Mexicali, B. C.

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viernes, 23 de octubre de 2015

LAS TORRES DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL

El placer más grande que hay en el mundo es gastar el dinero ajeno como si fuera propio.

De pronto nos enteramos que el director del Instituto Nacional Electoral (INE), supongo que confabulado con todos los consejeros ‘ciudadanos’, decidieron la construcción de una obra monumental que incluye como elementos principales dos torres de 14 pisos cada una, con un costo estimado inicial de 1,400 millones de pesos. Insisto en decir inicial porque es bien conocido como, por lo general, nuestros políticos nos dicen una cifra inicial para una obra que termina siendo dos, tres o cuatro veces más costosa. (La nueva sede del senado, la línea doce del metro, la estela de luz, entre otros, pero la lista es infinita).

La obra es onerosa, es faraónica, es innecesaria, es poco transparente y es mentira qué represente ahorros importantes. Por lo pronto ya se gastaron 54 millones de pesos en proyectos. 

Gimnasio, ciclo pista, spa, pista para hacking, canchas de básquet bol y fútbol rápido, jardines, huerto de árboles frutales y otras facilidades totalmente fuera de la honesta medianía juarista,  la califican como una obra faraónica.

Gastar mil cuatrocientos millones de pesos no solo es oneroso sino también insultante para la ciudadanía. Basta mencionar que el presidente Enrique Peña Nieto acaba de informar que se emitirían bonos educativos para no solo mejorar, sino en muchos casos construir escuelas que faltan para niños que actualmente reciben clases debajo de un árbol o en tejabanes, sin agua y servicios sanitarios elementales. Se emitirán estos bonos porque, según dice el presidente, al gobierno no le sobra ni un solo peso del presupuesto para poder hacerlo. ¿Es justo entonces que se gasten 1,400 millones de pesos en un complejo de edificios que a todas luces no es necesario?

Uno de los argumentos que esgrime el director del INE, Lorenzo Córdova, para la construcción de la obra y que la hace, según él,  absolutamente necesaria,  es el aumento de personal desde su creación 1991 hasta la fecha.

Es evidente que el Sr. Córdova jamás ha trabajado en la iniciativa privada.
Porque cuando un ejecutivo en la iniciativa privada  esgrime que es necesaria la construcción de un edificio por el aumento de personal, lo primero que se le objetará es si ese aumento de personal es necesario, y la razón es muy sencilla, la construcción o adquisición de un inmueble por necesidad requerirá la contratación de más personal para su mantenimiento, en este caso inevitablemente aumentará la burocracia.

Todo el proceso ha sido poco discutido públicamente, si no, ¿Porque los ciudadanos — quienes somos en última instancia quienes pagaremos la suntuosa obra—nos enteramos, solo, cuando la construcción está a punto de iniciar? Nuevamente la razón es sencilla. El Sr. Córdova y sus confabulados no querían que la ciudadanía se enterara, porque sabían que sin duda su proyecto sería rechazado. Todo se hizo sigilosamente con la complicidad de todos los consejeros, que de ciudadanos no tienen nada. 

El Sr. Córdova dice que solo solicitará 769 millones de pesos porque ya tiene 719 millones para el proyecto. La pregunta es inevitable ¿De dónde salieron los 719 millones? Se puede argumentar que ahorraron ese dinero, lo que significa que han estado presentando presupuestos inflados. Si es delito o no presentar presupuestos inflados, no lo sé, pero cuando menos es inmoral. Pero lo que es más importante, anula uno de los argumentos claves del motivo de la construcción de semejante obra, me refiero a su dicho en el sentido de que la construcción de “las torres de Córdova” —como ya es popularmente conocida la mencionada obra—ahorrará 80 millones de pesos en rentas anuales, es decir en un año ahorró del presupuesto de operación lo que pretende ahorrar en casi nueve años de rentas. Ahora bien, el ahorro en rentas es muy relativo porqué habrá gastos nuevos de mantenimiento, que no serán menores, solo basta echar un vistazo a lo que ha crecido el presupuesto del senado con motivo de su, también, faraónico nuevo edificio.

Pero hay otro aspecto en relación a las rentas pagadas. Cuántas veces hemos visto que el gobierno paga rentas por arriba del mercado favoreciendo a familiares o amigos o descaradamente obteniendo, por corruptelas, beneficios personales en los contratos de arrendamiento. No puedo decir que este sea el caso y quiero pensar que no hay nada escondido en ello. Pero hablando de rentas, si se pretende ahorrar en ese rubro, siempre se puede optar por arrendamientos menores, las empresas lo hacen a diario. Por otra parte, con la tecnología actual se pueden descentralizar las operaciones sin ningún menoscabo de su eficiencia, inclusive, trasladar parte de la operación a ciudades más baratas ¿Porqué insistir, en el siglo XXI, en centralizar todo como en un palacio medieval  con su reyezuelo en centro rodeado de cientos de súbditos? 

A lo largo del tiempo cada vez se han ido creando más instituciones autónomas con presupuestos autónomos, como es el caso del INE, cuyos titulares disponen de recursos escandalosamente absurdos por su cuantía y que resuelven sobre ellos como si fueran de su propiedad sin ningún recato. No toman en cuenta que el dinero que reciben no es de ellos, es del pueblo, que se los entrega para que lo utilicen con frugalidad y la más honesta corrección.  No les interesa saber que cada peso que reciben es el producto del arduo trabajo de millones de obreros, empleados y empresarios, a quienes se les ha quitado y jamás disfrutarán de ello.


Pero eso al Sr. Córdova y sus consejeros no les importa, ellos gozan del placer más grande que hay en el mundo. Gastar el dinero ajeno como si fuera propio. 

@AdolkaGomez

Adolfo Camacho Gómez