Cuando las cifran empiezan a ser manipuladas con fines
políticos, lo único que demuestra quien lo hace es ineptitud.
Enrique Peña Nieto empieza a ser víctima de las perentorias
exigencias que implica ser presidente de la república. Muy pronto cumplirá los
primeros cien días de su gobierno y los resultados son magros. En cien días
poco resultados se pueden entregar, menos aún, si se tiene en cuenta que al
inicio de una nueva administración los nuevos funcionarios apenas están
aprendiendo. Pero por mucho que esta exigencia parezca inverosímil, se vuelve
muy real, sobre todo para los medios de información y sobre todo para los
partidos de oposición que no ganaron o que perdieron.
Sin embargo y a pesar de lo antes dicho, Enrique Peña Nieto
ha incurrido en la toma de una decisión que
muestra solo dos cosas; arrogancia e ineptitud.
Enrique Peña Nieto ha decidido cambiar el primer día de su
administración una gran parte de la estructura del gobierno federal.
Esto, lo único que muestra es que Peña Nieto posee una buena
dosis de arrogancia. Es arrogante porqué la historia de las naciones y sus
gobiernos nos enseñan que mientras más estables sean sus estructuras mejor
desempeño pueden logran a corto y largo plazo. No se puede cambiar la
estructura de un gobierno sin antes haber probado y medido de primera mano y
afondo el funcionamiento de las estructuras actuales. Un cambio de estructuras
de dirección en una organización y menos en un gobierno, puede hacerse de
buenas a primeras, menos si se reconoce que la estructura anterior ha venido
funcionando. Un cambio de esta naturaleza tiene que hacerse con cautela y en
donde se sabe, por experiencias propias o estudiadas en otros modelos, que los
cambios estructurales que aquí se pretenden instalar darán con toda certeza
mejores resultados que los anteriores.
Cambiar por el simple hecho de querer parecer diferente, es
no solo arrogancia, sino también ineptitud.
Es ineptitud porque no se demuestra que los cambios ofrecidos resultarán
en una mejor eficiencia de la administración. No se nos dice con exactitud cómo
es que se hará más con menos. Por el contrario el presupuesto aprobado indica
que se gastará más y con una estructura mayor.
El reacomodo general, el traslado de funciones de una
secretaría a otra, el ajuste de presupuestos que por necesidad se tienen que
hacer y que son asignados por ley, hacen que la administración se vea
entorpecida y por consiguiente los resultados se retrasen. Un costo adicional
muy importante de tomar en cuenta.
Llegarán muy pronto sus primeros cien días de gobierno y los
resultados son magros. Que hace entonces Peña Nieto; Manipula cifras. Muestra
las cifras negativas de la administración anterior y esconde las suyas.
La nueva Secretaría de Gobernación, reestructurada y
aumentada en sus funciones, publica una cifra de desaparecidos de 27,523
personas. Todas ellas, hace énfasis, en el sexenio anterior del presidente
Calderón. Es una información premeditadamente engañosa y que a todas luces
pretende manipular a la opinión pública. Todos los medios de comunicación
replicaron la información sin siquiera cuestionar la más mínima inquietud
respecto a ella.
En primer lugar es una cifra que se venía informando año con
año, por lo que sorprende la sorpresa con la que la recibieron y replicaron los
medios informativos. Da que pensar sí éstos también están manipulados por el nuevo gobierno. Ahora bien la cifra no nos dice los rangos de
edades en que está integrada. Siendo que esta información es vital para
comprenderla.
Para dar una idea a que me estoy refiriendo, mencionaré que
en Estados Unidos solamente en el año 2012 hubo alrededor de 12,000 niños
desaparecidos, es decir personas que fluctuaron entre los 0 y los 18 años.
Estos se dan principalmente por el secuestro de infantes ejecutados por los
cónyuges y por el abandono del hogar de adolecentes orillados por diferentes
motivos: maltrato, hogares destrozados o disfuncionales etc. Por otra parte el
centro nacional de infantes desaparecidos en Estados Unidos informa que recibe
diariamente alrededor de 500 llamadas diarias informando la desaparición de un infante. Si estas cifras se transpolan a
un sexenio y se comparan con las mexicanas. Se verá claramente que, sin dejar
de ser un grave problema, no es ni con mucho diferente a lo que sucede en otros
países.
Es por esto que dar una cifra de 27,523 desaparecidos, sin
más, es de suyo mal intencionado y manipulador. No nos dicen cuantos infantes y
cuantos adultos incluye. No nos informan nombres y datos personales con el fin
de que la población ayude a encontrarlos.
No se nos explica si es una cifra total de denuncias, ni cuántos de
ellos han sido encontrados o si todos ellos permanecen desaparecidos.
Pero lo que es peor y que solo muestra una terrible desconsideración
para con las familias afectadas y que es una simple manipulación de la opinión
pública, es que no se informa junto con la cifra dada, cuantos han sido
encontrados por la nueva administración, es decir, que es lo que la nueva
administración está haciendo, ya, para recuperarlos. Solo se dice y se recalca
el hecho de que 147 son desapariciones forzadas, como queriendo hacer la
reducción del enfoque a solo estas por el hecho de que son atribuidas a las policías
y al ejército. Pero de nueva cuenta no detalla que cantidad corresponde a que policía
y qué cantidad al ejército. Y se anuncia con fanfarrias que se creará una
comisión para investigar estas últimas. Pero ¿Solo éstas? ¿Y qué pasa con el
resto? Con esto solo se pasa de una desconsideración a una verdadera afrenta
para los familiares del resto de los desaparecidos.
Es decir Enrique Peña Nieto ofrece una cifra para justificar que no ha
hecho nada.