Mexicali, B. C.

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Mexicali, B. C. México

lunes, 23 de junio de 2014

PUTO...SER O NO SER


Es tan atrayente  la polémica sobre ésta palabra, ahora mundialmente conocida, gracias al vernáculo expresionismo del mexicano, pero también a las motivaciones que provoca el fútbol en todos sus aficionados alrededor del mundo. Que no pude sustraerme de emitir mi opinión.

Aunque suene reiterativo debo remarcar que es tan solo una opinión. No es ni lo que deber ser o lo que no debe ser, ni mucho menos la verdad revelada. Es tan solo una simple opinión.

Para empezar quiero afirmar y dejar bien claro que estoy de acuerdo con todos aquellos que opinan que esta palabra debería tratar de evitarse como expresión colectiva cuando el portero del equipo contrario a nuestras preferencias despeja la pelota. Pero como sé que esto va hacer imposible creo que lo mejor es aceptarlo con la mayor tranquilidad.

Dicho lo anterior, quiero disentir con aquellos que han llevado esta polémica al extremo de calificar a la palabra y a quienes la expresan al calor del partido de fútbol de racistas u homofóbicos.

Me explico. En la cotidianeidad del ejercicio de la comunicación entre mexicanos la palabra puto tiene una infinidad de acepciones y no únicamente para calificar a una persona homosexual.

Si bien no podemos decir que son un sinónimo de ella, si podemos afirmar que es utilizada para dar a entender conceptos como; débil, blandengue, incapaz de tomar decisiones, pusilánime, falta de valor, que traiciona, que no se atreve a enfrentar a jefes o superiores. Así mismo en su acepción superlativa—putazo— damos a entender; golpe fuerte, choque, encontronazo, caída estrepitosa. Pero también si se le acompaña de la palabra madre—puta madre— damos a entender expresiones de; asombro, hastío, dolor, admiración, alegría, y así podríamos seguir al infinito.

Entonces pues, mi opinión es que querer reducir la expresión futbolera a una única acepción es no querer comprender la utilización del lenguaje cotidiano de los mexicanos.

No digo que es bueno, ni educado, más bien creo que los mexicanos tenemos mucho por corregir, pero mientras tanto, tenemos que aceptar que en nuestro trato diario utilizamos palabras con las cuales agredimos o faltamos al respeto y viceversa sin siquiera ser conscientes de ello; güey, pinche, pendejo, entre muchas otras.  

Entonces el grito de Puto en el fútbol, en mi opinión, repito, no es más que otra de muchas que se expresan dentro del  estadio durante un partido como una descarga de la tensión acumulada.  Para ejemplificar un poco traigo a colación la expresión “Vendido” que el estadio completo le grita al árbitro cuando se equivoca y no por ello el aludido debe sentirse ofendido o estigmatizado.

Estimo que la expresión llegó para quedarse, cuando menos, por un buen tiempo y hasta es posible que los mexicanos hayamos aportado, sin quererlo, algo al folklor futbolero mundial.