Mexicali, B. C.

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sábado, 4 de julio de 2015

COMO GANAR UNA ELECCIÓN

Las elecciones intermedias han pasado.  A escasas tres semanas para la población en general es cosa juzgada. Menos de la mitad de los votantes registrados ejercieron su derecho a votar.

Que poco más de la mitad no hayan ejercido su derecho a votar me deja muy claro que para ellos, en su vida cotidiana, no significa ningún cambio hacerlo. Significa que en su forma de pensar o de entender la forma de hacer política de nuestro país su voto no cuenta o cuenta muy poco, tan poco que no vale la pena molestarse lo suficiente para dejar de hace sus cosas personales, por baladíes que éstas puedan ser, para ejercerlo. 
Pero también me deja la impresión, y esto es sumamente grave, que se conformen con el estado de cosas que existe en su entorno, en su vida cotidiana. Un conformismo que implica que aunque no les guste, les inquiete o inclusive les atemorice sienten que nada pueden hacer para cambiarlo.

Después de tres semanas solo los políticos cuestionan los resultados de las elecciones seguidos de un puñado de sus fieles seguidores.

Por otra parte, dicen los estudiosos de las contiendas electorales y lo demuestran o tratan de demostrar con intrincadas formulas matemáticas, que una participación copiosa inclusive hasta del cien por ciento no cambiaría el resultado de una elección, que las votaciones aunque sean menguantes son  una especie de representación de la ciudadanía en general, es más, que mientras más gente vote más se favorece a los partidos más fuertes.

Esta última tesis puede tener sentido para algunos, solo si no consideramos los antecedentes perniciosos que antecedieron a esta elección.

El presidente Enrique Peña Nieto, a pesar de sus famosas reformas, veía como su popularidad venía cayendo mes a mes hasta niveles nunca vistos ni en el peor momento del ex-presiente Felipe Calderón Hinojosa. Pero para el presidente Peña era indispensable, prácticamente de vida o muerte, ganar la mayoría parlamentaria porqué en la nueva Cámara de Diputados será donde se aprueben las leyes secundarias de sus reformas, es decir toda la reglamentación con las que en realidad empezarán a funcionar las multimencionadas reformas, pero también una mayoría que le permita hacer y deshacer en su beneficio durante la segunda mitad de su periodo. 

Las Diputaciones en las elecciones intermedias, entonces, debían ser ganadas a como diera lugar por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), su partido.

Con muchos, muchísimos meses de anticipación a las elecciones del pasado 7 de junio de 2015 se armó la maquinaria con lo que lo lograrían.

El rompimiento de Enrique Peña Nieto con la profesora Elba Esther Gordillo, ex-líder del Sindicado Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que agrupa a algo más de 2 millones de docente y que considerando a sus familias y simpatizantes podrían significar de 8 a 10 millones de votos perdidos, lo orilló a buscar otro aliado.

Buscó y encontró un aliado ad hoc, un partido tan corrupto como el propio PRI, un partido esquirol, el Partido Verde Ecologista de México, más bien conocido como El Verde.

El verde hizo todo lo que exactamente se esperaba de un partido esquirol y corrupto. Desde muchos meses antes del inicio de las campañas políticas empezó a gastar cantidades ingentes en promoción y propaganda de todo tipo, cantidad de dinero claramente muy superior a las asignaciones a que tenía derecho como partido político.  Propaganda que en muchos casos era francamente mentirosa. Compra de voluntades a través del regalo de todo tipo de artículos de uso y mantenimiento del hogar, despensas alimentarias y mochilas con artículos escolares.  La cereza del pastel fue la tarjeta “Premia Platino del Verde”.

Por supuesto, todos los partidos con excepción del PRI, su socio, interpusieron recursos de queja ante el Instituto Nacional Electoral (INE). El INE impuso multas y prohibiciones al Verde, pero éste, fiel a su vocación de partido esquirol y corrupto, hizo caso omiso de todas las sanciones, continuó gastando dinero como si no tuviera fondo su bolsillo. La debilidad del INE para hacer que el Verde actuara dentro de la ley fue entendida por la opinión pública como franca complicidad ya que algunas de sus flagrantes contravenciones, según la opinión de algunos especialistas, implicaban la cancelación fulminante de su registro como partido político.

La culminación de la desfachatez de los incumplimientos de la ley fue la entrega de las tarjetas de descuento “Premia Platino” del Verde, la cual implicaba obtener descuentos en diversos establecimientos comerciales, los cuales serían cobrados por dichos establecimientos al Partido Verde, en otras palabras regalar dinero contante y sonante a la gente. Este procedimiento era nada más y nada menos que la compra descarada de voluntades. Fue impugnada de inmediato por los partidos contrarios, con excepción de su socio el PRI. El INE nuevamente se vio poco contundente en su sanción, lo que permitió al Verde caer en contumacia, expidiendo volantes para informar a los cientos de miles de poseedores de la tarjeta que podrían hacerla efectiva en fecha posterior a las elecciones, es decir no solo no canceló la operación de la tarjeta sino que reafirmo su objetivo, la compra de voluntades.
http://mexico.cnn.com/adnpolitico/2015/03/12/las-tarjetas-del-partido-verde-una-doble-violacion-a-la-ley

Pero la fechoría de las fechorías del Verde fue la contratación de artistas y personalidades para que precisamente el día de la elección tuitearan incitando a votar por ese partido, día en que está estrictamente prohibido hacer publicidad o cualquier tipo de promoción partidista. 

