Llega a su fin un año que para México, para el México del
pueblo, para el México de los pequeños empresarios, para el México del 65% de
los asalariados que perciben menos de 7500 pesos mensuales, para el México del
periodismo -11 asesinados-, para el México de un gran número de estudiantes que
terminan sus carreras sin la posibilidad de encontrar un trabajo, para el
México de las amas de casa que sufren el aumento imparable de precios de los
artículos de primera necesidad, para el México que cotidianamente sufre el
flagelo de la inseguridad, para ese México el año que termina fue un año
terrible.
El año que termina
será conocido como el año en que la corrupción de los gobernantes mexicanos
afloró en forma descarada, muchos denunciados pero poquísimos castigados. El
vergonzoso caso de la “casa blanca” del presidente Enrique Peña Nieto (Una casa
con valor de varios millones de dólares imposible de justificar ni con sus
ingresos de toda su vida laboral, pero además adquirida a una empresa
constructora que fue beneficiada con jugosos contratos durante su mandato como
gobernador del Estado de México y que sigue siendo beneficiada, ahora, con
contratos suscritos con la administración del presidente Peña Nieto. Más
bochornosa fue la explicación que se armó para explicar lo inexplicable,
argumentando que la “casa blanca” no fue comprada por él sino por su esposa, ex
actriz de TELEVISA) fue como el
banderazo de salida para que gobernadores, presidentes municipales y
funcionarios de alto nivel se sirvieran con la cuchara grande. Dilapidaron los
dineros de los erarios públicos, pero no satisfechos con eso, suscribieron
deudas estratosféricas para saciar su avariciosa rapiña.
Habiendo terminado la bonanza de los altos precios del
petróleo, la administración del presidente Enrique Peña Nieto, en lugar de
reducir el gasto gubernamental optó por el aumento de impuestos, el aumento de
los precios de las gasolinas y la energía eléctrica que son monopolio del
estado, y pedir dinero prestado. El endeudamiento del gobierno federal ya
rebasó el 50% del Producto Interno Bruto, lo cual provocó que las calificadoras
financieras internacionales bajaran la calificación de la deuda mexicana, que a
su vez provocó la devaluación del peso, desembocando todo eso inevitablemente
en un aumento de los precios al consumidor.
En este México de los absurdos, los gobernantes nos dan
explicaciones inverosímiles, como lo relativo a la devaluación de nuestra
moneda, diciendo que; devaluar el peso mexicano no es un perjuicio sino un gran
beneficio, porque los productos mexicanos se vuelven más baratos y se
exportarán más, pero no se dice nada en cuanto a que los insumos para la
producción de esos productos en su mayoría son importados y pagados en dólares lo
cual nulifica toda ventaja. Es tan ridícula esta explicación que hasta el más
indigente intelecto diría; Si nos beneficia tanto devaluar el peso, por qué
entonces en lugar de devaluarlo el 60% no lo devalúan al 100% o al 200%.
Pero las explicaciones absurdas no dejan de fluir. México es
un gran productor de petróleo uno de los más importantes del mundo con grandes
reservas. En 1938 se expropiaron las
petroleras estadounidenses bajo la promesa de que la riqueza que el petróleo
producía se quedara en México y beneficiara a todos los mexicanos. Bueno, pues
a casi 79 años de distancia México importa de Estados Unidos el 65% de las
gasolinas, porque, nos dicen nuestros gobernantes, que refinar el petróleo para
producir gasolinas en México resulta más caro que importar las gasolinas
refinadas en Estados Unidos. ¡Vaya estupidez! 79 años no fueron suficientes. Tema relacionado; La Expropiación Petrolera
Iniciamos 2017 con un aumento desproporcionado en las
gasolinas y el diesel, bajo el supuesto de igualar los precios locales a los
precios internacionales, la más barata costará 16.17 pesos, pero no promete ser
un aumento definitivo por que se nos dice que el precio fluctuará de a cuerdo
al estándar internacional, en otras palabras, prepárense por que vienen más.
Esto parece razonable, alinear los precios locales a los
precios internacionales. Pero lo pernicioso está en que los salarios en México
no están alineados, ni mucho menos, con los salarios internacionales. Solo por
hacer una comparación con nuestro vecino del norte, Estados Unidos, su salario
mínimo es de 210 pesos la hora, en México el salario mínimo es de 10 pesos por
hora. (Tipo de cambio 21 pesos mexicanos por 1 dólar estadounidense)
Pero aún el susodicho de ‘alineación de precios
internacionales’ esconde una mentira. Teniendo como referente nuestro vecino
más cercano, Estados Unidos, y para este caso, la ciudad de Calexico,
California, el precio de la gasolina más barata al día de hoy es de 2.41 dólares el
galón=0.637 dólares el litro, considerando el tipo de cambio antes citado,
tenemos que el litro de gasolina en Estados Unidos cuesta 13.37 pesos, en
Mexicali, Baja California el precio de la gasolina Magna, la más barata cuesta a partir del 1 de enero de 2017
16.17 pesos. ¡Insensatos y mentirosos!
Verificador de precios de la Gasolina en cualquier ciudad de EEUU
Verificador de precios de la Gasolina en cualquier ciudad de EEUU
Espero que el pesimismo no invada nuestro ánimo y que con
gran optimismo provoquemos que todo sea mejor.
FELIZ AÑO 2017.
Adolfo Camacho Gómez