Mexicali, B. C.

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Mexicali, B. C. México

sábado, 25 de octubre de 2014

EL INJUSTO IMPUESTO AL VALOR AGREGADO.




Cruce fronterizo Tijuana, B.C.
Lo dije en su momento y ahora lo repito con la justificación de los resultados. “No era injusto que la frontera tuviera un Impuesto al Valor Agregado (IVA) cinco puntos porcentuales inferior al resto de la república, lo injusto era que el resto de la república tuviera una carga del 16%”.

En los Estados Unidos el impuesto sobre ventas es privilegio soberano de cada estado y cada uno de ellos pondera muy diferentes factores para fijarlo. El estado que aplica el porcentaje más alto es Tennessee con 9.45% y el estado con la tasa más baja es Alaska con 1.69%, pero también los hay que no cobran nada como Ontario, Montana, New Hampshire y Delaware.
http://taxfoundation.org/article/state-and-local-sales-tax-rates-2014

Como puede apreciarse fácilmente,  la diferencia con los estados fronterizos de Estados Unidos es de hasta 7.5 puntos porcentuales.
Muchos se preguntarán ¿Pero qué importa que en los estados fronterizos de Estados Unidos tengan un impuesto sobre ventas inferior al impuesto al valor agregado en México?
La respuesta no es sencilla, pero hay situaciones fáciles de comprender. En la frontera con Estados Unidos cruzan diariamente millones de personas. Tanto los que ingresan a México como los que van a Estados Unidos son consumidores potenciales. Si los precios en la frontera mexicana suben los visitantes dejan de adquirir productos en México y los mexicanos que cruzan a Estados Unidos procuran comprar los productos americanos más baratos. El resultado es que la industria y el comercio en la frontera mexicana pierden de todas formas. Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo durante todo 2014 y las consecuencias son inmediatas; Las empresas más pequeñas, más vulnerables, son las primeras que cierran, el desempleo aumenta, los salarios se estancan o inclusive bajan, la inseguridad aumenta y esto hace que más empresas cierren, en un círculo perverso.
Aún queda la pregunta ¿Porqué el 16% de IVA para el resto de la república es injusto? 
En principio es injusto porque es un impuesto que grava los ingresos que ya fueron sujetos del Impuesto sobre la Renta (ISR).  Es decir, por cada  $100 pesos que gana una persona, el gobierno le quita inmediatamente $35 pesos por concepto de ISR, pero no contento con eso, al momento de querer gastar los$ 65 pesos que le quedaron el gobierno le quita otros $10.40 pesos por concepto de IVA, por lo que de los $100 pesos ganados originalmente solo podrá disponer para su subsistencia de $54.60 pesos. Todo esto sin considerar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IESPS) que grava en forma adicional ciertos productos y servicios como; Gas, gasolina, teléfono, licores, cerveza, cigarros, bebidas azucaradas y comida chatarra. Y sin considerar tampoco el resto de impuestos municipales y estatales como; Prediales, revalidación de placas y tenencias de automóviles, etc.
Es verdad que el impuesto sobre ventas o el impuesto al valor agregado  han sido adoptados por muchos gobiernos en todo el mundo. Y esto se debe a que es un impuesto confiscatorio, porque reduce el poder adquisitivo de las personas cuyos ingresos ya han sido gravados por el impuesto sobre la rentas, es decir ninguna persona que gaste —y todos gastamos— se libra de pagarlo, y sobre todo porque  es relativamente fácil de recaudar por las autoridades.  Para lograr un equilibrio razonable y justo  algunos países establecen un balance entre el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado. En otros países, sobre todo los de Europa Occidental, los ciudadanos ven que sus impuestos son manejados con gran honestidad y además cuentan con sistemas de justicia y servicios sociales de alta calidad. Todo lo que en México no sucede.   
El gobierno mexicano, pretendiendo ser benevolente, dice que a los asalariados les cobrará menos impuesto sobre la renta y que incluso no cobrará nada a los de más bajos salarios. Pero es una mentira, ya que únicamente se refiere al ISR, todos los asalariados, sean del nivel que sean, tendrán que descontar de su ingreso el 16% del Impuesto al Valor Agregado  cuando compren un cuaderno, un lápiz, unos zapatos o un uniforme escolar, en fin cualquier cosa excepto alimentos y verduras no procesados y medicinas.  Pero si se atreve hacer una fiestecita y desea comprar refrescos, cerveza y botanas tendrá que pagar en forma adicional el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios, mismo que también tendrá que pagar si se atreve a usar un teléfono o si tiene un carrito tendrá que pagar IESPS sobre la gasolina que compre, también tendrá que pagar IESPS sobre la energía eléctrica y el gas que consuma en su casa.  
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informaba a principios de 2014 que 6.7 millones de trabajadores percibían salario mínimo es decir $2,045.50 pesos mensuales. Siendo realistas  estos 6.7 millones de personas, aunque no paguen ISR , solo dispondrán de entre $1,500.00 y $1,700.00 pesos netos para la subsistencia de su familia. Una situación similar afecta a las personas que reciben una pensión.
Sin dificultad se puede apreciar que el IVA es un impuesto injusto y confiscatorio que disminuye sensiblemente el poder adquisitivo de los ciudadanos, afectando con mayor virulencia a los más pobres.
Volviendo al impuesto sobre ventas en los Estados Unidos, debo señalar que no es un impuesto en cascada, ya que únicamente se aplica al último consumidor o como ellos le denominan  impuesto sobre “ventas al detalle”. Por otra parte como este impuesto es fijado por cada estado es muy flexible. Se da el caso, por ejemplo, que en casi todos los estados suspenden su cobro en épocas de regreso a clases y en algunos otros lo hacen en época navideña y de fin de año. También es el caso que todos los alimentos, procesados o no, y medicamentos están exentos de su pago, con excepción de lo que ellos llaman “comida caliente”. 
Esta libertad que tiene cada estado en los Estados Unidos para fijar su propio impuesto sobre las ventas reconoce un hecho primordial, y es que cada estado tiene circunstancias económicas y sociales muy diferentes.  Es notable que en esa competencia por mejorar la economía particular de cada estado ninguno se atreva a rebasar el 10% de impuestos sobre las ventas, que parece ser, cuando menos por ahora, una barrera infranqueable.
Estas diferencias, muy reales, que existen entre todos los estados de la República Mexicana no son consideradas para efecto de la aplicación del IVA. Hay estados que por su pobreza, por su bajísimo producto interno bruto, por su nulo empleo o por ser grandes expulsores de migrantes a los Estados Unidos, debieran tener un IVA diferenciado.  Es el caso también de los estados fronterizos, donde la fuga de consumidores es evidente.
En un México, donde la justicia es deficiente y corrupta, donde los servicios de salud son deplorables, donde la inseguridad es una espada de Damocles para todos los ciudadanos, donde los dineros de nuestros impuestos se derrochan indecentemente,  un IVA del 16% no solo es injusto, es inmoral.

Adolfo Camacho Gómez