No podemos decir cuando, pero de qué sucederá,
sucederá, es inexorable.
López Obrador ha decidido que el mantenimiento y
mejoras en las escuelas a partir del próximo ciclo escolar se realice mediante
un suministro de fondos que se haga directamente a los comités de padres de
familia de cada escuela, mediante el programa La Escuela es Nuestra.
Hasta ahora el proyecto, diseño, construcción,
ampliación y mantenimiento de las escuelas se hace mediante un equipo formado
por arquitectos e ingenieros establecido en cada Estado de la República
mexicana. Esto da la seguridad de que las escuelas sean un espacio seguro para
nuestros hijos en caso de un terremoto.
El terremoto de septiembre de 2017 fue un ejemplo
claro de lo que puede suceder si no se construyen las escuelas con la debida
supervisión. El Colegio Rébsamen se desplomó por que las ampliaciones se
hicieron sin la debida supervisión y 19 niños fueron víctimas de la negligencia
de los propietarios del colegio y de las autoridades. Y si no hubo más
desastres fue por lo aprendido en materia de seguridad en la construcción después del terremoto de 1985.
Colegio Rébsamen después del terremoto de 2017 |
Ahora pensemos que un comité de padres de familia
de una escuela decida construir un salón adicional, un piso extra, una
ampliación, un gimnasio, etc., y para ahorrar, como es la instrucción de López
Obrador, contrate a un “maistro” de
obra (sin menospreciar a estos valiosos trabajadores) que omita o improvise a
ojo de buen cubero las valencias de resistencia. Inclusive una deficiente
instalación eléctrica puede ocasionar un incendio. No es difícil imaginar lo que sucederá tarde
que temprano, lo vimos en el Colegio Rébsamen.
Las escuelas en toda la república deben ser
construidas, mejoradas o ampliadas sus construcciones con estándares uniformes,
respetando las condiciones de clima, suelos e inclusive idiosincrasia de cada
región, por personal debidamente certificado. No se puede improvisar en un tema
tan delicado que implica nada menos que la vida de nuestros hijos.
Adolfo Camacho Gómez