Mexicali, B. C.

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martes, 25 de marzo de 2014

VENEZUELA. EL PUEBLO SE JUEGA SU ULTIMA CARTA.


Es difícil saber lo que pasa actualmente en Venezuela. Pero trataré de entenderlo. Para empezar muy pocos somos conscientes que oficialmente ese país, en 1999, cambió de nombre de República de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela, en alusión al prócer libertador Simón Bolívar, pero que en los hechos han traicionado todos los ideales que enarbolaba, como veremos enseguida. Este cambio se realizó mediante un referendo que incluía la promulgación de una nueva constitución. Los más conocedores de lo que sucede en ese país nos dicen que ese cambio implicó la concentración del poder en el otrora presidente Hugo Chávez, quien con ese poder continuó adecuando las leyes para convertirse en un virtual dictador, nulificando totalmente al poder legislativo y al poder judicial. Desde entonces Hugo Chávez y ahora su sucesor Nicolás Maduro son los que, en forma personalísima, deciden sobre la vida y hacienda de los Venezolanos.
Las intensiones de Hugo Chávez nunca fueron un misterio. Su ideal de nación era instalar en Venezuela una copia del  otrora régimen comunista y por supuesto totalitarista de la Unión Soviética y su símil más cercano, Cuba. Para convertirse, no en un Bolívar, sino en un Stalin o en un Castro Ruz o la combinación de ambos.
Como en todos los países que cayeron bajo la férula soviética, ya sea por sometimiento o por una sincera afinidad ideológica de sus dirigentes, en Venezuela se han venido confirmando todas las circunstancias que los llevaron a la ruina.
Ya nadie puede dudar que en Venezuela se ha establecido una dictadura de facto. El poder se concentró irracionalmente  en el anterior presidente Hugo Chávez, quien si no se hubiera muerto, se habría podido reelegir indefinidamente, pero aunque la muerte frustro sus intenciones, no impidió que nombrara como su sucesor al ahora presidente Nicolás Maduro. Alegaba Chávez y ahora lo hace Maduro, que han sido elegidos en elecciones “libres”, pero de eso sabemos mucho los mexicanos, con un general Porfirio Díaz que se mantuvo en el poder durante más de 30 años y un PRI que gobernó por más de 70  años y en ambos casos decían que lo habían hecho mediante elecciones “libres”.
En Venezuela, sistemáticamente, se ha venido instalando una economía estatista, para lo cual las expropiaciones han sido el arma utilizada. Empezaron con los campos agrícolas, que en muchos de los casos ni siquiera fueron expropiaciones, sino descaradas confiscaciones, para dárselos en usufructo a los llamados colectivos. Como consecuencia la caída en la producción agrícola no se hizo esperar, produciéndose una escasez de proporciones bíblicas. Se siguió con la confiscación de industrias y de entidades financieras calificadas de entreguistas al servicio del imperialismo yanqui o simplemente porqué sus dueños expresaban desacuerdo con las medidas tomadas por el gobierno.
No se puede decir con seriedad que actualmente en Venezuela hay libertad de expresión. En los hechos ya no existe radio, prensa o televisión que puedan expresar otra cosa que no sea lo que el presidente Nicolás Maduro quiera que se diga. Los que se atrevieron a hacerlo han sido clausurados, confiscados o sus propietarios encarcelados.
El principal sustento económico de Venezuela, su industria petrolera, ha venido decayendo alarmantemente por su cada vez más grande ineficiencia. PDVSA, la empresa estatal que maneja el petróleo tenía a la llegada al poder de Hugo Chávez 22,000 trabajadores, actualmente cuenta con 110,000 con una producción menor. Por otro lado malbarata el petróleo, vendiéndo el barril por abajo del precio de mercado a países de la región a cambio de que implanten en ellos el sistema marxista.
Con todo lo anterior la inversión extranjera y la privada nacional se han detenido por completo y otras han decidido huir de Venezuela antes de ser confiscadas. Por lo que se ha producido una desinversión. La inflación llegó al 56% en 2013. Se manejan dos tipos de cambio oficiales para el dólar y otro extraoficial o clandestino para todo aquel que no tiene acceso a los dólares oficiales.
La restricción de la oferta de dólares ha ocasionado que la industria disminuya drásticamente su producción por falta de insumos y que la importación de mercancías de todo tipo se haya prácticamente detenido. Se han dado distorsiones tan aberrantes como por ejemplo, en el mercado de automóviles, un automóvil usado vale más que uno nuevo. Artículos de primera necesidad como jabón y papel higiénico son difíciles de conseguir y otros productos como leche y azúcar se han racionado. 
Según información proporcionada por el periódico cubano Granma (periódico oficial y al parecer único) uno de los principales ingresos de ese país provienen de la exportación de alrededor de 50,000 médicos por cuyos servicios el gobierno cubano cobra directamente al país que los recibe. En 2014 el gobierno cubano espera recibir por este concepto $8,200 millones de dólares. Puede parecer exagerada la cifra. Pero veamos el ejemplo de lo que sucede en el caso con Venezuela.
Venezuela tiene en su territorio 25,000 médicos cubanos, es decir el 50% del total de médicos exportados. A cambio de ello Cuba recibe en pago 115,000 barriles diarios de petróleo. Si la cotización del petróleo al día de hoy es de $98.90 dólares por barril, el pueblo de Venezuela le está pagando al gobierno de Cuba, que no al pueblo cubano, $11,373,000.00 dólares diarios, es decir, nada menos que $4,151,327,500.00 dólares anuales. Para ponerlo más claro, el pueblo Venezolano paga diariamente por cada médico cubano  $454.94 dólares. No puedo resistir preguntarme ¿Cuánto le pagará el gobierno de Venezuela a sus propios médicos venezolanos? O lo que es peor ¿Lo sabrán? 
Esta nueva explotación humana del gobierno cubano es compartida por 65 países más, uno de ellos es Brasil que tiene contratado con el gobierno cubano los servicios de 11,400 médicos, el resto están repartidos en países de Centro América y África. Pero ¿en qué consiste la explotación a que me refiero? La explicación es increíblemente sencilla, el gobierno cubano le paga a cada médico exportado $61.00 dólares mensuales, el resto se lo quedan ellos.
Para ser más claros en este asunto, pongamos por ejemplo el caso venezolano. El gobierno cubano recibe diariamente $454.94 dólares por cada médico y le paga a cada uno de ellos $61.00 dólares mensuales.
Ahora si podemos entender la razón y el porqué de las manifestaciones de buena parte del pueblo venezolano en contra de su presidente Nicolás Maduro.
Maduro no se cansa de decir que las manifestaciones están orquestadas desde el exterior, expresamente ha acusado a los Estados Unidos y a Colombia.  Solo la soberbia y el ansia de poder de este personaje le impiden ver que él es el único responsable de la inconformidad de su pueblo, por querer implantar un sistema político que el pueblo repudia.
La respuesta y manejo de Nicolás Madura ante las manifestaciones ha dejado bien claro que han sido las de un dirigente déspota y totalitario.
Estoy seguro que el pueblo venezolano no desmayará a pesar de la brutal represión. Ellos saben que se juegan su última carta.