Mexicali, B. C.

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lunes, 23 de abril de 2018

LÓPEZ OBRADOR Y SUS DEPARTAMENTOS.

Ayer en el debate Andrés Manuel López Obrador dijo que no era propietario de ningún departamento (Piso o vivienda en un edificio) y que si le comprobaban la propiedad de alguno de ellos se los regalaba a su acusador José Antonio Meade.

Hoy José Antonio Meade presenta sendos Registros Público de la Propiedad de la Ciudad de México que certifican que existen dos departamentos a su nombre. Por lo tanto Meade acepta el regalo y ofrece entregarlos a los damnificados del terremoto sucedido el 19 de septiembre de 2017.

Posteriormente responde Andrés Manuel López Obrador que cedió la propiedad de los departamentos a sus hijos, mediante un juicio, cuando falleció su esposa, hace diez años.

La realidad es que no sé a qué clase de juicio se refiere. Puede que sea un juicio testamentario en relación a la herencia de su esposa fallecida. Puede que el haya cedido la propiedad que le correspondía como cónyuge.

Ahora bien, hay un hecho incontrovertible. Y es que en el Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México existen dos propiedades a nombre de Andrés Manuel López Obrador.

¿Cómo puede ser esto? Muy sencillo. Si dicho juicio existe, López Obrador incurrió en la negligencia en que incurren muchos mexicanos, omitió registrarlo en el Registro Público de la Propiedad, por lo tanto los departamentos siguen siendo de su propiedad. No quisiera repetir aquello de “Mal de muchos consuelo de tontos”.

¿Qué tenemos aquí? Tenemos a un candidato que quiere ser presidente de México y que se muestra sumamente indolente al presentar su declaración 3 de 3. Nos muestra la personalidad que ya ha salido a relucir en otras ocasiones. Las leyes, la legalidad, le importan muy poco, cree que puede pasar por encima de ellas, para él son minucias sin importancia. Por eso propone con la mano en la cintura; amnistía a los criminales, perdón y olvido a los políticos corruptos. Por eso se metió en aquel lío, sin sentido, por desobedecer la orden de un juez, enfrentando un posible desafuero.

La pregunta es ¿Qué necesidad tenía López Obrador de ofrecer regalar los departamentos? ¿Por qué no se limitó a negar la propiedad?

La respuesta es que López Obrador no lo pudo evitar, su carácter bravucón, que con mucho esfuerzo lo ha tratado de reprimir en esta campaña presidencial, lo traicionó. Salió a relucir el carácter pleitista, perdona vidas, que desprecia a todo aquel que no piensa como él.


Si López Obrador se precia de ser hombre de palabra, tendrá que regalar esos departamentos.


Adolfo Camacho Gómez