El 18 de marzo de 1938 el General Lázaro Cárdenas, Presidente de México, declara con grandes fanfarrias la expropiación petrolera, que no fue tal, el petróleo ya era constitucionalmente propiedad de la nación, luego entonces no se podía expropiar lo que ya era propio. Lo que sí fue expropiado, abarcaba todas las instalaciones industriales de las compañías extranjeras.
Según lo aprendimos desde nuestros primeros años en la escuela. Es Presentada en los libros de texto como la más grande hazaña mexicana en el ámbito internacional, tal vez solo después de la batalla de Puebla. La acción fue recibida con gran júbilo por el pueblo en general, al grado de desbordarse el nacionalismo, traducido en donativos de hasta gallinas, como dice una crónica, para ayudar a pagar la deuda contraída por el gobierno mexicano. También se expidieron bonos que el pueblo mexicano compró generosamente, pero tanto los donativos como los bonos quedaron muy lejos de los 6,412 millones de dólares requerido para su pago. Paradójicamente, hoy que se celebra el 83 aniversario de tal hecho, PEMEX arrastra una deuda de más de 110,000 millones de dólares.
Se nos ha enseñado a todos los mexicanos que esta acción fue decidida por el General Lázaro Cárdenas en virtud de que las compañías petroleras extranjeras no acataron el cumplimiento de las leyes mexicanas en relación a salarios, prestaciones y condiciones de los trabajadores mexicanos que trabajaban en ellas.
Mucho de los entresijos alrededor de esta expropiación quedaron ocultos por muchos años. Tal parece para resguardar la Imagen del general Lázaro Cárdenas, quien se convirtió en un símbolo del nacionalismo mexicano en contra principalmente del expansionismo norteamericano, pero que además con los años se convirtió en uno de los activos simbólicos más preciados del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y para remarcar esta fecha se agregó un día oficial conmemorativo en el calendario festivo nacional, que principalmente se celebra con un evento formal encabezado por el presidente de la república quien dirige un panegírico a toda la nación, que es replicado en todos los Estados, todos los Municipios y en todas las escuelas del país.
Con la muerte del General y el convencimiento de los propios Priistas. Que al final entendieron que, en lo que había devenido la industria petrolera ya mexicanizada, se había convertido en un lastre, muchos detalles de la idealizada expropiación petrolera empezaron poco a poco a hacerse públicos.
De esta manera pudimos saber que algunos días antes el general Lázaro Cárdenas había tenido una reunión con los representantes de las compañías petroleras en la cual el General les propuso que garantizaran el pago de 26 millones de pesos, que era el resultado del fallo de la Junta de Conciliación correspondiente al pago de salarios caídos de los trabajadores que estaban en huelga. Con este pago el General les aseguraba que los trabajadores levantarían la huelga. A esto uno de los dueños de las compañías petroleras preguntó ¿Y quién lo garantiza? A lo cual respondió el general Lázaro Cárdenas “El Presidente de la República”, preguntando de nuevo el dueño de la compañía ¿Usted y quien más? Con lo cual el Presidente General Lázaro Cárdenas, sintiéndose ofendido, dio por terminada la reunión.
Ni duda cabe que los dueños de las compañías petroleras se mostraron arrogantes e irrespetuosos en sumo grado. Pero entonces ¿No fue la expropiación petrolera una respuesta arrogante y soberbia del Presidente Lázaro Cárdenas ante un insulto que no pudo manejar inteligentemente? Más aún, si consideramos que eran los tiempos en que la voluntad del presidente de la república era en última instancia, absoluta e irrefutable.
La pregunta es válida, ya que; si pudo tomar la decisión más extrema posible como fue la expropiación, ¿Por qué entonces no pudo someter a las compañías petroleras a las leyes mexicanas en vigor? Que con mucho se presenta como una acción mucho más fácil de ejecutar para un Presidente de la República. Tal vez, conociendo ahora, su visión mesiánica, porque en la mente del General ya estaba tomada la decisión.
Para nadie es desconocido que las tendencias ideológicas del general Lázaro Cárdenas eran sin lugar a dudas comunistas. La Unión Soviética era un modelo a seguir, sobre todo, porque se oponía al “imperialismo Yanqui”. La estatización de la industria petrolera fue entonces un paso lógico en esa línea. Y una de muchas otras medidas tomadas durante su gobierno en ese sentido.