Fue una maniobra clásica de un partido esquirol, grosera en cuanto ofende diciendo que fue una acción que de mutuo propio hicieron los artistas y personalidades. No fue difícil se descubriera que esta maniobra fue contratada con semanas de anticipación. ¿De dónde fluyeron las multimillonarias cantidades de dinero? No puedo afirmarlo, pero el silencio cómplice de su socio el PRI el partido del presidente Enrique Peña nieto ante tanta fechoría da una línea muy directa.

La maquinaria gubernamental del presidente Peña operó a todo vapor y en todos los ángulos posibles.

El cuantioso presupuesto de comunicación social como se le ha dado en llamar para hacer menos ofensivo el gasto en publicidad, se derramó sin discreción sobre muchos medios de comunicación y comunicadores, quienes ansiosos por obtener parte del botín se desvivieron en loas y adulaciones al presidente y su gestión, haciendo de magros logros extraordinarias proezas y silenciando por otro lado todo lo negro y corrupto. La publicidad gubernamental que debiera ser puramente informativa se convirtió en descarada propaganda. Todo el dinero que las televisoras dejaron de ingresar por la prohibición a los partidos de contratar publicidad directa, lo recibieron ahora, precisamente de la Oficina Presidencial y todas sus dependencias.

La Señora Rosario Robles al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) fue quien Peña Nieto necesitaba para comprar la voluntad de los más pobres. La Señora Rosario Robles fue bien conocida por estar ligada sentimentalmente al Sr. Carlos Ahumada, tristemente famoso por dar a conocer videos en donde se le ve entregando fajos de billetes a personajes ligados al gobierno del Distrito Federal para obtener jugosos contratos. Por supuesto la Señora Robles muy compungida dijo que no sabía nada de lo que el Sr. Ahumada hacia, lo cual no solo es ingenuo sino que tratar de negarlo se aprecia hasta impúdico. Dos personajes unidos por un origen de corrupción.

Pues bien, esta señora fue la designada para iniciar algo llamado guerra contra el hambre.  Un programa que puede ser tan etéreo como concreto, tan amplio como restrictivo. ¿Cómo buscar, localizar y determinar quien vive con hambre? ¿Hasta dónde y cómo una institución puede decidir quién debe ser calificado como sujeto de insuficiente alimentación para decidir que vive hambriento? Por supuesto nadie en este país debe padecer hambre, pero ¿Cómo implementar un programa de esta naturaleza para que cumpla verdaderamente su objetivo? es el meollo del asunto. Pero no únicamente que alimente al hambriento de día en día, sino que implemente lo necesario para que aquel individuo deje de tener la necesidad de recurrir a la asistencia pública para saciar su hambre.

Hay países donde se establecen comedores públicos donde cualquier persona puede acceder a ellos. Hay otros como Estados Unidos que otorga timbres canjeables por alimentos en cualquier supermercado. La particularidad de estos programas auspiciados por los gobiernos es que son asépticos, es decir, no tienen tendencias partidistas ni son manejados como propaganda gubernamental.

¿Qué pasó con la Señora Rosario Robles? Demasiado pronto fue acusada de utilizar el cuantioso presupuesto para favorecer al partido en el poder, el PRI. Debo decir que SEDESOL es una dependencia que maneja recursos incalculables y muchos de ellos discrecionales para desarrollar infinidad de programas enfocados a los más pobres. Entonces, al respecto, el presidente Peña Nieto en difusión nacional expresó su nefasta frase “No te preocupes Rosario” expresando, queriendo o no, su pensamiento más íntimo, que nos reveló su verdadera intensión. ¿Qué nos dijo Peña Nieto con esa expresión? Claramente le dijo a toda la nación con toda la prepotencia de la que  los gobernantes PRIistas siempre han hecho alarde, que la Señora Robles continuaría utilizando el presupuesto gubernamental destinado a los más desprotegidos con fines de promoción y compra de voluntades como venía haciéndolo y por supuesto siguió haciéndolo, pero con una salvedad, lo haría totalmente fuera de los reflectores, pareció que la Señora Robles habría desaparecido, pero no, el trabajo se hizo a cabalidad, para Peña Nieto era de importancia vital que la estrategia de compra de voluntades se hiciera con todo sigilo a través de SEDESOL, la red más extensa que tiene el gobierno a su disposición para llegar a la población más vulnerable. http://www.proceso.com.mx/?p=396327

Con anterioridad mencione que el presupuesto de la presidencia y de las dependencias gubernamentales para la mal llamada comunicación social, que debería ser utilizado simplemente para informar, es descaradamente utilizado como propaganda política. Es propaganda desde que se utiliza un logo y un slogan y estos logo y eslogan se utilizan como marca comercial en todos los programas sociales.

