudad de México y por meses falto en la mayoría de los Estados y a la fecha sigue
habiendo faltante de medicamentos, especialmente, para los niños con cáncer. (Solo agregar que con las compras en el extranjero, les da trabajo y salario a trabajadores de esos países. Salarios y trabajos que deberían ser para mexicanos)
Ahora López,
quiere comprar medicamentos por intermediación de la ONU, en el
extranjero solamente, principalmente a Rusia, China e India. Es increíble que el catorceavo
país económicamente hablando, no sea capaz de comprar sus medicamentos por sí
mismo. Peor aún, está condenando a la bancarrota a los laboratorios mexicanos. Prefiere beneficiar a empresas ubicadas en el extranjero que a empresas mexicanas. De ese tamaño es su odio a la empresa privada mexicana. Pero eso es
harina de otro costal.
¿Por qué, por
ejemplo, López, no utiliza la infraestructura del Servicio Postal Mexicano para
la distribución de medicamentos? La respuesta es obvia, el servicio postal
mexicano se quedó en el siglo pasado, aún hay muchos pueblos, ciudades
inclusive, donde el correo se distribuye con bicicletas. ¿Por qué, López, no
utiliza el servicio de las empresas privadas ya establecidas que tienen toda la
infraestructura necesaria y han demostrado su eficiencia por años? Francamente
no tengo respuesta, solo hacer notar, el odio, que López no disimula contra la
empresa privada.
Para
establecer una red eficiente de distribución de medicamentos nacional, López,
piensa utilizar la infraestructura de las unidades hospitalarias, pero eso no
le servirá de nada, éstas han estado allí desde siempre, la clave es que los
medicamentos les lleguen a tiempo y con suficiencia. Para ello será necesario
invertir miles de millones en centros de distribución, equipos de transporte
adecuados en capacidad y modalidad, un personal bien entrenado y mil etcéteras
más. Negarse a utilizar la capacidad ya instalada y la experiencia de las
empresas privadas, no solo es un error, es una necedad que solo perjudica más
a los más pobres, como ya está sucediendo ahora.
Lo que mal
empieza mal acaba, reza el refrán. David León, quien fue designado para dirigir
la empresa en construcción para el abastecimiento de medicamentos de la nación,
tuvo que ser cesado por haber participado en la entrega de dinero de dudosa
procedencia, al hermano de Manuel Andrés López Obrador, Pío López Obrador, para
su campaña política. El incorruptible ha sido desenmascarado como el peor de
los corruptos, por su hipocresía.
Es el presagio de un desastre anunciado.
Por: Adolfo Camacho Gómez