Algunas preguntas y respuestas pertinentes en relación a la
deuda de los Estados.
¿La Federación o algunas de sus instituciones financieras concedieron o dieron el aval para el endeudamiento de los
Estados? Si no lo hicieron es entonces responsabilidad lisa y llana del Estado
que contrajo la deuda. Si sí lo hicieron, ¿Por qué diablos lo hicieron? ¿Qué acaso
no sabe una institución financiera oficial la capacidad de endeudamiento de un
Estado? o ¿Lo hicieron a cambio de un “moche” o comisión “voluntaria”?
Ahora bien, ¿Y si la
deuda fue adquirida con alguna institución financiera privada? Entonces dicha
institución y solo ella tendrá el problema de cobrarla.
Luego entonces si alguna institución financiera federal o
privada incurrieron en la irresponsabilidad de avalar u otorgar créditos a los
Estados mayores a sus posibilidades de pago y el Estado beneficiario de esos
créditos no los puede pagar, el aval, por irresponsable, tendrá que pagar o la
institución financiera privada tendrá que ejercer los mecanismos que la ley le
permita para recuperar sus créditos.
En esta situación el Estado acreedor irremediablemente caerá
en quiebra técnica. Por lo que en adelante no será sujeto de nuevos créditos y
tendrá que sufrir por su irresponsabilidad y la sociedad tendrá que castigar la
irresponsabilidad de sus autoridades.
Dicho lo anterior, se entenderá que una ley federal que
regule o controle el endeudamiento de los Estados no solo es anacrónica sino
que también vulnera la Soberanía de los Estados. En todo caso cada Estado Libre y Soberano, tiene todas las facultades para regular su
propio endeudamiento, en la misma proporción que la propia federación regula su
propio endeudamiento.
En ambos casos, Federación o Estados pueden caer en cesación
de pagos, solo que se pretende regular únicamente el endeudamiento de los
Estados, pero sobre el endeudamiento de la Federación no se dice ninguna
palabra, que por cierto se ha endeudado en dos años más que en todo el sexenio
anterior, incluyendo, por supuesto, el endeudamiento de PEMEX, que aunque se
diga lo contrario es deuda soberana.
Adolfo Camacho Gómez
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