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“No hay fecha que no llegue, ni fecha que no se cumpla”
Inexorablemente el
término de la administración como presidente de México de Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), pronto llegará a su término.
José López
Portillo, presidente de México del 1 de diciembre de 1976 al 30 de noviembre de
1982, dijo en una ocasión “El peor año de un presidente es el séptimo”. Si las
administraciones presidenciales en México son de 6 años sin derecho a
reelección ¿Por qué López Portillo se refirió al año séptimo? La razón es que
el régimen presidencialista de México se ha caracterizado por un poder casi
ilimitado y quienes han detentado ese inmenso poder y son personas sin la
suficiente madurez para entenderlo y se ven despojados de ello simplemente no son
capaces de soportarlo. Desde el primer presidente de México posrevolucionario,
Venustiano Carranza en (1917-1920) hasta el actual, solo algunos pocos no, muy
discretamente y otros con gran descaro, como es caso del actual, han tratado de
extender sus mandatos o reelegirse.
AMLO no es la
excepción, trató de hacer un ensayo empujando la extensión de mandato del
gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien había sido elegido por un
periodo corto de 2 años para empatar las fechas electorales estatales con las
federales, para esto utilizó los oficios de su secretaria de Gobernación Olga
Sánchez Cordero. En otro ensayo impulsó también la extensión de mandato del
magistrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo
Zaldívar Lelo de Rivera. Ambos casos fueron frustrados por la gran oposición de
la ciudadanía. Sin importarle esos dos fracasos elevó su apuesta, ahora fue contra
el Instituto Nacional Electoral (INE), quien organiza las elecciones, y el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quien califica la validez
de las elecciones y es quien en última instancia promulga quien es
constitucionalmente presidente de México. Lo ha hecho primero mediante una
larga campaña de acoso y denostación de sus consejeros y magistrados, después mediante
la incrustación de personajes afines a él y su movimiento, por desgracia esto último
lo ha logrado parcialmente.
Ahora las baterías de
AMLO se han enfocado en SCJN, sobre todo después de la designación como
magistrada presidente Norma Piña, quien sustituyó a Arturo Zaldívar. Una quien ha
ejercido y defendido la autonomía de otro poder independiente y otro que se
arrastró miserablemente como un lacayo. Los ataques que AMLO ha dirigido contra
la SCJN y contra la magistrada presidente desde que ella asumió el cargo, son
los más viles que jamás se había escuchado de un presidente de México. El
Objetivo de López Obrador es desprestigiar la honorabilidad de los magistrados
de la SCJN de tal forma que la ciudadanía los repudie y sembrar la idea de que
todo en ella está podrido, nada más falso.
Pero una idea
repetida mil veces, aunque sea una descarada mentira, como lo hace desde su
púlpito cada mañana, en algún momento será aceptada por todos sus ciegos
seguidores y muchos más, que poco saben el valor de tener una SCJN
independiente. El fin oculto es más perverso, su saña en la SCJN es el objeto
visible sobre la que pretende descargar toda la maledicencia que quiere sembrar
en los corazones débiles para que sea repudiada por una mayoría, es el objeto
tangible malvado, el cual es necesario acabar. Para lograrlo le dice a sus
ciegos seguidores y a los ciudadanos más pobres cooptados con el regalo a manos
llenas de dinero sin ningún control y otros débiles y desinformados, que la única
forma de hacerlo es que se vote parejo, es decir, no solo por la presidencia,
sino también por todos los senadores y diputados de Morena para lograr mayorías simple
y calificada en ambas cámaras.
Al final no quiere abolir la SCJN, que no sería aceptado ni por sus más fieles seguidores, ni siquiera cambiarla. Lo que realmente quiere López Obrador es lograr su anunciado plan “C”, que consiste en que la SCJN pase a ser un poder nulificado. Lo que quiere es algo más grande, cambiar la constitución, y para lograrlo necesita las mayorías simple y calificada en ambas cámaras. Al cambiar la constitución, la SCJN no solo deberá obedecer, sino también defender lo que ésta a la letra diga, y ésta dirá lo que AMLO diga que diga. Así podrá con sus mayorías lograr cambiar leyes a su antojo; abolir la empresa privada, la propiedad privada, prohibir la libertad religiosa y todo lo que se le ocurra, pero por sobre todo lo que él más anhela es incrustar en la constitución la REELECCIÓN. Si, la reelección que tanto ha buscado sin poder crear las condiciones favorables para lograrlo, hasta ahora, a pesar de su enorme popularidad. No lo podrá hacer en 2024 por que la constitución actual se lo prohíbe, pero ha promovido a un títere para el 2024, Claudia Sheinbaum.
El poder es lo que
AMLO ha perseguido toda su vida, para lograrlo ha cometido traiciones bien
conocidas, hasta de quienes lo promovieron y ayudaron a conseguirlo y por
supuesto a base de una profunda corrupción ya inocultable. El libro El Rey del
Cash de Elena Chávez sólo deja ver la punta del iceberg, que por cierto nadie
de quienes ella alude ha querido o podido desmentir la corrupción que denuncia, solo descalificar, y eso
no es anular la verdad que allí se describe con sencillez brutal, si vale el
término.
Como lo mencioné al
principio de esta exposición, los días se acaban para López Obrador. Cada hora,
cada minuto que pasa se acerca su final y para un individuo delirante debe ser
insoportable. Nadie debe dudar que hará todo lo que pueda para no perderlo,
desde utilizar al crimen organizado, hacer campaña ilegal desde su púlpito
diario, (lo que recriminó a presidentes anteriores y que promovió leyes para
prohibirlo), utilizar ilegalmente todos los recursos del estado, usar a las
fuerzas armadas, sí éstas sucumben a la inmensa cantidad de dinero y poder que
les ha concedido. Hará todo, todo lo que sea necesario, para que su títere
llegue al poder. Sí lo logra, ya habiendo cambiado la constitución sí obtiene el
número de diputados y senadores necesarios, promoverá la renuncia del títere y se sentará en la silla presidencial per saecula saeculorum.
La única forma de
evitar esta tragedia para México, es la unión de todos los mexicanos, promover
el voto a favor del frente opositor, de su líder Xóchitl Gálvez y de todos los
gobernadores, presidentes municipales, pero por sobre todo de los diputados y
senadores que el frente proponga.
Delirante:
Confusión mental caracterizada por alucinaciones, reiteración de pensamientos
absurdos e incoherentes.
Adolfo Camacho Gómez.
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