¿Es la intención de la 4T de sustituir las policías municipales con la guardia nacional?
Al parecer,
cuando menos, en Baja California parece que sí.
“No se confía en policías municipales” “Se ha
invertido mucho dinero en la Guardia Nacional, que tiene facultades
constitucionales hasta para imponer una multa de tránsito” Declaraciones
del superdelegado en Baja California, Jesús Ruiz Uribe.
Los
municipios están impedidos de contratar nuevos policías debido a que sus
nóminas están saturadas al tope, sus presupuestos no dan para más.
Ante la
muerte de un policía en Mexicali, baleado a las puertas de su casa, que no es
el primero, la hermandad policiaca de Mexicali alzó la voz, denunciando que uno
de los elementos indispensables para su buen desempeño, los radios, no
funcionaban, pero además se quejaron del pésimo estado de las patrullas, entre
otras cosas.
Para poner
el clavo final, el Presupuesto de la Federación por segundo año consecutivo
eliminó el subsidio para el Fortalecimiento del Desempeño en Seguridad Pública
(Fortaseg), que aportaba 40 millones de pesos precisamente para apoyar la
evaluación de confianza, capacitación, homologación policial, mejora de las
condiciones laborales, mantenimiento de los equipos de seguridad, radio
comunicación y patrullaje.
En
contraposición:
El 20 de
febrero de 2021, el presidente, inauguró el cuartel de la Guardia Nacional en
Tijuana.
El 25 de
junio, el presidente, inauguró instalaciones para la Guardia Nacional en
Tecate.
El 26 de
junio, el presidente, inaugura instalaciones de la Guardia Nacional en
Ensenada.
El 27 de
junio, el presidente, inauguró cuartel de la Guardia Nacional en Rosarito.
Mientras las
policías municipales languidecen y al parecer su destino es una muerte lenta
por inanición, la Guardia Nacional se fortalece. Parece ser la apuesta del
ejecutivo nacional, cuando menos en los Estados gobernados por Morena, que
ahora dominan todo el Pacífico.
Desde el
inicio del mini gobierno de Jaime Bonilla en Baja California, se menospreció a
las policías municipales, para enfocarse en la Policía Estatal, que, para no
desentonar con el jefe, le cambió de nombre a Guardia Estatal, pero, según lo
declarado por el superdelegado, se intuye que estará también viviendo sus últimos
días. Sin embargo, a pesar de que desde el inicio del gobierno Morenista la
Guardia Nacional (GN) hizo acto de presencia, la violencia en Baja California
no ha menguado en absoluto; en 2019 ocurrieron 2,185 asesinatos dolosos, en
2020 fueron 2,964 y a julio de 2021 van 1,893, es decir, si las cosas no
mejoran, a este ritmo, este año rebasarán los 3,000 asesinatos. El Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en mayo pasado, calificó a
Baja California como el segundo estado más violento. Está claro que la
presencia de la GN, hasta este día, cuando menos en Baja California ha sido
ineficaz en detener la violencia. Pero no hace diferencia a nivel nacional, ya
suman, según cifras oficiales, más de 100 mil asesinatos, el triple de Calderón
y el doble de Peña en el mismo periodo.
Es un
ominoso presagio que el objetivo de este gobierno sea establecer una sola policía
supra-estatal en todo el país, en realidad el ejército enfundado en la GN, porque se pasaría flagrantemente sobre la
soberanía de los Estados. Por otro lado, como es bien sabido la GN se nutre de
elementos del Ejército Nacional; estamos pues, frente a una inminente militarización
del país que, sumado al manejo faccioso de la Fiscalía General de República como persecutoria de los opositores del régimen, tiene más visos de converger en un férreo control político.
Después de que,
por años, López Obrador, denostara la presencia del Ejército en las calles, de
pronto, ya siendo presidente, da un giro de 360 grados, no solo para mantener
el ejército en las calles, sino para incrementar su presencia, pero también
para ocupar áreas que normalmente deberían ser reservadas para la sociedad
civil. Se rumora que este giro se debe a que, al unísono de su toma de poder,
llegaron asesores cubanos bien entrenados en el control político, que le
hicieron ver, que sí, él quería mantener un control político a largo plazo, ya
sea por sí mismo o por interpósita persona, el ejército era la pieza clave para
lograrlo. Lo está haciendo.
Si López
Obrador, realmente, tuviera la intención de acabar con la violencia originada
principalmente por el crimen organizado, mucho podría haber hecho en los casi 3
años que lleva de gobierno. Por lo visto no es su interés primordial, lo
que realmente le interesa es implantar un férreo control político, mediante un
gobierno unipersonal. Para esto, el ejército, uniformado de GN le es
indispensable.
El dique de
contención que podría ser el congreso, se aprecia muy débil; la Cámara de
Diputados está dominada por su partido Morena con sus aliados el PT y el Verde,
y la Cámara de Senadores está prácticamente pareja, un solo voto hace la
diferencia. Queda por último la tablita de salvación que es la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ¿Para donde se inclinará? Es una incógnita.
*En el enlace le sugiero abrir “Historia del premio” con el fin de apreciar la seriedad del mismo.
Adolfo Camacho Gómez