Pero ¿Qué fue lo que expropió en realidad Lázaro Cárdenas? Si le preguntamos al mexicano común sin duda responderá que fue el petróleo a los americanos. Olvidando totalmente que también existían compañías inglesas y holandesas, 17 en total. Pero no podría haber respuesta más equivocada. Si algo expropió Lázaro Cárdenas, de ninguna manera fue el petróleo. La constitución mexicana ya expresaba que el subsuelo y todo lo que contiene era propiedad de la Nación, por lo que no podía expropiar algo que ya era propio. Lo que hizo el General en primer lugar fue cancelar las concesiones de explotación que se habían otorgado a las compañías y en segundo, expropiar, ahora sí, las instalaciones industriales. Pero en la imaginería popular la expresión “Expropiación Petrolera” quedó indeleblemente grabada y explotada por los gobiernos totalitarios que vinieron después.
¿Que pudo haber otras opciones? Por su puesto que las hubo. Una de ellas era la ya mencionada, de meter en cintura a las compañías petroleras y obligarlas a que cumplieran la ley al pie de la letra y cobrarles rentas más elevadas. Pero también pudo muy bien reservar regiones para la explotación por empresas mexicanas, con apoyos diferenciados para que compitieran con ventaja ante las compañías extranjeras. Usted podría agregar algunas otras posibles soluciones y con toda seguridad serían mejores que en lo que devino a ser nuestra industria petrolera mexicana.
Para llegar a este punto de la debacle de PEMEX han transcurrido muchos años, 83 para ser más exacto. Tiempo durante el cual se han cometido toda clase de errores, políticas equivocadas y una gran corrupción que ha hecho ricos a políticos y líderes sindicales, sin que la riqueza petrolera haya podido ser, lo que debió ser, el motor que empujara toda la economía mexicana y sacara de la pobreza a millones de mexicanos. Para tratar de revertir dicha debacle, en el año 2013 el gobierno de Enrique Peña Nieto, promovió una reforma que permitió, después de 73 años, la inversión extranjera en la industria del petróleo mexicano.
Pero que pasó en realidad en lo inmediato después de la llamada expropiación. Aunque en principio Gran Bretaña rompió relaciones diplomáticas con México y Estados Unidos decretó un embargo comercial y todas las compañías retiraron sus técnicos. La inminente Segunda Guerra Mundial hizo que el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, estuviera más interesado en una alianza estratégica con México, que en defender a las compañías petroleras expropiadas, terminando en que México le vendiera su petróleo “Expropiado” a los Estados Unidos, es decir a las empresas a quienes les habían cancelado las concesiones y expropiado sus bienes. En resumidas cuentas, ahora México cargó con todos los riesgos de la exploración y todos los costos de la extracción y las compañías ‘’expropiadas” compraron el petróleo a un precio que ni siquiera México podía fijar.
Pues bien, después de todo, las posibles ganancias del petróleo ahora fueron a parar a las arcas del gobierno mexicano. Entonces ¿Qué pasó con ellas?
Cierto, hubo y sigue habiendo importantes ingresos, pero por desgracia toda esa riqueza en buena parte ha sido dilapidada.
Argumentan los defensores de la expropiación que sin esos ingresos el país no hubiera podido subsistir. Que se construyeron escuelas, hospitales, carreteras Etc. Pero ¿Cuántos países existen que sin tener petróleo han hecho lo mismo y mucho más? En cambio en México, ni se electrificó todo el país, ni las carreteras lo comunicaron total y eficientemente, peor quedaron los ferrocarriles, ni los sistemas de salud llegaron a donde deberían haber llegado y todos conocemos la mueca en que se ha convertido el sistema educativo.
Lo que si sucedió, fue la creación de una enorme y costosa burocracia. PEMEX emplea actualmente a 127,500 trabajadores para extraer 1 millón de barriles diarios, aunque en algún momento llegó a tener más de 150,000 trabajadores. En comparación una de las petroleras más grandes del mundo, EXXON, emplea 70,000 trabajadores y extrae 6 millones de barriles diario, 6 veces lo que extrae PEMEX. La desproporción no tiene manera de justificarse y explica claramente el grosero dispendio e ineficiencia de la empresa mexicana.
Pero eso no es todo ni lo peor, la burocracia ha sido coronada por una nueva casta divina, la “PARTIDOCRACIA”. Este 2021 los partidos políticos se repartirán más de 7,000 millones de pesos. En los últimos 12 años (Incluyendo este 2021) los partidos políticos se han gastado la friolera de 80 mil millones de pesos.
Estos son los verdaderos resultados de la expropiación petrolera a sus 83 años.
Adolfo Camacho Gómez.
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