Un experto te dirá que un logo y un slogan suficientemente mencionados te darán recordación y fidelidad a una marca. Si esa marca la asocias a un partido político volcarás la fidelidad en él. En esas condiciones el experto te dirá que por cada sujeto beneficiado con alguno de tantos programas sociales personalizados y perfectamente enganchados a la marca y al partido pronostican entre 3 y 5 votos a su favor por cada sujeto, es decir millones. Todo es tan sencillo como contundente. Por eso es que a Rosario Robles y a Peña Nieto no les importa terminar con el hambre en sí, sino cuantos millones son sujetos del beneficio, así es que no nos sorprende que la pobreza extrema no disminuya, pero sus informes se precian de decirnos cuantos millones más han sido incluidos en sus programas, es decir los votos se multiplican por millones. 

Desde el sexenio anterior se estableció el llamado apagón analógico, es decir, la señal de televisión analógica cambiaría a señal digital.

En muchos países lo han hecho y lo seguirán haciendo ya que es un salto tecnológico inevitable. En Estados Unidos, recuerdo por ejemplo, se pusieron a la venta pequeños aparatos con un costo de alrededor de 20 dólares, muy sencillos de instalar a las televisiones analógicas. Aun no existían las televisiones digitales. Pero la señal analógica no se suspendió, de hecho se eliminó hasta hace pocos años. Es decir la transmisión digital se ofreció como un avance tecnológico por el cual podría optar el consumidor. Inicialmente se empezaron a vender televisiones con el convertidor digital integrado hasta que llegaron al mercado las totalmente digitales. Pero eso fue en Estados Unidos. 

Pero aquí en México las cosas no se hacen como en el primer mundo, tenemos que ser mejores, ¡No faltaba más!

¿Que se pueden mandar las dos señales, analógica y digital? Por supuesto que se puede. Lo hace la radio con señal am y FM. ¿Qué es más complicado? Por supuesto que lo es, pero para eso está el gobierno, para obligar que los grandes consorcios televisivos den el mejor servicio y el más adecuado a la población.

Se podrían haber puesto a la venta los pequeños y sencillos aparatos convertidores de señal y que poco a poco la población fuera haciendo el cambio de tecnología. Se podría haber establecido un mecanismo de reembolso del costo del pequeño convertidor en la compra de una nueva televisión digital. Se podrían inclusive haber obsequiado los aparatos convertidores de señal a los más pobres. Esas y muchas otras opciones que usted puede imaginar se pudieron haber hecho.

Pero no en México, en México hay que sacarle provecho político. Un pequeño aparatito escondido atrás de la televisión no tiene ninguna posibilidad de ser aprovechado políticamente. Entonces apareció la gran idea ¡Regalar Pantallas Planas! Eso sí sería impactante pero por sobre todo ganaría muchos votos. Así fue que la gran idea se puso en práctica y se inició el obsequió de millones de pantallas planas digitales, eso sí, con el logo bien visible de la propaganda gubernamental “Mover a México” imposible pues ocultar el objetivo. Hacer el reparto durante el año electoral y precisamente en el periodo oficial de campañas proselitistas tuvo el claro objetivo de ganar votos para el PRI el partido del presidente. Muy bien cuantificados estaban los votos que se ganarían por cada televisión entregada.


Claro que todo esto siempre tiene segundas intenciones, las del provecho personal, la corrupción, como si lo anterior no lo fuera. Nunca se nos ha informado y lo más probable es que nunca lo hagan, ¿Cómo se adquirieron los millones de televisores que se han regalado? ¿Cuándo y cómo se hizo la licitación pública para su adquisición? Hay cientos de millones de pesos bailando por ahí en los bolsillos de algunos cuantos.

Aquí jugó importante papel el partido esquirol, El Verde, con sus excesos, sus pleitos y sus descarados retos a la autoridad, mantuvo entretenidos a los analistas políticos, ocupando grandes espacios en los noticieros y desviando la atención de la opinión pública en general, mientras se hacía la labor de zapa.

Por supuesto las contumaces tropelías que son comunes al PRI no quedaron fuera, claro que también se hizo el acarreo de gente a las casillas el día de la elección  para la compra directa del voto mediante una comida, una despensa, un saco de cemento o descaradamente con el pago de 600 pesos por cada voto. http://www.insurgentepress.com.mx/autoriza-cesar-camacho-a-pri-comprar-votos-y-entregar-despensas/
  
Así fue, tan simple tan sencillo, como el PRI ganó para Enrique Peña Nieto la mayoría de la Cámara de Diputados. Por supuesto, es solo una opinión.


Adolfo Camacho Gómez