Llámale Azar,
predestinación, destino o voluntad de Dios; déjame contarte*.
Tus
bisabuelos, Francisco y Elisa, ambos, nacieron en 1920, tres años después de
haber terminado la revolución mexicana, con la promulgación de la constitución
de 1917. Esto significa que a tus tatarabuelos les tocó vivir en plena juventud
la revolución. Pudo ser interesante conocer como la vivieron, pero por
desgracia no tengo ninguna información de ello.
Tus
tatarabuelos por parte de mi madre fueron Adolfo (de ahí mi nombre) y Longina,
originarios de Teuchitlán, Jalisco. Por parte de mi padre, tus tatarabuelos
fueron Justino y María del Rosario, originarios de San Martín de Hidalgo,
Jalisco.
Entre los
años 1926 y 1929 explotó la guerra cristera, que tenía su foco principal en el
Estado de Jalisco. Platicaba tu bisabuela Elisa que durante esa guerra llegaba el
ejército arrasando con todo en los pueblos y entre ese todo, los soldados se
robaban a las jovencitas. Tu tatarabuelo Adolfo, tomó sus precauciones y se
llevó a Guadalajara a sus dos hijas mayores, Trinidad y Carmen, que en ese
entonces debieron andar entre los 16 y 14 años. Fue el principio del éxodo, ya
que con el tiempo toda la familia terminó viviendo en Guadalajara.
Desconozco
la historia del porqué la familia de tu bisabuelo Francisco se fue a vivir a
Guadalajara, pero fue allí donde se conocieron tus bisabuelos Francisco y Elisa
y se casaron.
Tu bisabuelo Francisco Trabajaba en el Banco Industrial de Jalisco, en Guadalajara. Periódicamente un cliente, conocido como Sr. Palomera, visitaba el banco por razones obvias de negocios y tal vez por el trato personal le gustaba ser atendido por tu bisabuelo. El Sr. Palomera, no era residente de Guadalajara, él era un hombre de negocios de aquí de Mexicali. En una de aquellas visitas, el Sr. Palomera le propuso a tu bisabuelo Francisco trabajo en su empresa, Distribuidora del Pacífico, S.A.
Esto fue por
el año 1946. Si la ciudad de Mexicali fue fundada oficialmente en 1903, esta
ciudad apenas tenía 43 años de aparecer en el mapa.
Tu bisabuelo
aceptó el trabajo, y emigró con su familia a esta ciudad, que eran en ese
entonces; tu bisabuela Elisa y sus dos primeros hijos, tus tío-abuelos Socorro y
Francisco. Dos años después, en 1948, nací yo, tu abuelo.
Los padres
de tu abuela Cande emigraron de Sonora, pero esa historia te la tendrá que
contar ella.
Tu abuela
Cande y yo pertenecíamos a una asociación relacionada con la religión católica,
denominada Acción Católica Mexicana. Esta asociación nació en 1929 para reunir
a los católicos después del concordato entre la Iglesia y el Estado que puso
fin a la guerra cristera. Fue allí donde nos conocimos tu abuela y yo. Tu madre
fue nuestra segunda hija, el resto de la historia ya la conoces, y algún día
también se la contarás a tus hijos y nietos.
Una guerra
cristera, un asunto de negocios, una migración a tierras por conocer, una asociación
católica resultado de un concordato, a su vez, resultado de aquella guerra,
forjaron esa parte de la historia, que también es la tuya.
*Relato contado a mi nieta, Itzel Alejandra, hace cuatro años para una tarea escolar.
Adolfo Camacho Gómez.