El placer más grande que hay en el mundo
es gastar el dinero ajeno como si fuera propio.
De pronto nos enteramos que el director del Instituto
Nacional Electoral (INE), supongo que confabulado con todos los consejeros
‘ciudadanos’, decidieron la construcción de una obra monumental que incluye
como elementos principales dos torres de 14 pisos cada una, con un costo estimado
inicial de 1,400 millones de pesos. Insisto en decir inicial porque es bien
conocido como, por lo general, nuestros políticos nos dicen una cifra inicial
para una obra que termina siendo dos, tres o cuatro veces más costosa. (La
nueva sede del senado, la línea doce del metro, la estela de luz, entre otros,
pero la lista es infinita).
La obra es onerosa, es faraónica, es innecesaria, es poco
transparente y es mentira qué represente ahorros importantes. Por lo pronto ya se gastaron 54 millones de pesos en proyectos.
Gimnasio, ciclo pista, spa, pista para hacking, canchas de básquet bol y fútbol rápido, jardines, huerto
de árboles frutales y otras facilidades totalmente fuera de la honesta medianía
juarista, la califican como una
obra faraónica.
Gastar mil cuatrocientos millones de pesos no solo es
oneroso sino también insultante para la ciudadanía. Basta mencionar que el
presidente Enrique Peña Nieto acaba de informar que se emitirían bonos
educativos para no solo mejorar, sino en muchos casos construir escuelas que
faltan para niños que actualmente reciben clases debajo de un árbol o en
tejabanes, sin agua y servicios sanitarios elementales. Se emitirán estos bonos
porque, según dice el presidente, al gobierno no le sobra ni un solo peso del
presupuesto para poder hacerlo. ¿Es justo entonces que se gasten 1,400 millones
de pesos en un complejo de edificios que a todas luces no es necesario?
Uno de los argumentos que esgrime el director del INE,
Lorenzo Córdova, para la construcción de
la obra y que la hace, según él, absolutamente necesaria, es el aumento de personal desde su creación 1991 hasta la fecha.
Es evidente que el Sr. Córdova jamás ha
trabajado en la iniciativa privada.
Porque cuando un ejecutivo en la iniciativa
privada esgrime que es necesaria la
construcción de un edificio por el aumento de personal, lo primero que se le
objetará es si ese aumento de personal es necesario, y la razón es muy
sencilla, la construcción o adquisición de un inmueble por necesidad requerirá
la contratación de más personal para su mantenimiento, en este caso
inevitablemente aumentará la burocracia.
Todo el proceso ha sido poco discutido públicamente, si
no, ¿Porque los ciudadanos — quienes somos en última instancia quienes pagaremos
la suntuosa obra—nos enteramos, solo, cuando la construcción está a punto de
iniciar? Nuevamente la razón es sencilla. El Sr. Córdova y sus confabulados no querían que la ciudadanía se
enterara, porque sabían que sin duda su proyecto sería rechazado. Todo se hizo sigilosamente con la complicidad de todos los consejeros, que de ciudadanos no
tienen nada.
El Sr. Córdova dice que solo solicitará 769 millones de pesos porque ya tiene 719 millones para el proyecto. La pregunta es inevitable ¿De dónde salieron los 719 millones? Se puede argumentar que ahorraron ese dinero, lo que significa que han estado presentando presupuestos inflados. Si es delito o no presentar presupuestos inflados, no lo sé, pero cuando menos es inmoral. Pero lo que es más importante, anula uno de los argumentos claves del motivo de la construcción de semejante obra, me refiero a su dicho en el sentido de que la construcción de “las torres de Córdova” —como ya es popularmente conocida la mencionada obra—ahorrará 80 millones de pesos en rentas anuales, es decir en un año ahorró del presupuesto de operación lo que pretende ahorrar en casi nueve años de rentas. Ahora bien, el ahorro en rentas es muy relativo porqué habrá gastos nuevos de mantenimiento, que no serán menores, solo basta echar un vistazo a lo que ha crecido el presupuesto del senado con motivo de su, también, faraónico nuevo edificio.
El Sr. Córdova dice que solo solicitará 769 millones de pesos porque ya tiene 719 millones para el proyecto. La pregunta es inevitable ¿De dónde salieron los 719 millones? Se puede argumentar que ahorraron ese dinero, lo que significa que han estado presentando presupuestos inflados. Si es delito o no presentar presupuestos inflados, no lo sé, pero cuando menos es inmoral. Pero lo que es más importante, anula uno de los argumentos claves del motivo de la construcción de semejante obra, me refiero a su dicho en el sentido de que la construcción de “las torres de Córdova” —como ya es popularmente conocida la mencionada obra—ahorrará 80 millones de pesos en rentas anuales, es decir en un año ahorró del presupuesto de operación lo que pretende ahorrar en casi nueve años de rentas. Ahora bien, el ahorro en rentas es muy relativo porqué habrá gastos nuevos de mantenimiento, que no serán menores, solo basta echar un vistazo a lo que ha crecido el presupuesto del senado con motivo de su, también, faraónico nuevo edificio.
Pero hay otro aspecto en relación a las rentas pagadas. Cuántas
veces hemos visto que el gobierno paga rentas por arriba del mercado
favoreciendo a familiares o amigos o descaradamente obteniendo, por corruptelas,
beneficios personales en los contratos de arrendamiento. No puedo decir que
este sea el caso y quiero pensar que no hay nada escondido en ello. Pero
hablando de rentas, si se pretende ahorrar en ese rubro, siempre se puede optar
por arrendamientos menores, las empresas lo hacen a diario. Por otra parte, con
la tecnología actual se pueden descentralizar las operaciones sin ningún
menoscabo de su eficiencia, inclusive, trasladar parte de la operación a ciudades
más baratas ¿Porqué insistir, en el siglo XXI, en centralizar todo como en un palacio medieval con su reyezuelo en
centro rodeado de cientos de súbditos?
A lo largo del tiempo cada vez se han ido creando más
instituciones autónomas con presupuestos autónomos, como es el caso del INE,
cuyos titulares disponen de recursos escandalosamente absurdos por su cuantía y que resuelven sobre ellos como si fueran de su propiedad sin ningún recato. No
toman en cuenta que el dinero que reciben no es de ellos, es del pueblo, que se
los entrega para que lo utilicen con frugalidad y la más honesta
corrección. No les interesa saber que
cada peso que reciben es el producto del arduo trabajo de millones de obreros,
empleados y empresarios, a quienes se les ha quitado y jamás disfrutarán de
ello.
Pero eso al Sr. Córdova y sus consejeros
no les importa, ellos gozan del placer más grande que hay en el mundo. Gastar
el dinero ajeno como si fuera propio.
@AdolkaGomez
@AdolkaGomez
Adolfo Camacho Gómez