Realmente me
quedé perplejo cuando vi el gran trabajo del Sr. Luis Estrada en su publicación
denominada SPIN Taller de Comunicación Política, en el cual ofrece un desglose
impresionante de las conferencias matutinas de López Obrador, que para el común
de la gente son conocidas como mañaneras.
El 15 de
febrero de 2021, en su cuenta de twitter, Luis Estrada, publica su infografía
No. 46 de las mañaneras. En ella nos dice que en 808 días de gobierno de López
Obrador ha presidido 546 mañaneras con una duración promedio de 106 minutos.
Nos dice también que van 574 días desde que prometió presentar sus análisis de
salud y no coumplió ni cumplirá. Esto es muy importante, porque me lleva a lo que me ocupa ahora, sus
mentiras. Para él, parece que le es muy fácil ofrecer, prometer o afirmar algo,
a sabiendas que no lo cumplirá, porque no querrá hacerlo, porque le es
imposible o porque sencillamente miente.
La infografía
da cuenta de que en esas 546 mañaneras ha expresado 46,965 AFIRMACIONES NO
VERDADERAS, un promedio de 81 mentiras por conferencia, es decir en promedio, López
Obrador, dice una mentira cada minuto y medio.
Infografía publicada por Luis Estrada en su cuenta de Twitter @luisestrada_ |
Este dato es espeluznante,
no creo que haya en el mundo un jefe de estado que supere tan deprimente hazaña.
En otra vertiente de su forma de mentir, está la afirmación “yo tengo otros datos” que, de acuerdo a una publicación de Milenio digital del día 23-2-2021 Milenio digital la repite en promedio cada 10 mañaneras, 51 veces de las 551 mañaneras a este día. Ésta socorrida frase la esgrime cada vez que algún reportero le presenta una dato estadístico con la que no está de acuerdo. Nada estaría mal si presentara esos “otros datos”, la mentira estriba en que jamás los presenta.
Confrontando esta
insania del presidente, con algunas personas, he recibido la explicación en el
sentido que López Obrador le habla a sus seguidores, quienes le creen a pie
juntillas todo lo que les dice. Pero si esto es así, y lo hace con plena
conciencia de que los está engañando, sería una total falta de honradez de su
parte, para decirlo claro una villanía, que solo podría esperarse de una persona carente de toda moral.
Tratando de
descubrir una explicación lógica, traté de encontrarla en la experiencia de un
gran amigo psicólogo. Hay extensos estudios sobre este comportamiento patológico,
me dijo, pero solo te daré un dato; en la niñez la mitomanía se presenta en
menos del 1%, pero en la adultez da un brinco hasta llegar al 10%. En ese 10%
hay niveles, aquel que miente esporádicamente, pero con cierta regularidad, éste
es aquel que sabes que miente, pero en un momento dado dudas si lo que dice es
verdad o es mentira. Hasta el extremo de aquel que miente siempre, que todo
mundo sabe que miente, pero que al mentiroso contumaz no le importa. Esto último casi siempre es producto
de un trastorno de la personalidad. Para el mentiroso patológico no hay
medicina, seguirá mintiendo y muchas veces terminan sus mentiras en líos
legales. Por lo general estos individuos se presentan a sí mismos como honestos
y sabios, es la máscara con la que intentan esconder su trastorno.
Debo decir que
la descripción anterior no tiene la arrogancia de tener una base científica, es
una simple charla entre amigos, eso sí, con un profesional de la psicología,
pero ya sabemos que cada persona es dueña de su propia teoría.
Dicho lo
anterior, mi conclusión es que; una persona que expresa en cada conferencia, en
promedio, 81 AFIRMACIONES NO VERDADERAS, que en buen cristiano son llanas
mentiras, no puede ser dueña de una personalidad estable.
¿Usted qué cree?
Adolfo Camacho Gómez
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